¡Cómo me he acordado hoy de una anécdota que repetidamente me platicaba mi papá, q.e.p.d.! Y todo porque hace un momento escuché claramente en mi mente decir que, viéndolo bien, el portal de una institución que estaba analizando, se ve bonito... ¡cuando hace un par de meses se me hacía horrible! Mi papá un día me platicó que cuando fue joven y se fue a hacer su Servicio Social, como muchos médicos, se fue a un lugar tan, tan humilde, con tantísimas carencias, que cuando llegó, sintió cómo se deprimía cuando salía de su cuartito de consulta y lo único que veía a lo lejos en el campo que lo rodeaba, era una vaca fea, tan desnutrida que hasta las costillas se le veían bajo la piel y moviendo la cola para espantar las muchas moscas que tenía encima. Luego, sin embargo, pasados unos meses de estar ahí, un día amaneció y al abrir la puerta, estaba la misma vaca y dijo: "...bueno, viéndola bien, la vaca está bonita, así con sus ojotes y tal...". Nos reíamos. Luego, un día a mí se me quitó la risa cuando me dijo alguna vez que cuando vió a mi novia y que yo le decía lo bonita que era, pensó en esa anécdota. En fin, historias de familia. Cuando hace un momento me sorprendí diciendo eso del portal en Internet de una institución que estoy analizando, fue que sentí el impulso de escribirte esta pequeña columna; por un lado, sea como sea, me sigue dando una alegre nostalgia, se me siguen llenando mis ojos de lágrimas al recordar a mi papá, ¡lo extraño tanto! Hasta sus bromas las extraño mucho, y por otro lado, aprovechando tan sólo para decirte que tengas cuidado porque la costumbre puede hacerte percibir belleza donde no la hay. Y, como viste en mi relato, no, no solo se refiere a vacas o personas, sino hasta portales en Internet o marcas o tu cuerpo o tus finanzas personales, etc. De hecho, bien podrías analizar con esta lección de vida la imagen que crees dar a tus clientes y a la que ya te acostumbraste a dar. Puedes creer que tus clientes te vean bello y atractivo, cuando quizá te vean... digamos..., diferente. Sé que en la vida es un desafío ser objetivo, realista y con sana autocrítica, pero podrías apoyarte en lo que te opine un experto de lo que tú estás observando. Vale la pena escuchar un punto de vista externo a tus costumbres. Vale mucho la pena tener en tu vida a un maestro y a un amigo, con esos dos tienes para progresar. Con lo que te opinen, quizá te lleves una sorpresa, para bien o para mal, pero será una información de gran valor para ti. ¡Emoción por existir! Alejandro Ariza.
0 Comentarios
Ya sea una expresión de asombro como de golpe o la enunciación de un grupo de progenitoras, sin duda es un golpe a la cotidianidad el día de hoy, día de las madres.
¡Felicidades mamá! Luego de la trillada y obligada felicitación por toda una tradición y costumbre social en 10 de mayo en México, paso a comentar algunas ideas de las que sentí el impulso por plasmar en este espacio, lo que alcanzo a ver. En mi caso, al igual que supongo el de muchos, festejo a mi mamá siempre que la veo. Festejar y admirar a mi mamá no es cuestión exclusiva o superlativa el 10 de mayo. La festejo, le aplaudo y la admiro siempre. ¡Siempre! Lo merece. Sobre todo, vivo con un constante sentido de agradecimiento profundo por todo lo que mi mamá ha hecho para salvarme, literalmente. Hoy que sigo creciendo y conociendo de la vida, admiro más y más a quien se ha atrevido a ser mamá, toda una experiencia de la que incluso la más nimia dimensión nos está vedada al género masculino. De verdad… si eres madre… todos mis respetos y profunda admiración. Una mamá de verdad, es otra raza. Una mamá de verdad, es otro nivel. Una mamá de verdad es una heroína en la familia. Me consta en lo que he atestiguado -y siendo beneficiado- como hijo, y también por lo que alcanzo a ver en mi consulta. De verdad, y por ello, mis respetos y mi mayor admiración a quien se ha atrevido a ser una mamá de verdad en toda la extensión de la palabra. Ahora bien, desde otra perspectiva… ¡madres!, como expresión de golpe social, también me impulsa a comentar al respecto. Tuve el gran desatino de ir a Liverpool ayer a comprar una lámpara y… ¡Dios! Atestigüé con mis propios ojos un tipo de “mini-navidad”, comercialmente hablando (o quizá sea esa la única forma de hablar de esos temas en esos lugares?). La cantidad inmunda de gente en una tienda departamental por pretexto del día de las madres me asombró. Descuentos y descuentos si compras uno o dos o tres artículos más para mamá en sus anuncios que te entregan desde que entras al estacionamiento!, de verdad que me arrebata el aliento con asombro al imaginar la enorme cantidad de gente que se emociona con eso descuentos y “aprovecha” para comprar y no ve lo que hay en el interlineado de esos mismos anuncios promocionales: “¡Deja tu dinero aquí!, no importa si es con uno, dos o tres artículos y no nos importa si son para tu mamá o no”. De verdad es tan solitaria esta sensación de darse cuenta de lo que los demás no, es como estar en “Matrix” y no poder explicar a la gente nada, no escuchan, no te ven. Sé que yo muy personalmente no disfruto nunca de ir de compras, de hecho no me gusta, pero desatiné ayer a pasar rápido por algo. ¡Cuánta presión social sentí que hay por un día eminentemente comercial! Tú puedes festejar a tu mamá cualquier día, todos los días, pero pareciera que si lo haces el 10 de mayo, será más valorado, y si le “compras” algo, pero si se lo compras y regalas el mero 10 de mayo, será singular! ¡Qué fuerte y triste a la vez alcanzo a ver este fenómeno! De hecho, por conversar con gente cercana, me asombro que hasta algunas mamás, así sienten, mayor afecto si se les concentra la atención el mero 10 de mayo. La verdad, lo que alcanzo a ver en estos fenómenos psicosociales es una sociedad todavía muy primitiva. No puede ser que miles y miles todavía no despierten a ver el eminente, y muchas veces exclusivo, evento comercial. Algo muy lejos del amor auténtico en el binomio madre-hijo, madre-hija. Repito, sin duda una mamá por serlo, ¡merece que exista un día donde se honre con gran distintivo, bombo y platillo el ser madre! Una madre de verdad, de esas en toda la extensión de la palabra, es un tipo de superhéroe, pero a diferencia de muchos de ellos, casi no tiene reconocimiento. Por eso es muy buena idea, convertida casi en necesidad, la creación de un día específico donde se les reconozca, sin duda un día donde se satisface una gran, gran necesidad de reconocimiento. Festejo y enarbolo que ese día, como oportunidad de honrar un tipo de ser, exista. Lo aplaudo y pienso menester, por el más prístino merecimiento, que se distinga un día para honrar un ser tan extraordinario como lo es una madre que de verdad siempre quiso serlo y lo logró con honor. Pero de eso a transformarlo en un intenso fenómeno comercial con su incluida presión social de compromiso, no, con eso sí no puedo. Eso me pone en pausa. ¡Paso! Me impresiona que pudiendo ser una sociedad un poco más evolucionada -sólo un poco para ello- podríamos festejar a las madres el primer domingo de cada mayo, pero no… tiene que ser el mero 10, sea el día que sea, para que tenga más valor, como valorando aún más el triunfo de que por sobre cualquier otra ocupación, la familia se tenga que reunir a una comida para festejar a la madre. Y nótese que aunque ciertos grupos más evolucionados sí festejaron a sus mamás el domingo pasado (por los retos de que el día oficial cae entre semana), otros prefirieron hacerlo “como debe ser” hoy mismo. (¡O incluso los dos días!). Y nótese que lo ideal, ideal, ideal, es “la comida”, porque aunque sea el 10 de mayo, si es desayuno quizá levantemos muy temprano a mamá y no sea prudente, si es cena, quizá la desvelemos y no sea prudente, entonces… ¡comida para que sea ideal! Sé que los restaurantes hoy hacen su agosto. Y bien merecido lo tienen. Hay que aprovechar este fenómeno comercial y compensar con creces la falta de ventas de tantos días. De verdad, no sé que me pasa, pero imaginar que un mesero muy prudente y servicial le diga a una señora que a todas luces de ve mamá: “Felicidades señora”… ¡¿Qué onda?! Mejor ve y díselo a tu mamá. ¡Ah!, perdón, olvidaba que él está trabajando y no puede decírselo a la hora de la comida a su mamá. Además, debe quedar muy bien para que una mesa tan grande, de tantos comensales, dejen buen propina y se reparta buen dinero hoy entre meseros y cocina. Perdón, olvidaba que también ahí hay un doble mensaje. ¿Rosas? Hoy 10 de mayo, junto con el 14 de febrero, son las ventas más altas de mis amigos floristas. También deben aprovechar este intenso fenómeno comercial de presión social. De hecho, de las ventas relacionadas a estos dos días, es como pueden salir adelante muchas tiendas de flores. No pues, yo declaro que no puedo con esto. Y en ésta era, no se diga lo que desfila en facebook o twitter o la incomodísimas cadenas de felicitaciones o videítos en whatsapp que llegan por desconocidos. Tanta gente necesitando aprecio enviando a absolutamente todos sus contactos este tipo de mensajes. No, no puedo con esta mini-navidad. Yo, por mi lado, vivo en la pacífica gracia de poder estar con mi mamá cuando ella me lo pide o cuando yo lo quiero o necesito. Yo no le regalo ni flores ni comida, mejor le escribo una carta desde mi corazón y hago con mi vida lo mejor que puedo ser, para que con ello también exista la posibilidad de que mi mamá se sienta orgullosa de parte de su creación. Le hago sentir a mi mamá que estoy disponible para ella en cualquier momento que realmente lo necesite y eso me funciona mejor. Y no, no creo que sea mejor esto para todos, aquí no se trata de ver qué es mejor… simplemente estoy pensando en voz alta y expreso lo que me funciona mejor a mí, pero que sin duda no será lo mejor en sí mismo como estrategia generalizada. Sin duda podrá existir alguien que prefiera, como mejor, ir a comprar un regalo extraordinario, quizá compitiendo entre hermanos y familiares -muy parecido a lo sucedido en Navidad- y asombrar a la gente reunida, más que otra cosa. Y si hay dinero de verdad, pues el mariachi se impone, y también este sector se ve beneficiado. ¡Bendita comercialización para tantos! Incluso hoy bajó el dólar. El dinero se mueve bien hoy. Hay que aprovechar… mañana día 11 se acaba el beneficio de este inconciente colectivo de gran movimiento comercial. Y si en la familia no hay tanto dinero están los CD’s… específicamente no puede faltar una canción trilladísima, creo es el único día que mantiene su fama, y solo por una canción, la opción de mi amiga Denisse de Kalafe con su comercial éxito “Señora, señora”. Hoy es ideal poner esa canción para tantos que necesitan de que otra persona diga lo que ellos no pueden decir tan fluidito y atinado. La verdad, yo tampoco puedo con esto. Sé que en Navidad tengo síndrome Scrooge, y en este día síndrome de niño de probeta. No sé. No sé si me esté pegando el síndrome Germán Dehesa, donde se queja amargamente de este tipo de fenómenos comerciales y de presión social, pero me resisto a sentir el “tener que” hacer algo especial para mi mamá precisamente en este día y a la hora de la comida y con determinada canción y regalo especial. De verdad no puedo. Aunque la esquina relajante de todo esto es que no siento el tenerlo que hacer como imperativo categórico. Entonces, todo bien. Todo en orden. Casi. Porque -como gran pero- no dejo de sentir en el ambiente rosando mi piel, la presión social de ¡madres! Se quiere asomar la culpa hasta por expresar aquí lo que alcanzo a ver, pero no. La esfumo concentrándome en amor de verdad. Mientras más vacía o fracturada esté la relación madre-hijo, madre-hija, más necesidad -como tal- de festejo habrá para evidenciar la otra verdadera necesidad, la de reafirmar los delgados hilos que quedan de unión para usarlos en ganancias secundarias ulteriores. Quizá festejar obligadamente hoy, haciendo énfasis de que si la condición es por obligación tácita, también quizá se trate de pagar el boleto de la libertad listo para usarse a partir del día de mañana, día 11. Si hoy no festejas absolutamente nada con tu mamá, y mañana y los días siguientes sigue habiendo amor y paz entre tú y tu mamá… entonces sí se trata de amor puro, tú sin necesidad de cumplir y sin miedo a reproches, y ella sin necesidad de control o afecto por imagen social. ¡Madres! Alejandro Ariza. [¡Feliz Pascua! Recuerdo que escribí acerca del tema desde varias Pascuas pasadas en mi fanpage de Facebook, pero hoy, quiero dejar mi texto aquí en mi sitio web para tu disfrute y como un regalo de mi corazón al tuyo. Disfruta de tu lectura].
Tú y yo y todos los humanos podemos, mientras damos vueltas en los círculos de la vida humana, “morir” (matar) los malos hábitos que hemos adquirido a lo largo de esas vueltas y ahí mismo decidir resuscitar, es decir, volver a nacer con una Nueva Conciencia de buenos actos, más puros y más veraces. Éstos, con el tiempo, se convertirán en buenos hábitos para que ahí, al ser ya parte de nuestro nuevo ser, logramos pasar de un estado a otro de nuestra evolución. Este es el significado del poderoso símbolo de la festividad de la Pascua para mi entender. La etimología de la palabra ‘Pascua’ proviene del latín y del griego, y éste de una adaptación del hebreo, que significa “paso”. Pascua, etimológicamente, significa “paso” de un estado a otro. La Pascua es la festividad central del cristianismo en la que se conmemora, de acuerdo a los evangelios, la resurrección de Jesucristo al tercer día luego de haber sido crucificado. Por ello quise escribir hoy, en plena celebración de domingo de Pascua, para enarbolar la esencia de Nueva Conciencia: la clara invitación a pasar de un estado de conciencia a otro nuevo logrando así evolucionar como seres humanos, mejorando como personas. ¡Feliz Pascua!, o lo que sería lo mismo, ¡Feliz evolución, feliz transformación! ¡Feliz momento de restablecer, renovar y dar nuevo ser a algo! Con todo el respeto que implique para toda religión, me gusta encontrar el cargado cúmulo de simbolismos que se expresan para el entendido en una enorme cantidad de historias, parábolas y hechos contados en libros sagrados. La Biblia es, por excelencia, un libro repleto de simbología trascendente. Solo los legos en la materia leen la Biblia percibiendo literalmente sus historias. El lector avanzado entenderá pacíficamente que la Biblia está llena de hermosísimos símbolos, privilegio del entendido en la materia. Así, un tremendamente poderoso símbolo de transformación es la resurrección de Jesucristo, donde, se nos invita a ¡hacer lo mismo!, como símbolo. Morir y renacer, volver a la vida, a la real, a la que es verdaderamente vida. Porque tú y yo sabemos y conocemos de una enorme cantidad de “muertos en vida”, aquellos pesimistas, agoreros, claudicantes, dolidos, aquejados, víctimas, sufridos, y un sinnúmero de peculiaridades oscuras de un ser que puede existir, más no vivir, en la experiencia humana. Cuánta gente conoces que se queja amargamente de su trabajo, de su pareja, de su suerte, de su salud… ¡pero no hace nada por cambiar-se! Gente que vive como víctima sólo “esperando” un milagro… ¡sin descubrir que el milagro son ellos mismos! Buscando afuera lo que son dentro. Así, en varias de mis conferencias, he calificado a esos seres como auténticos muertos en vida, apáticos, abúlicos, seres grises, que sólo consumen oxígeno y contaminan con lo único que pueden dar, sus secreciones fisiológicas, pero nada más. Muchos de nosotros -me incluyo- pasamos por momentos de oscuridad. Percibimos nuestra vida como tragedia, como un oscuro túnel sin final, como una vida llena de preocupación, ansiedad y tristeza. Pero sólo hasta que “algo pasa” y logramos empezar a pensar de que puede haber algo mejor, es que empezamos a ver que nuestro trágico camino es solo una opción de las varias que hay y que no sabíamos que había. Ese “algo pasa” puede ser la lectura de un buen libro, la profunda plática con un amigo en un momento de iluminación, una misa, una película, una historia, una conferencia, un encuentro, una llamada, etc. Señales de destino que muestran una invitación al cambio, una opción de transformación, hay muchas. Para ello he escrito un extenso libro con ese título, pero lo importante es descubrir y saber que en nuestra vida humana hay más opciones, ¡siempre hay otra opción! -título de otro de mis libros-. La invitación a cambiar para ser mejor y vivir más plena y felizmente siempre existe. Que no veamos la invitación, o que viéndola no la aceptemos, es totalmente distinto a que no exista perenne. ¿Te has dado cuenta cómo la vida es en círculos? Esto lo vengo explicando ampliamente en presentaciones que doy donde toco el tema, pero incluso desde hace años grabé un video en mi canal de YouTube explicando lo que en ese entonces percibí como otro simbolismo y significado de otra gran fiesta llamada Navidad. Desde aquel video que, para mi sorpresa fue el más viralizado en blogs de cultura y fe cristiana y católica sin que yo supiera de esto sino hasta años más tarde, ya explicaba cómo se repite una y otra y otra y otra vez lo mismo a lo largo de un año, por poner de ejemplo ese ciclo. De verdad, cuando te detienes a pensar en cómo se sucede la vida en círculos, resulta desafiante y con matiz de burla el buscar en dónde podría suceder un cambio mientras se está aconteciendo lo mismo y lo mismo y lo mismo. Por ejemplo mira este círculo: Año nuevo, día de reyes, día del amor y de la amistad, llegada de la primavera, semana santa, Pascua, día del niño, día de la madre, día del padre, vacaciones de verano, regreso a clases, fiestas patrias, día de muertos, Navidad… y una vez más empezamos con año nuevo, día de reyes, día del amor y de la amistad, etc., y volvemos a dar vuelta al mismo círculo una y otra y otra y otra vez. La mercadotecnia y la publicidad (siempre existe una enorme oportunidad de “vender” algo en cada fiesta aceptada colectivamente) ayudan en gran medida a mantener el mismo círculo por intereses creados. Es un gran negocio “mantener” la referencia de ciertos festejos. Otro ejemplo, para colmo pudiendo estar dentro del ejemplo previo, es que muchos llevan su vida también dando vueltas en círculo en un solo día, y así todos los días. Personas cuya vida diaria es exactamente igual de un día para otro. Se levantan con despertador a la misma hora, incluso se bañan y usan el proceso de secado con su toalla siguiendo una misma rutina (gente que hasta tiene que ver la etiqueta de la toalla que debe estar para cierto lado para que así siempre se seque!), para ir a trabajar al mismo lugar, recorriendo la misma ruta, haciendo lo de siempre, saliendo a comer a la misma hora permitida en su trabajo -con o sin hambre-, para regresar al mismo lugar a terminar pendientes, y luego emprender el regreso a casa por la misma ruta y llegar a la misma hora donde, de no ser así, hasta la pareja podría reclamarle por qué no llego a la hora de siempre, luego cenar o no como siempre para caer rendido igual que todos los días y “prepararse” para el día siguiente, otro igual. Y si a eso le aumentamos que muchas personas no se detienen a pensar el por qué del cómo llevan sus vidas, el resultado es una vida siempre igual, donde para muchos, luego de varias vueltas, lógicamente termina en aburrimiento, apatía y cansancio. La rutina es una amplia puerta al infierno. Cuando ya llevas varias vueltas a lo mismo, por supuesto que puedes sentir aburrimiento, apatía, cansancio, tristeza, etc., pero si “algo pasa” y en una de las vueltas te detienes a pensar el sentido de tanta vuelta a lo mismo, tarde o temprano te debe de surgir la pregunta: ¿Qué sentido puede tener estarle dando tanta vuelta a lo mismo? Si bien nos va y logramos vivir 90 años, son 90 vueltas ¡a lo mismo! ¡¿Qué sentido tiene dar tantas vueltas en círculo?! Me atrevo a responder altivamente lo siguiente: La vida será en círculos de comportamiento externo, pero el avance y la evolución es por lo que cambiamos dentro de nosotros en la oportunidad que así representa cada vuelta. ¡Para eso se dan tantas vueltas a lo mismo! Para ver si en alguna de ellas, al fin, te decides a dejar la tristeza, la melancolía, el aburrimiento y la rutina de lado, “mueres a ellas”, muere aquel que las elegía en cada vuelta, y decides “renacer” de la única forma que en esta experiencia humana se permite: alcanzándote a dar cuenta de quién eres realmente y con esta Nueva Conciencia de ti mismo, lógicamente alcanzas a ver y a vivir cosas tremendamente distintas aún en lo mismo sucediéndose afuera. El día del amor y la amistad siempre es igual y en la misma fecha, hasta que en una de las vueltas logras enamorarte profundamente… ¿Cómo te sabe ese 14 de febrero entonces -y solo hasta entonces-? Enteramente distinto a todas las vueltas anteriores, ¿verdad? Incluso vez la tremenda mercadotecnia y publicidad de tantos corazones rojos que antes te molestaban, ahora como atractivos y llenando ese día de hermoso color, coincidiendo a como te sientes dentro y anhelando festejarlo con tu amada o amado. Afuera todo está igual, el único cambio sucedió dentro. Y si en una vuelta no logras cambiar, ahí viene otra vuelta, viene otra oportunidad. Y si no logras cambiar, ahí viene otra. Y si sigues sin cambiar, ahí viene otra y otra y otra. Hasta que la vida entera se te acabe habiendo tenido decenas y decenas y decenas de oportunidades para restablecerte, renovarte y dar nacimiento a un nuevo ser en ti. Tenemos la vida entera para darnos cuenta de quiénes somos realmente y percibir y actuar desde esa Nueva Conciencia de nuestra verdadera identidad festejando nuestro divino hallazgo en cada vuelta. ¡Así la vida, sucediéndose en círculos iguales, nunca es lo mismo para un buscador! Para un buscador de la verdad y del bien, la vida entera es una aventura donde todos los días son distintos y cada año es renovación, donde cada vez, donde cada vuelta el buscador se detiene a pensar en su lado oscuro y lo confronta, lo aprecia y lo abraza, porque esa es la única forma de dejarlo ir y renacer con un “nuevo yo” producto de la introspección profunda anhelando mejorar y descubriendo que la evolución es en una espiral ascendente, donde para el ojo inexperto parece estar dando vueltas a lo mismo, pero para el buscador, aquel con una Nueva Conciencia, se le revela como avanzar en círculos pero que en todo momento puede alcanzar a descubrir algo nuevo y mejor dentro de sí y desde donde ahora actúa, siendo otra vuelta en círculos pero más arriba. Por eso afirmo que la evolución es una espiral ascendente en círculos. Es cuando hace años no podías en Navidad ir a cenar con tu familia por tantas diferencias y rencores, para que luego, cuando “algo pasa dentro” de ti, una Navidad, otra más, logras ir a cenar con ellos y con alegría y felicidad. Por ello, sentí el enorme impulso de reflexionar contigo hoy, día de Pascua, donde Jesucristo nos pone el ejemplo con un poderosísimo símbolo de resurgir de entre lo muerto volviendo a la vida renovado. Mira qué hermoso lo expresa el apóstol San Pablo cuando habla acerca de la celebración de la Pascua: “Despójense de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado [fue sacrificado reconociendo su divinidad para dar vida en honor de todos nosotros]. Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura, de la pureza y la verdad”. ¡Hermoso, no crees? El “pan” siempre ha sido otro poderoso símbolo de aquello que “comes” para llevarlo a tu interior. Por ello, Jesucristo usa el “pan” como símbolo de su propio cuerpo cuando habla con sus apóstoles en la última cena. Imagina esa escena, donde Jesucristo bendice el pan y dice: “Tomen y coman, éste es mi cuerpo”. ¡Vaya símbolo! Es decir, nos invita a que permitamos que Él entre a nosotros mediante el exquisito acto de comerlo. Todo lo que comemos inexorablemente termina siendo parte de nosotros mismos, y eso es lo que, por nuestro bien, este gran líder de la humanidad desea para nosotros al comerlo, la trascendente simbología de invitarnos a permitir que Él entre a nuestro ser y así, ¡renovarnos! ¡Imagínate la energía que habría en ti o en mí si permitiéramos incluso tan solo un poco asemejarnos a Él permitiéndole entrar a nuestras vidas! Y qué significa permitirle entrar, pues que con Su ser, con Su palabra (pan) nos alimente y así -y solo así- alcancemos a “entender” tantas cosas que percibimos como sufrimiento pero que por la bendición que significa “entender” es que las podemos empezar a apreciar como bendiciones, incluso a esas mismas cosas que antes creíamos fuente de sufrimiento. ¡Eso es Nueva Conciencia! Y eso es a lo que he entregado mi vida entera, a ayudar al ser humano -incluyéndome yo- a entender, lo que me trae Luz y así logro, en el preciso, prístino y divino momento de entender, renovarme y dar a luz a un nuevo yo. Ese nuevo yo que por lo mismo alcanza a ver las cosas tan distintas, aunque afuera todo sigue siendo aparentemente la misma vuelta de la vida. ¡Por ello… feliz Pascua! La Pascua es un poderosísimo símbolo que nos invita a entender que puede morir esa parte de nosotros que se infla (levadura del pan), nuestro ego. Nos invita dejar morir esa falsa creencia de quienes pensamos ser en los arrebatos de nuestro ego, para con humildad, descubramos quiénes somos realmente y, de sucederse ese divino entendimiento (ser pan sin levadura), transformarnos en un ser humano digno de llamarse mejor persona. Alguien con más pureza y verdad en su ser, en su estar, en su hacer. ¡Ah! ¡Me encanta escribirte esto porque sé que también me lo estoy escribiendo a mí. No sabes, no paro de escribir lo que pensé serían una breves lineas. Pero creo que debíamos tener claro lo que esta oportunidad representa con cada vuelta para cambiar. Si crees que en esta etapa de tu vida todavía no puedes perdonar, ser más puro, dejar la perversidad, ser más honesto y veraz y no mentir, ser bueno realmente…, ya un gran avance es leer esto aquí. Tendrás otra vuelta el próximo año para ver si ya. Si no, habrá otra vuelta y otra y otra. Lo único que te puedo adelantar es que… ¡vale tanto la pena “pasar” al otro estado de conciencia!, o en otras palabras significando exactamente lo mismo: ¡Vale tanto la pena la Pascua personal! Hace unos momentos, precisamente con motivo de la Pascua, un amigo posteó en su facebook un poema de William Ernest Henley, “Invictus” que vale la pena leerlo con el alma y descubrir que “aunque afuera parezca existir tragedia, dentro de uno es donde realmente existimos y ahí se sigue siendo invicto”. Aquí está para ti: “Más allá de la noche que me cubre negra como el abismo insondable, doy gracias a los dioses que pudieran existir para mi alma invicta. En las azarosas garras de las circunstancias nunca me he lamentado ni he pestañeado. Sometido a los golpes del destino, mi cabeza está ensangrentada, pero erguida. Más allá de este lugar de cólera y lágrimas donde yace el Horror de la Sombra, la amenaza de los años me encuentra, y me encontrará, sin miedo. No importa cuán estrecho sea el portal, cuán cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma”. La Pascua es clara invitación a mantenernos invictos. Piénsalo, entiéndelo, siéntelo… y así será. La Pascua lógicamente también nos invita a ver con diferentes ojos a los demás [invitación hecha incluso en Un curso de milagros]. Y tenemos diferentes ojos hasta que “pasamos” a otro estado de conciencia, aquel donde se ve diferente. Aquel donde al fin alcanzamos a ver con compasión y sin enjuiciamiento, fuentes de paz social. Por eso, cuando “pasa algo dentro de ti”, es que afuera te será más fácil perdonar, olvidar, juzgar y así elegir constantemente el bien, la verdad y la belleza (que es el resplandor de la verdad). En el mismo afamado texto, Un curso de milagros, me encanta cuando hace alusión a que Jesucristo expresa: “No enseñen que morí en vano. Mejor enseñen que no morí, demostrándolo porque vivo en ustedes”. ¡Me encanta esto! Y por lo menos yo hago mi mayor esfuerzo dentro de mis limitaciones humanas para que conmigo demuestre que Él vive. ¡¿Te imaginas si todos lo hiciéramos igual?! Te imaginas lo que sucedería contigo mismo, con tu pareja, con tu familia, en tu trabajo y en la sociedad en general si todos festejáramos la Pascua entendida como hoy he procurado explicártela. Es literalmente un renacer por medio de una Nueva Conciencia. Lejos de toda creencia o tradición religiosa, éste es mi entender y es como la vivo. Son mis cavilaciones en Pascua. Por ello las comparto aquí contigo mi querido lector. Si hoy, en esta Pascua, eliges y decides al fin ser mejor en algo, de verdad que con tu cambio y tu presencia aquí en la Tierra, muchos atestiguaremos cómo enseñas que Jesucristo vive, lo vemos en ti. Intentar emularlo incluso en su más ínfima versión, es sin duda, una fuente de interminable… ¡Emoción por Existir! ¡Feliz Pascua! ¡Vivo con entusiasmo! –Alejandro Ariza Z. PD.: ¿Quieres "pasar" de vivir con incertidumbre, pereza y problemas económicos a una oportunidad para sacudir tu vida trabajando seriamente en tu tiempo libre, aprender de liderazgo y tener una fuente de ingresos adicionales? Haz clic aquí para leer mi historia e invitación a que pases a mejorar tu vida. Si haces que sucedan unas cuantas cosas… ¡verás cuántas más, muchas más, empiezan a suceder! ¡Esto siempre me ha asombrado en mi vida!, y jamás había hablado de ello. Podría contar innumerables anécdotas de eventos que han sucedido en mi vida –y que me dan la autoridad para comentar al respecto–, en una inverosímil cascada de bendiciones, de verdad, una tras otra y sin parar durante largar temporadas, tan solo por haberme atrevido a hacer algunas pocas cosas.
La mejor manera de explicarte mi recomendación de hoy es usando un símil muy poderoso: un juego de “pinball”. ¿Has jugado alguna vez? Se trata de ese tipo de juegos “arcade” donde, la verdad, lo único que haces tú es jalar una palanca y presionar dos botones con dos dedos y ¡nada más! De verdad, de hecho, no puedes hacer nada más. Comúnmente, con la mano derecha jalas una palanca-resorte para que salga disparada una esfera de metal y usas tu dedo índice de la mano derecha y el índice de la izquierda para presionar unos botones que se encuentran a cada lado de la máquina para mover un par de palanquitas y hacer que rebote la pelota cuando se dirige hacia ellas al estar inclinada la máquina y, por gravedad, siempre tender hacia ti, hacia donde están las palanquitas y procurar que la esfera metálica no se vaya entre ellas, por el centro y la veas desaparecer, donde dejan de suceder cosas. Yo recuerdo perfecto algunas ocasiones donde lo jugaba y, de la manera más frustrante, parecía que tenía un tino para jalar la palanca y hacer que la esfera plateada llegara perfectamente al centro, entre las palancas, en un punto exacto donde éstas ya ni alcanzan a rosarla y jamás volver a pegarle para observar que ya no pasaba nada más. Pero, también recuerdo perfecto ciertas ocasiones en que luego de jalar la palanca para que saliera la esfera plateada disparada, lograba presionar los botones de los lados una o dos veces, para colmo sin gran fuerza, y la máquina entera se empezaba a poner como loca, la esfera rebotaba de un lado para otro, de un resorte salía disparada para otro y con más fuerza, mismo resorte que la rebotaba a una liga que la aventaba con más fuerza aún a unos cilindros que hacían tremendos ruidos y tenían propulsión para seguir aventando la esfera de tal manera que, de verdad, hasta dejaba de verla porque se me perdía de vista, mientras yo sólo escuchaba: “ding, ding, ding, pum, pas, uuuuiiiiiiiiii, uuuuuuuuiiiiiiii, tac, tac, ding, ding, ui, ui, ui, tic, tic, tic, pim, pim, bam, baaaaaam…”, y así durante largo rato, viendo cómo se movían como locos los números del marcador donde uno va ganando puntos por cada golpe a ciertas estructuras de la máquina, ascendiendo las cifras del marcador súper rápido, a momentos una voz de la máquina sonaba diciendo: “¡Greeeeeeat! ¡Good shoot! ¡Awesome!”, y salían luces estrambóticas, como flashes, por todos lados de la máquina… ¡sucedían golpes de éxito uno tras otro sin parar y de manera sorprendente!, hasta que de repente, al fin, veía la espera plateada venir hacia mí, cerca de las palancas y ya estaba yo súper emocionado, listo para darle otro golpe con las palancas, o sea, sólo apretar un botón en un momento exacto. Algunas veces se repetía el espectacular golpeteo de un artefacto hacia otro, las luces, los sonidos, la locura de aumento en los números, y en algún momento la pelota se iba directo al centro… para volver a empezar. Pues bien… ¡exactamente así puede suceder en la vida de cualquiera! Puedes dinamitar la quietud de tu entorno haciendo muy poco, pero donde ello abre las posibilidades de que sucedan una gran cantidad de eventos extraordinarios que pueden transformar tu vida a dimensiones inimaginables. Yo me acuerdo perfecto llegando a esos lugares de “arcade” y viendo de lejos la máquina de “Pinball”, así, de lejos, viéndose tan “x”, tan callada, tan sin chiste por ser un juego donde solo hay una palanca y dos botones donde, por sistema, sólo muy ocasionalmente se prendían unos cuantos foquitos para apagarse de inmediato, todo muy callado… ¡hasta que alguien se atrevía a hacer un solo movimiento!, echar una moneda y jalar la única palanca. Y sí, no más con eso, porque viví experiencias donde jalar la palanca fue suficiente para que empezara otra vez la máquina como loca, con todas las luces y ruidos, y donde durante largo rato jamás presioné ninguno de los únicos dos botones porque la esfera plateada estaba rebota y rebota en las estructuras, con todos sus ruidos y cada vez con más fuerza y aumentando las ganancias en el marcador… y donde no había nada más que hacer. Sólo atreverse a hacer un poco, para observar con asombro y emoción lo mucho que empezaba a suceder. Cuánta gente en sus vidas vive una quietud ya desesperante. Gente que dice: “…es que no encuentro trabajo y ya llevo mucho tiempo así, no gano dinero, no encuentro pareja, me estoy aburriendo de vivir, me estoy frustrando de estar sólo aquí en casa tirado en el sillón o acostado en la cama viendo el celular… pero ¡no pasa nada! Me siento perdido y desesperado”. Y… ¡es que no haces ni lo mínimo! Si tan sólo supieras que, haciendo poco, muy poco, pueden empezar a suceder tantísimas maravillas. Por eso te afirmé desde el principio de esta columna: Si haces que sucedan unas cuantas cosas… ¡verás cuántas más, muchas más, empiezan a suceder! Y ¿te digo algo? No necesitas hacer cosas específicas de ese trabajo que quieres tan concreto, ni hacer cosas exclusivas de tu campo de conocimiento o “especialidad”. ¡No! Necesitas hacer unas cuantas cosas… ¡de lo que sea! Pero haz. ¡Sal a caminar (nunca sabes a quién te encontrarás)! ¡Ve a cortarte el cabello y atrévete a iniciar un diálogo con la persona de al lado! ¡Ve al gimnasio! ¡Escribe en un blog! ¡Aprende habilidades nuevas viendo videos en “YouTube”! ¡Sal a cantar a un karaoke! ¡Haz volantes y repártelos en una tienda o en todo el edificio! ¡Envía currículums a tus contactos! ¡Haz esas llamadas que sabes que tienes que hacer! ¡Atrévete a cocinar y a hablar a ciertas personas a que vayan a tu casa a probar tu arte culinario! ¡Lee ese libro! ¡Lee ese blog! ¡Escucha ese podcast y ve a la librería a comprar más libros del autor! ¡Habla con amigos con los que hace años no hablas y organiza una cena para verse! ¡Levántate muy temprano, mucho más temprano, para obligarte a hacer (hay magia levantándose tempranísimo aún sin plan de acción)! ¡¡¡Haz cosas!!! Te garantizo que, si haces unas cuantas, de verdad pocas, ¡pero haces!, verás que parecerá que con tan solo mover una palanquita y dos botones generarás lo que podrá ser una explosión de sucesos de éxito que llenarán tu vida de luz y de las maneras más sorprendentes que ni te imaginarías cómo llegaron a suceder. Has poco y podrá suceder mucho, pero tienes que dinamitar la quietud de tu entorno. Se dinamita con poco. ¡Sacude tu vida! ¡Agita tus circunstancias! Haz un poco… y podrá suceder mucho, mucho, muchísimo más de lo que imaginas. Aquí algo clave: tú y yo y todos, podemos pasar por momentos en nuestra vida donde nos sentimos perdidos. No tiene nada de malo perderse ocasionalmente. Tú puedes sentirte así ahora mismo. Pero aun ni sabiendo a dónde ir o qué hacer… ¡puedes dinamitar la quietud de tu entorno! Tienes que hacerlo. Se trata de que hagas cosas, aunque ni sepas a donde vas. Te confesaré algo: muchos de nosotros terminamos siendo y haciendo lo que jamás imaginamos, ni en nuestras más remota y fumada idea, que terminaríamos siendo y haciendo. Pero hicimos algo, poco, un poco, para que el “pinball” de la vida empezara a mover esa esfera plateada que sólo necesitaba ser disparada para empezar una cadena en reacción, a tejer hilos, a tender puentes, a generar contactos, a avanzar, a crecer, a prosperar, a producir una imparable… ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza Z. PD.: ¿Te gustó esta columna? ¿Crees que le puede servir a tus familiares y amigos? Compártela en tus redes sociales. Hoy se me antojó compartir un breve mensaje para mis lectores emprendedores. Esos que trabajan para hacer que las cosas sucedan. Hace unos días escuché a un empresario, desconocido para mí, en YouTube hablando, con cierto tono de autoridad, acerca de la sorpresa que le generaba atestiguar lo anticuado de los “cursos de ventas” que llegaron a su escritorio como propuestas y cotizaciones de “expertos y gurús en ventas”. Leía temas como: “Logre un cierre agresivo y bajo presión”, “La ciencia de manipular la mente humana”, “Aprenda una negociación agresiva y dominar a sus clientes”, “Neuropersuación, neurooratoria”…, bla, bla, bla. ¡Estoy totalmente de acuerdo con él en lo aberrante que, por lo menos en mi mundo, suena todo eso! Me encantó cómo aquel empresario afirmaba que en “su mundo” tampoco. Y es que sí, existen mundos aparte.
Yo nunca he asistido a un curso así y creo que nunca asistiría tan sólo de leer esas propuestas…, y llevo más de 25 años vendiendo exitosamente un intangible y que, para colmo, hasta resulta ser parte de un lujo en la vida en ciertos niveles de mercado. Y más aún, modestia aparte, ha sido muy exitosa mi trayectoria “vendiendo”, sin haberme considerado nunca vendedor ni experto gurú en el tema. Sucede esta paradoja en la que creo: vender sin vender. En más de 25 años puedo confirmar y avalar lo que aquel empresario expresó: la venta más fácil es la que se sucede porque el cliente venga a ti a solicitar tu producto o servicio. ¡Es tan cierto esto! Y no solo es la venta más fácil, sino la más rápida. ¡Imagina la bendición! Vender fácil y rápidamente. La manera: trabajar ardua y disciplinadamente convirtiéndote en un profesional que aporta enorme valor a la vida de las personas. La gente pagamos, lo que sea, a cambio de recibir algo realmente valioso y perdurable y, de hecho, lo deseamos con frecuencia. A mí siempre me ha llamado poderosamente la atención esos restaurantes que están repletos de comensales y siguen llegando y llegando clientes que hasta ¡se atreven a esperar haciendo fila afuera! ¡Los clientes “llegan” sin parar! Al mismo tiempo, otros restaurantes vacíos donde hasta el mesero o la “hostess” tienen que salir a la banqueta con su carta para invitar a los paseantes a que entren, intentando vender, y observando cómo pasan de largo los caminantes. ¡Qué contraste! En un caso los clientes llegan solos y en enormes cantidades, y en otros ni haciendo labor de venta llegan. Son esos los casos donde la “labor de venta” se pone en entredicho. La venta es más algo que se sucede, no tanto que se haga. Hace unos momentos terminaba de redactar un programa como “traje a la medida” para dictar mi especial curso de ventas para una afamada firma internacional, mi curso: “Una Nueva Conciencia de las Ventas”, seis horas de duración que te cambia la perspectiva de la vida en servicio y actitud. Fue ahí que caí en la cuenta de tantas verdades y, a momentos, hasta difíciles de confesar. Y no porque sean difíciles en sí mismas para confesarse, sino por el nivel de conciencia que el público en general tiene y que ocasionalmente dificulta este entendimiento. Allá afuera debe haber gente que vibre y se sienta atraída por palabras como “agresividad, manipulación, presión, neuroblabla”, pero en mi mundo no, así como en el mundo de muchas personas que conozco. La historia para que suceda este evento que inicia con alcance nacional… sonó el teléfono. Me llamaron. Atendimos cordial y profesionalmente la llamada. Eso fue todo. Como llevo viviendo más de 25 años en mi empresa Nueva Conciencia. Yo no tengo un departamento de ventas, yo no tengo vendedores y prácticamente ¡nunca los he tenido! ¿¡Cómo es eso siendo una empresa que “vende” cursos y conferencias que transforman vidas!? Es que no vendemos, ponemos a disposición. Es otro mundo. Es un mundo en paz. Es un mundo mágico. Es un mundo de fe en lo que hacemos. Te adelanto un poco, por primera vez en mi blog, de mi estrategia de vida en este interesante rubro, tan sólo siete principios que sostienen lo que creo como “Una Nueva Conciencia de las Ventas”:
Estos siete puntos los explico en todo un día de una experiencia inolvidable, pero la esencia sintetiza en esos siete rubros. Así he llevado mi vida profesional. Es hermoso cuando comprendes que las ventas “bonitas”, esas hermosas y mágicas, son consecuencia, jamás un objetivo. Yo creo que no se trata de ponerse a vender, se trata de ponerse a servir, a hacer algo porque la gente diga que vale la pena seguir viviendo y seguir confiando en los demás. Si enfocas tu talento, tu calidad y tu trato humano a ello, la venta es un suceder, no un hacer. La gente sigue aquello que le transforma la vida para bien. ¿Me gusta ganar dinero? ¡Por supuesto que sí! Quizá como a todos (y digo “quizá” porque nunca falta el “hater” que dice que él no, que bla, bla, bla, con rudeza, burla y desdén; te digo, hay de todo). ¡Pero hay algo más hermoso y sublime que ganar dinero (y mira que esto ya es maravilloso)!... ganarlo como consecuencia de que te busquen y tener la bendita oportunidad de atestiguar que lo que produces, realmente mejoró la vida de otras personas aportándoles un valor incalculable, un valor muy superior a lo que pudieron haber pagado, por una experiencia de vida inolvidable. Y créeme, esto se puede lograr en cualquier giro, producto o servicio. Hasta puede llegar un momento de tu vida donde lo experimentes sin necesidad de cobrar. Y mágicamente, donaciones así, se convierten en ventas posteriores. Creo que vender sin vender es sencillamente ser, haciendo lo que más disfrutas y exhibiendo naturalmente tu alegría por ser y hacer. A fin de cuentas, todos, absolutamente todos, estamos haciendo algo para servir a los demás. El gran diferenciador es la manera. Disfruta lo que haces. Hazlo porque te encanta, no por venderlo. Y paradójicamente se venderá sólo. El bolillo no se esfuerza, y mira cuántos van por él para comerlo de tan sabroso que les sabe. Yo creo que vender debe ser una experiencia hermosa para cualquiera que de verdad tiene su corazón enfocado en el servicio. El vendedor estrella de verdad, esos que tú y yo conocemos y de los que hablamos durante días y los recomendamos, hoy por hoy, es alguien que seduce y enamora, en el mejor sentido de las palabras. Yo creo que a vender no se aprende, más bien el desafío de lo que verdaderamente se (debe) puede aprender es a ser una mejor persona, de esas que los demás quieren tener siempre cerca. ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza Z. Parte esencial de mi filosofía personal de vida, Nueva Conciencia, es que “si entiendes, cambias”. Sólo que entenderás cuando lo desees. Desearás sólo aquello que percibes valioso, pero sólo podrás percibir valioso aquello que conozcas realmente bien. Por eso al ignorante o al necio o al holgazán o desidioso le está vedado alcanzar lo valioso. No conoce, no se da el tiempo para conocer, tiene incapacidad para concentrarse en la adquisición del conocimiento, no se esfuerza por saber o poco le importa conocer, incluso todo esto llevándole a su propio beneficio y bienestar. Yo escribo para aquel que desea mejorar, yo me dedico a dar a conocer. La otra parte, el deseo por saber, la capacidad para concentrarse, la disposición del tiempo para aprender, eso ya no es mi área de injerencia. Hoy en día, ya es una realidad que cada vez más tiendas migran a la venta en línea, porque cada vez más personas preferimos comprar en Internet y que las cosas lleguen a nuestra casa. La semana pasada leía un artículo sobrecogedor llamado “El apocalipsis de las ventas retail”. Impresionante cómo están cerrando tiendas, en cantidades increíbles, las más afamadas marcas que fueron súper exitosas en los 70´s y 80´s. Sí, la manera de vender cambió. ¿Estás de acuerdo? Eso no importa. Cambió. Comprar en línea se trata de no perder el tiempo... cuando eres una persona que tiene ocupaciones más importantes que ir a una tienda (esta condición es esencial para que te haga sentido la maravilla de comprar en Internet). Hoy, hasta "La Comer" crea un nuevo slogan: "Tú a lo tuyo y la La Comer a tu casa". ¡Muy atinadas 11 palabras! Yo llevo comprando en línea desde hace, quizá, 20 años. Siempre lo preferí. Hoy, incluso, ya está demostrado cómo se deja de gastar hasta un 60 % si se opta por comprar en Internet, dado que hay mucho menos tentaciones que ir a la tienda física y se sigue más fielmente una lista de compras (esto lo explico ampliamente en mi libro Inteligencia para el dinero). Ahora imagina que exista una tienda donde puedes hacer tus compras de la vida cotidiana cuyo modelo empresarial es realmente disruptivo y va más allá y procura el bienestar integral, ¡ayudando económicamente a sus clientes! Y no, no sólo con ofertas y buenos precios, sino compartiendo sus ingresos con ellos. Te preguntarás: ¡¿De verdad existe algo así?! Y yo te afirmo: Sí. Existe. Sólo que necesitas darte el tiempo para conocer. Imagina una tienda en línea con todas las naturales ventajas de comprar en Internet (te digo, como ya vende “La Comer”, “Superama en línea”, “Walmart en línea”, “Chedraui en línea”, etc.) pero que, además, su modelo empresarial incluye que su publicidad no es la tradicional, sino la poderosa recomendación de boca en boca. Esa otra tienda se da a conocer sólo porque sus clientes hablan de ella. Entonces, la tienda recompensa a sus clientes pagándoles comisiones por trabajar como promotores. En esencia eso somos cuando recomendamos algo, promotores. La promoción de boca en boca es la publicidad más barata y la más efectiva al mismo tiempo. ¡Qué combinación tan conveniente para las marcas que la usan! Y qué bendición que existan personas de un nivel moral tan alto que deseen compartir sus ganancias con sus clientes. ¿Te imaginas los dueños de una fábrica y/o tienda que deseen compartir sus ingresos con sus clientes? Pues te adelanto que modelos empresariales así, ¡existen! Yo compro en una tienda así mis compras mensuales de la vida cotidiana y yo he logrado generar un ingreso adicional de la forma más increíble que he conocido en mi vida: increíblemente fácil y sin riesgo. ¡¿Qué riesgo puede haber en recomendar algo muy recomendable?! ¿Te imaginas comprar todos los meses en una tienda que resulta en la conveniencia de comprar dentro de tu casa y que en pocos días lleguen tus cosas a la puerta de tu casa? ¿Y te imaginas que esa tienda comparta contigo sus ganancias tan sólo por referirle clientes? ¿Y te imaginas que sea una tienda que, por sus productos excepcionales a precios razonables sea enteramente normal, natural y fácil recomendar? ¿Crees que esto es como un sueño? Yo creo que lo mismo pensaban hace 30 años los dueños de tiendas y fábricas cuando invertían ingentes cantidades de dinero en la construcción de lujosas tiendas... a las que hoy la gente ya está prefiriendo no ir. Las reglas del juego no han cambiado. Cambió el juego entero. Si te interesa beneficiarte de poder hacer tus compras mensuales de la vida cotidiana en una tienda-fábrica con enorme calidad de sus productos con precios sumamente razonables, ofertas exclusivas, cupones de descuento, y que además comparta sus ingresos contigo como su cliente leal, necesitas entender el beneficio. Necesitas darte el tiempo, el que sea necesario, para aprender de este modelo empresarial que ya opera en México. Necesitas hablar exclusivamente con un experto. Necesitas humildad por aprender. Necesitas vivirlo. ¿Te interesa? Haz clic aquí para conocer. ¿Por qué te digo esto? Mas bien la pregunta sería: ¡¿Cómo no decirte esto?! Los días pasan y pasan y cada vez más me asombro de la cantidad de personas que no saben de tantos beneficios a los que ya podrían tener acceso y sólo porque alguien se quedó callado es que todos se privan de una bendición. Como lo dije en un pergamino que escribí hace años: “No te quedes callado”. Me impresiona cómo las malas noticias corren como pólvora y cómo las buenas noticias la gente las calla. ¡No! ¡No! Debemos actuar precisamente al revés. Eso es Nueva Conciencia. Por eso estoy escribiendo aquí y por ello estás leyendo aquí también, estás a la altura del nivel de conciencia donde el poder de la comunicación propositiva se sucede. Festejo nuestro encuentro aquí y ahora. ¡Hay tantas bendiciones ya en la vida para ti! Pero a las que no tienes acceso por tu holgazanería para estudiar, por tu apatía, por tu desidia para ir y aprender, porque por características así de tu personalidad, naturalmente no lo mereces. Pero existen bendiciones disponibles para todos. Imagina un México donde todos pudieran tener un ingreso adicional mensual con el que pagaran todas sus deudas. Imagina un México donde las familias tuvieran asegurados sus gastos de superviviencia. Imagina un México con familias de integrantes felices y de un carácter amable dado que no tienen problemas económicos. Imagina un México así. Se puede. Juntos podemos crear un presente mejor. Sólo existe el desafío, enorme reto, de que te dieras el tiempo para conocer, conocer tan bien, que lograras entender el beneficios y así, disfrutaras de vivirlo y expandir la noticia como natural consecuencia de comportamiento. Pero no, prefieres usar tu tiempo en otras actividades... precisamente esas que te tienen preso en la calidad de vida en la que te encuentras. Por eso hablo en mis conferencias de que existen esclavos hundidos en prisiones sin barrotes. Por eso el conocimiento te hará libre. Pero necesitas desearlo, para que vivas la dicha de que “si entiendes, cambias”. Por eso, te invito a mejorar, te invito a entender el beneficio conociendo, haciendo clic aquí. Si entiendes, cambias. Si entiendes, mantienes e incrementas tu... ¡Emoción por existir! –Dr. Alejandro Ariza. PD.: Apenas terminaba de escribir esta columna cuando recibí en mi celular un aviso de la app de "Superama" que decía: "Descansa, y este domingo haz clic en los productos que necesitas y te los llevamos a tu casa". Otra evidencia del tema. Y dos horas después, recibía estas otras evidencias del tema de mi columna de hoy de empresas que ya se dedican a ir a cualquier súper y llevártelo a tu casa, mira: Y minutos después por SMS... Ayer por la noche, de repente se apagó mi computadora, así sin más. Estaba atendiendo un webinar y hacia el final, sencilla y súbitamente se apagó. Acto seguido, al intentar encenderla… ya nunca arrancó. Intenté una y otra vez, de una u otra manera, revisando blogs de sugerencias en mi iPhone e incluso atendiendo el apartado de solución de problemas de Apple y nada. Sencillamente como si hubiera fallecido mi MacBook Pro. A momentos tuve un flashback hacia mis años Microsoft. La verdad, Apple no suele fallar así, pero ya se dan casos. Me tocó el caso.
Hace muchos años, si me hubiera sucedido esto, me hubiera preocupado muchísimo. Hoy no, ya no. Dos razones: cuando uno va avanzando espiritualmente, uno decide por ya no preocuparse tanto, casi nada, pase lo que pase. Y por otro, desde hace muchos años sé de la enorme ventaja de guardar todo en “la nube”, de tal suerte que si se sucede un “accidente informático” como el que tuve anoche… ¡no se pierde absolutamente nada! ¡Nada de nada! Hoy fui a un centro de servicio autorizado y no me supieron explicar a qué se debió esta súbita caída en coma de mi laptop. La solución que me dieron: formatear el disco y reiniciar todo para entregarme la computadora como si la hubiera sacado de la tienda por primera vez. Yo me imagino que más de uno se hubiera angustiado ante esta solución donde la opción de recuperar información era nula. Pero yo no, yo desde hace muchos años ya no guardo nada, absolutamente nada en el disco de la computadora. Todo lo guardo en la nube y tengo acceso a varias nubes: iCloud, Evernote, Dropbox, OneDrive, etc. Una hora después de salir del centro de servicio, yo tenía mi computadora funcionando igual que siempre, quizá mejor. Mis contactos, mis documentos, mis archivos, mi eventos en calendario, todo... exactamente igual que ayer y siempre. Esta experiencia la veo muy parecida a cuando alguien, desgraciadamente, nos quisiera robar. Se pueden llevar la cartera u objetos materiales, pero jamás tendrán acceso al origen del dinero que hay en esa cartera: nuestro conocimiento, nuestra “nube” interior. Siempre ten presente que las cosas materiales van y vienen, pero la espiritualidad, el intelecto, la emoción, están guardadas en un terreno inaccesible para nadie salvo tú. Poco a poco disfrutarás de tener menos y ser más. Sucede mucho mayor seguridad y paz viviendo así. Lección que obtengo:
¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza. ¡Disfruta de los beneficios de saber usar tu tarjeta de crédito con inteligencia para el dinero!26/2/2018 Ayer desayuné lo que le sigue de delicioso y abundante... ¡y gratis! Fui al Sanborn's de Plaza Carso, aquí en la CDMX, previo a entrar a ver una película a la que le tenía muchas ganas hasta como investigación: "Todo el dinero del mundo", una tremenda película que revela conductas el hombre más rico en la historia de la humanidad, John Paul Getty. Ya luego te platicaré de ese tema.
Desde la noche anterior, planee (acción fundamental como parte del disfrute) levantarme temprano en domingo e ir a desayunar delicioso, previo a entrar a una función mañanera de la película. Hay un gozo especial al realizar una actividad planeada. Llegué al Sanborn’s –que, por cierto, éste es tan diferente a todos los demás–, e inicié con un exquisito jugo de zanahoria recién exprimido, café, y luego llegó mi orden de papaya seguido de unos exquisitos huevos a la mexicana con chilaquiles rojos. Invité a mi querido Gerardo y él disfrutó también de otro jugo de zanahoria fresco, unos hot cakes, un plato de frutas y unos huevos rancheros. Yo luego pedí otro jugo de zanahoria... ¡estaba exquisito! De verdad que fue un opíparo desayuno. Lo disfrutamos intensamente. Yo hasta cerraba los ojos en algunos bocados para concentrarme más y más en el delicioso sabor y para agradecer a Dios poder vivir como uno quiere vivir y disfrutar momentos así. Luego..., llegó el momento de pedir la cuenta. Me dirigí a la caja a pagar y ¡aceptaban puntos Bancomer! Yo los tengo. ¡Pagué con puntos y mi exquisito desayuno, e invitando a alguien... me salió totalmente gratis! ¿Has vivido este placer? Si no, no sabes de lo que te estar perdiendo. Placer seguido de gozo. ¡Eso es saber utilizar los beneficios que te da una tarjeta de crédito con inteligencia para el dinero! Yo uso la tarjeta de crédito Platinum de BBVA Bancomer, porque descubrí en mi extensa investigación cuando creaba mi libro, Inteligencia para el dinero, que es la que más porcentaje te devuelve por consumo, el 1.8 % (¡y si usas la versión digital de la tarjeta, te devuelve el 3.6 %, el más alto de todas las tarjetas en el mercado!). De las tarjetas que te ofrecen “cashback”, es decir, que te devuelven dinero por usarla, es como máximo el 1 %, la mayoría te devuelve el 0.5 % o el 0.7 % en ciertos consumos. ¡Por eso la mejor, bajo mi criterio, es la tarjeta de crédito Platinum de BBVA Bancomer, devolviéndote el 1.8 %! ¡Es inteligente saber usar este beneficio! Esta tarjeta no es propiamente con el beneficio de “cashback” porque no te regresa dinero en efectivo como tal, sino “puntos Bancomer”, pero que son intercambiables, como si fueran dinero en efectivo, en muchos establecimientos. Yo cuando vi que se podían intercambiar por comida en ciertos restaurantes, dije: “¡De aquí soy!”. ¿Cuál es la mejor tarjeta de crédito por sus beneficios? Respuesta: depende. Depende de tus gustos, tus prioridades y tu estilo de vida. Yo te platico esto porque a mí me funciona así. Te enumeraré aquí los criterios que tengo para hacer uso inteligente de una tarjeta de crédito con beneficios como el que te comento:
Varios “expertos” en finanzas personales comentan que creer en los beneficios que promete una tarjeta de crédito es una estupidez, que aun así nunca se debería usar una tarjeta de crédito. Argumentan que un miserable máximo de un 1 % de reembolso no es nada, a comparación de la posibilidad de volver a endeudarte por hacer uso de la tarjeta de crédito en forma estúpida. Yo creo que estos “expertos” parten de la base de que el usuario sigue siendo tonto. Bajo ese criterio, tienen toda la razón. Pero yo, por mi parte, ¡apuesto a la capacidad de cambio que una persona tiene cuando verdaderamente adquiere inteligencia para el dinero! Yo sí recomiendo usar una tarjeta de crédito cuando se han cumplido los cuatro criterios que comenté arriba, sobre todo el primero. No es nada despreciable un 3.6 % de reembolso mensual, como me da la tarjeta en su versión digital, y más aún si todos mis gastos se concentran en la misma tarjeta. De verdad que, pensando anualmente, ¡son miles de pesos de regalo!, literalmente. Desayunar delicioso, y gratis, convierte la experiencia en una con sabor mucho más exquisito. Todo por tener inteligencia para el dinero. Por eso, nunca me cansaré de recomendarte que aproveches entrar al video-webinar “Inteligencia para el dinero”. Toda la información haciendo clic aquí: Video-Webinar Inteligencia para el dinero. –Dr. Alejandro Ariza. Para volver a triunfar, existe lo que he llamado: "La estrategia del evidente éxito (EEE)". Sí, es un hecho, el éxito deja pistas. Si ya has triunfado en algo en la vida, ya sea lograr bajar de peso, conquistar a alguien, emprender un gran negocio y generar enormes ganancias, ejercitar tu cuerpo torneándolo como más te gusta, lograr aprender un idioma nuevo, etc... ¡tienes la evidencia de que lo que hiciste, funcionó! Entonces, si quieres volver a vivir ese éxito... ¡vuelve a hacer lo mismo que sí te funcionó! No reinventes la rueda, no pruebes otra manera, o para colmo, si ya te adelantaste y ya estás probando otra manera y ves que no está funcionando, ¡déjala!, y vuelve a vivir EEE, la estrategia del evidente éxito. Yo, desde que era niño, fui obeso, muy obeso. Con el paso de los años, bajé de peso, y volví a subir, y volví a bajar, y así unos cuatro ciclos. El famoso "yo-yo". En cada ocasión que deseaba bajar de peso, probaba "algo nuevo que prometía ser mucho mejor" que lo anterior. Nuevos tratamientos, nuevos y afamados médicos con sus novedosos consejos, nuevos suplementos, nuevas dietas, etc. De tantas veces que he intentado bajar de peso, sólo tengo una en la que recuerdo haber bajado 20 kilos en pocos meses y sin sufrir y con gran emoción de ir midiendo mi evidente éxito que se mostraba todos los días. Hoy que quiero volver a bajar de peso, me dije: "Ariza... para qué le piensas, para qué le buscas, para qué le intentas todo "lo nuevo" que llega a ti. ¡Si ya EEE, si ya llevaste a cabo la estrategia de evidente éxito... vuélvela a hacer! Esa es en la que tienes la evidencia (el máximo grado de estar en la verdad) de que te funcionó a ti... repite los pasos exactamente igual". Sí... el éxito deja pistas. Hoy iniciaré 90 días EEE, y más adelante comentaré en esta misma columna cómo me fue. Será por allá del sábado 12 de mayo. Sucede igual para cuando has triunfado en un negocio. ¡No le muevas, no le inventes, no le agregues, no le quites... vuélvelo a hacer exactamente igual que cuando tuviste ese gran éxito! Recuerda la esencia de EEE: el éxito deja pistas. Lo mismo para cuando vas al gimnasio y lograste formar el cuerpo que querías, si te funcionó con toda la evidencia de éxito, vuelve a llevar a cabo la misma estrategia. ¿Recuerdas ese libro que cuando lo leíste te transformó como ningún otro? ¡Vuélvelo a leer! Sentirás, reviviendo la experiencia, lo que te hizo entender y las ganas por actuar... una vez más. Igual para el arte de conquistar el amor... EEE, si la estrategia te funcionó, vuelve a hacer lo que hiciste. Sé que esto no es garantía absoluta de volver a vivir el éxito, pero sí existe una enorme posibilidad de que lo vuelvas a vivir. Por eso conviene EEE y te lo tenía que decir. Date un tiempo para pensar en tu pasado. Todos hemos tenido un gran éxito en algo en nuestro pasado. ¡Ve ahí a recordar! Ve y apunta lo que hiciste, exactamente cómo pensabas en aquel entonces, qué tiempos dedicabas, a qué hora lo hacías, qué pasos seguías, ¡y vuélvelos a dar! Estarás creando una enorme, gran, gran posibilidad de volver a triunfar. Sé que todos tenemos esa "cosquilla" por mejorar las cosas, pero mejorar implica un cambio, y muchas veces los resultados de ese cambio muestran con rigor que no hubo ninguna mejora, de hecho, quizá se estancaron o empeoraron las cosas... por querer mejorar. Date el tiempo para esta tú solo, tú sola, y dedicarlo a pensar, a recordar con detalle EEE. Disfruta recrear el éxito, disfruta recrear tu... ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza.
En el 2015 fui invitado a dar una conferencia a una convención hispana en los Estados Unidos. Me solicitaron desarrollar un tema en tan solo 35 minutos, el tema: "Tu día ideal". Normalmente yo no hablo tan poco tiempo, pero algo especial pasó cuando me fui a caminar, a pensar en qué decirle a la gente en tan breve tiempo. De verdad, y modestia aparte, lo que en esta conferencia sucedió fue mágico. Creo que nunca en mi vida había hablado tan poco tiempo compartiendo algo tan profundo. Alguien me grabó el audio y hoy lo quise compartir aquí contigo. Estoy seguro que si te concentras media hora en escuchar... tocará tu vida en forma muy importante.
Disfruta... "Tu día ideal"... –Alejandro. |
Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. ¿Te interesa recibir todas las publicaciones de Alejandro Ariza?
Haz clic en el botón para suscribirte: Archivos
Julio 2022
Categorías
Todo
|