Hace unos momentos me encontraba wasapeando con un amigo y por alguna razón salió al tema que él estudió El capital, de Carlos Marx y le sugerí que debería de leer y estudiar a Jalil Gibran, para compensar la influencia, con su obra de El profeta. Me comentó que lo tenía en casa y que todavía no lo terminaba de leer, que apenas comenzó hace tiempo. Sin embargo, alcanzó a decirme que recordaba algo de El profeta: – Dice una frase: “El caminante verdadero descansa caminando”. – ¡Sublime! – Muy – Es lo que comuniqué hace unos días en mis redes sociales afirmando: “Entra a tu zona de confort” – ¡Sí! Y eso lo hablaste en la entrevista con José Luis Parise – ¿En serio? – Sí – Ya no me acordaba – Aunque… de entrada…, “El caminante verdadero descansa caminando” es un concepto que tiene un rigor previamente incorporado. Es peligrosa esa frase para alguien que no está en el camino. A pensar... Me encantará leer tus comentarios. ¡Emoción por existir! – Alejandro Ariza.
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Esta columna se iba a llamar "Sí recibes mensajes entre sueños", pero al publicarla aquí, algo me dijo que sería mejor "Sol de noche". Pues ya está. Déjame platicarte...
Desde que publiqué mi libro El verdadero éxito en la vida más allá del ego, comenté ampliamente en él la manera de poner más atención a nuestros sueños porque ellos pueden usarse para enviarnos indicaciones a seguir. Anoche fue una de esas noches. En lo ilógico y azaroso en que suceden algunos episodios vividos dentro de un sueño, anoche recuerdo un pasaje en que iba caminando, algo así como en un pueblo del lejano oeste, caminando sobre un piso polvoso, creo que iba acompañado pero no recuerdo con quién, pero sí tengo la sensación, incluso ahora mientras te relato esta parte de mi sueño, de ir acompañado y, aparentemente pasamos cerca de algo parecido a un vagón de tren. De repente, me sorprendió ver a un hombre totalmente desnudo colgado de alguna extraña manera arriba del vagón y de cara al inclemente sol. Estaba como tomando el sol con los ojos cerrados, aunque obviamente de forma muy extravagante. Se trataba de un hombre de aproximadamente 50 años, rostro enjuto, pelo entrecano y con poca barba, en buena condición física aparentemente, parecía un trabajador de por ahí, colgado arriba del vagón y con los ojos cerrados por los tremendos rayos de sol que caían sobre él y que, por lo mismo, le era imposible abrirlos, estaba colgado exactamente en dirección al sol. Recuerdo que incluso yo iba caminando con mis ojos ligeramente cerrados, ya sabes a lo que me refiero, como haciendo esa cara de extrañeza pero que es sólo por tanta luz que hay, por tan intensa, que resulta incómodo o casi imposible abrirlos del todo; cuando vi a ese hombre un par de segundos cuando mucho, dado que tenía yo que voltear hacia arriba y hasta usar mi mano para provocarme sombra, además de que había un polvareda, lo primero que pensé al instante fue en la tremenda quemada que podría recibir si no se bajaba de ahí lo más pronto, además, quién sabe cuánto tiempo ya llevaría ahí colgado. Como todo lo extraño que sucede en un sueño, recuerdo haberle dicho que ya se bajara de ahí porque se iba a quemar, que el sol estaba muy fuerte, pero se lo dije sin abrir la boca, fue una comunicación extraña –como todo lo que pasa en un sueño–. También recuerdo que de la misma manera él nos decía que ni lo interrumpiéramos, que estaba tomando el sol. Pensé en su necedad y en el posible gran daño que se haría si seguía ahí (juzgándolo por como me ha ido a mí cuando me he quemado en alguna playa) y pues, lo dejamos, lo pasamos de largo y seguimos nuestro camino. Mi sueño se hizo complejo y derivó en otra historia, misma que ahora mismo ya no recuerdo y anoche claramente pensé que debía recordarla también. Frustrante no poder acordarme ya ahora que amanecí. Y todo por no hacer lo que yo mismo recomiendo en mi libro, ya te diré más adelante, pero en fin. Eran las 4:45 AM cuando una necesidad fisiológica indicada por los sensores de mi vejiga me hizo tenerme que levantar para ir al baño. Regresé y me sentía más despierto de lo que se podría esperar para ser esa hora. Sentí el impulso de tomar mi celular. Así, soporté la luz que arroja el celular cuando lo prendes. Vi mi correo y, como diario sucede, recibí un extenso correo del Dr. Mercola, ya que hace unos cuantos días, curiosamente, me acabo de suscribir a su boletín. El asunto decía: “Reduce la presión arterial, pero muchos los consideran un villano”. Decidí entrar al correo y, al más puro estilo “invasión Mercola” en donde este doctor te envía más de cuatro o cinco extensísimos artículos y donde sólo uno es el referido en el asunto del correo, empecé a revisar. Me vi tentado a leer otros artículos cuyos títulos eran más atractivos que ese, pero al final, le di clic al citado en el asunto. Al abrirlo, quedé profundamente impresionado con el título en letras “bold” con el que iniciaba la página a la que te dirige, y no, ¡no era nada de lo citado en el asunto del correo! Decía: “Por qué debería optar por exponerse de manera saludable a los rayos del sol”. Recuerdo que me impresioné tanto, luego de lo que acababa de soñar, que regresé al correo para ver si, por la hora, no me había equivocado y había hecho clic en otro de los varios artículos que envía Mercola en un solo correo. Volví a hacer clic en el título ese de la presión arterial y una vez más me llevó a la página del por qué optar por exponerse más a los rayos del sol. Comencé a leer. En breve, ¡es altamente recomendable tomar 20 minutos de sol al día! Como en muchos temas de medicina, hay controversia y se genera confusión para el público en general. Ya sabes, como pasa con temas de alimentación, ciertos medicamentos y un sinfín de etcéteras. Pero este tema en particular ahora remontaba en importancia para mí dado que desde la otra dimensión, allá a donde vamos cuando dormimos, sentí el claro mensaje para mí. Estoy consciente de que yo nunca tomo sol, no me gusta, me quemo muy rápido, pero también estoy consciente de que a fechas recientes, siento que me falta mucha energía. ¿Será porque no recibo la energía del Sol? Estoy sorprendido de cómo se me va armando el rompecabezas. ¡Siempre se han comunicado conmigo de esta manera! Siempre ha participado un sueño, un “correo electrónico” para indicarme cosas muy precisas y en forma muy directa para mí, sensaciones especiales. Este es tema para un futuro podcast sin duda. El extenso artículo, en breve, dice:
Increíble lo que no se nos dice en los medios convencionales, ni a lo médicos en la carrera, y cómo en algún momento se nos confunde manteniéndonos así, a los que somos muy blancos, cuando las compañías vendedoras de bloqueadores solares nos advierten: “¡Cuidado con el sol!”, siempre haciéndolo ver como el villano. Eso hoy en día se ha demostrado que no es tan cierto. Aclaro: esto no quiere decir que no usemos protector solar, quiere decir que hay que exponerse “un poco” al sol. No estoy hablando de las horas que te quedas tirado en la playa cuando sales de vacaciones. Yo vengo sintiéndome consternado desde hace un tiempo para acá por sentir que me falta energía. No se nota en mis conferencias porque, lo sé, ahí no soy yo, ahí hay fuerzas que provienen de otra dimensión en donde definitivamente no hay cómo explicártelo en una breve columna y ni es el tema aquí. Hablo de cuando me bajo de escenario, en mi día a día. Y aunque hay miles de explicaciones para sentirse con la energía baja: falta de ejercicio, mala alimentación, falta de suplementos, meditación, estrés y más causas, he venido pidiendo que se me indique qué puedo hacer para mejorar en este aspecto de mi vida. En mis momentos de meditación, en la intimidad de mis privados pensamientos cotidianos, pido ayuda acerca de este tema. Y la ayuda parece que llegó como ha solido llegar los cuantos de información que han transformado mi vida en el pasado. Clarísimos mensaje entre sueños, me despiertan entre las 3:00 AM y las 5:00 AM, me llegan correos, etc. El impacto de lo vivido anoche fue numinoso. Ese elemento es esencial también como señal de destino. El artículo también cita y recomienda ampliamente el libro “Embrace the sun” del Dr. Marc Sorenson. Por supuesto, como siempre lo hago, obedecí las señales y ya compré el libro y le estoy empezando a leer. ¡Estoy mega impresionado con la información! De hecho, descubrí una página de este otro doctor, "Sunlight Institute", donde muestra todas sus interesantísimas investigaciones. Te la compartiré al final de esta columna. Sí, empezaré a tomar sol diariamente y algún día pondré una anexo a esta columna con mis resultados. Se incrementa la liberación de serotonina con 20 minutos de sol al día. Ese neurotransmisor (que hoy se ha demostrado que se fabrica en el intestino, y como mayor novedad, con gran influencia para ello por los rayos del sol), puede ser lo que algunas personas quizá tengamos un poco bajo y por eso nos falta energía. La serotonina es un antidepresivo, de hecho, es un neurotransmisor que anda bajo en personas con depresión o fatiga importante. ¡Hay que tomar un poco de sol diario! Atención: un poco de sol para ir probando los beneficios en cada uno de nosotros. No quiero que por leer esto y ser muy exquisito en el seguimiento de las sugerencias, acabes muy feliz... chamuscado. Te recomendaré lo siguiente en lo concerniente al tema central de esta columna (que puede desvanecerse por los temas alternos):
A mí, en esta ocasión se me fue el número tres de esta lista y pues ya ves, ahora no recuerdo lo que seguía en mi sueño y sé que se trataba de otro mensaje muy importante. Lo que recuerdo claramente es eso, que sabía de alguna manera que era importante y directo para mí, pero no, ya no lo recuerdo. Tengo esperanza de que el mensaje se me vuelva a dictar en otro sueño. A veces pasa así. En fin, hoy quise compartirte esta experiencia porque algo en mi interior me indicó que incluso lo escribiera aquí en mi blog. Muy obediente aquí ando escribiendo para ti. Como te lo prometí, aquí están los enlaces a lo que relato en esta columna: Nos vemos en la siguiente columna. ¡Ah!... no te pierdas mi podcast que ahora todos los domingos produciré para ti un nuevo episodio, salen al aire a las 11:00 AM. Para que no te los pierdas, puedes suscribirte al podcast en cualquier plataforma en que prefieras escucharlo. Tienes acceso a mi podcast haciendo clic aquí. El que sale hoy te creo que te podrá servir mucho. Me encantará leer tus comentarios a esta columana aquí debajo y además, si crees que esta información le puede servir a alguien, compártela en tus redes sociales. ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza Z. |
Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. ¿Te interesa recibir todas las publicaciones de Alejandro Ariza?
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Octubre 2024
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