Alejandro Ariza Z.
  • Inicio
  • Contacto
  • Consulta
  • Conferencias
  • Blog
  • Tienda
  • libros
  • Podcast
  • VIP CLUB
  • Academia en línea
  • ArizaTips

Dinamita la quietud de tu entorno.

26/3/2018

2 Comentarios

 
Imagen
Si haces que sucedan unas cuantas cosas… ¡verás cuántas más, muchas más, empiezan a suceder! ¡Esto siempre me ha asombrado en mi vida!, y jamás había hablado de ello. Podría contar innumerables anécdotas de eventos que han sucedido en mi vida –y que me dan la autoridad para comentar al respecto–, en una inverosímil cascada de bendiciones, de verdad, una tras otra y sin parar durante largar temporadas, tan solo por haberme atrevido a hacer algunas pocas cosas.
 
            La mejor manera de explicarte mi recomendación de hoy es usando un símil muy poderoso: un juego de “pinball”. ¿Has jugado alguna vez? Se trata de ese tipo de juegos “arcade” donde, la verdad, lo único que haces tú es jalar una palanca y presionar dos botones con dos dedos y ¡nada más! De verdad, de hecho, no puedes hacer nada más. Comúnmente, con la mano derecha jalas una palanca-resorte para que salga disparada una esfera de metal y usas tu dedo índice de la mano derecha y el índice de la izquierda para presionar unos botones que se encuentran a cada lado de la máquina para mover un par de palanquitas y hacer que rebote la pelota cuando se dirige hacia ellas al estar inclinada la máquina y, por gravedad, siempre tender hacia ti, hacia donde están las palanquitas y procurar que la esfera metálica no se vaya entre ellas, por el centro y la veas desaparecer, donde dejan de suceder cosas. Yo recuerdo perfecto algunas ocasiones donde lo jugaba y, de la manera más frustrante, parecía que tenía un tino para jalar la palanca y hacer que la esfera plateada llegara perfectamente al centro, entre las palancas, en un punto exacto donde éstas ya ni alcanzan a rosarla y jamás volver a pegarle para observar que ya no pasaba nada más. Pero, también recuerdo perfecto ciertas ocasiones en que luego de jalar la palanca para que saliera la esfera plateada disparada, lograba presionar los botones de los lados una o dos veces, para colmo sin gran fuerza, y la máquina entera se empezaba a poner como loca, la esfera rebotaba de un lado para otro, de un resorte salía disparada para otro y con más fuerza, mismo resorte que la rebotaba a una liga que la aventaba con más fuerza aún a unos cilindros que hacían tremendos ruidos y tenían propulsión para seguir aventando la esfera de tal manera que, de verdad, hasta dejaba de verla porque se me perdía de vista, mientras yo sólo escuchaba: “ding, ding, ding, pum, pas, uuuuiiiiiiiiii, uuuuuuuuiiiiiiii, tac, tac, ding, ding, ui, ui, ui, tic, tic, tic, pim, pim, bam, baaaaaam…”, y así durante largo rato, viendo cómo se movían como locos los números del marcador donde uno va ganando puntos por cada golpe a ciertas estructuras de la máquina, ascendiendo las cifras del marcador súper rápido, a momentos una voz de la máquina sonaba diciendo: “¡Greeeeeeat! ¡Good shoot! ¡Awesome!”, y salían luces estrambóticas, como flashes, por todos lados de la máquina… ¡sucedían golpes de éxito uno tras otro sin parar y de manera sorprendente!, hasta que de repente, al fin, veía la espera plateada venir hacia mí, cerca de las palancas y ya estaba yo súper emocionado, listo para darle otro golpe con las palancas, o sea, sólo apretar un botón en un momento exacto. Algunas veces se repetía el espectacular golpeteo de un artefacto hacia otro, las luces, los sonidos, la locura de aumento en los números, y en algún momento la pelota se iba directo al centro… para volver a empezar. Pues bien… ¡exactamente así puede suceder en la vida de cualquiera! Puedes dinamitar la quietud de tu entorno haciendo muy poco, pero donde ello abre las posibilidades de que sucedan una gran cantidad de eventos extraordinarios que pueden transformar tu vida a dimensiones inimaginables.
 
            Yo me acuerdo perfecto llegando a esos lugares de “arcade” y viendo de lejos la máquina de “Pinball”, así, de lejos, viéndose tan “x”, tan callada, tan sin chiste por ser un juego donde solo hay una palanca y dos botones donde, por sistema, sólo muy ocasionalmente se prendían unos cuantos foquitos para apagarse de inmediato, todo muy callado… ¡hasta que alguien se atrevía a hacer un solo movimiento!, echar una moneda y jalar la única palanca. Y sí, no más con eso, porque viví experiencias donde jalar la palanca fue suficiente para que empezara otra vez la máquina como loca, con todas las luces y ruidos, y donde durante largo rato jamás presioné ninguno de los únicos dos botones porque la esfera plateada estaba rebota y rebota en las estructuras, con todos sus ruidos y cada vez con más fuerza y aumentando las ganancias en el marcador… y donde no había nada más que hacer. Sólo atreverse a hacer un poco, para observar con asombro y emoción lo mucho que empezaba a suceder.
 
            Cuánta gente en sus vidas vive una quietud ya desesperante. Gente que dice: “…es que no encuentro trabajo y ya llevo mucho tiempo así, no gano dinero, no encuentro pareja, me estoy aburriendo de vivir, me estoy frustrando de estar sólo aquí en casa tirado en el sillón o acostado en la cama viendo el celular… pero ¡no pasa nada! Me siento perdido y desesperado”. Y… ¡es que no haces ni lo mínimo! Si tan sólo supieras que, haciendo poco, muy poco, pueden empezar a suceder tantísimas maravillas. Por eso te afirmé desde el principio de esta columna: Si haces que sucedan unas cuantas cosas… ¡verás cuántas más, muchas más, empiezan a suceder!
 
            Y ¿te digo algo? No necesitas hacer cosas específicas de ese trabajo que quieres tan concreto, ni hacer cosas exclusivas de tu campo de conocimiento o “especialidad”. ¡No! Necesitas hacer unas cuantas cosas… ¡de lo que sea! Pero haz. ¡Sal a caminar (nunca sabes a quién te encontrarás)! ¡Ve a cortarte el cabello y atrévete a iniciar un diálogo con la persona de al lado! ¡Ve al gimnasio! ¡Escribe en un blog! ¡Aprende habilidades nuevas viendo videos en “YouTube”! ¡Sal a cantar a un karaoke! ¡Haz volantes y repártelos en una tienda o en todo el edificio! ¡Envía currículums a tus contactos! ¡Haz esas llamadas que sabes que tienes que hacer! ¡Atrévete a cocinar y a hablar a ciertas personas a que vayan a tu casa a probar tu arte culinario! ¡Lee ese libro! ¡Lee ese blog! ¡Escucha ese podcast y ve a la librería a comprar más libros del autor! ¡Habla con amigos con los que hace años no hablas y organiza una cena para verse! ¡Levántate muy temprano, mucho más temprano, para obligarte a hacer (hay magia levantándose tempranísimo aún sin plan de acción)! ¡¡¡Haz cosas!!! Te garantizo que, si haces unas cuantas, de verdad pocas, ¡pero haces!, verás que parecerá que con tan solo mover una palanquita y dos botones generarás lo que podrá ser una explosión de sucesos de éxito que llenarán tu vida de luz y de las maneras más sorprendentes que ni te imaginarías cómo llegaron a suceder. Has poco y podrá suceder mucho, pero tienes que dinamitar la quietud de tu entorno. Se dinamita con poco.
 
            ¡Sacude tu vida! ¡Agita tus circunstancias! Haz un poco… y podrá suceder mucho, mucho, muchísimo más de lo que imaginas. Aquí algo clave: tú y yo y todos, podemos pasar por momentos en nuestra vida donde nos sentimos perdidos. No tiene nada de malo perderse ocasionalmente. Tú puedes sentirte así ahora mismo. Pero aun ni sabiendo a dónde ir o qué hacer… ¡puedes dinamitar la quietud de tu entorno! Tienes que hacerlo. Se trata de que hagas cosas, aunque ni sepas a donde vas. Te confesaré algo: muchos de nosotros terminamos siendo y haciendo lo que jamás imaginamos, ni en nuestras más remota y fumada idea, que terminaríamos siendo y haciendo. Pero hicimos algo, poco, un poco, para que el “pinball” de la vida empezara a mover esa esfera plateada que sólo necesitaba ser disparada para empezar una cadena en reacción, a tejer hilos, a tender puentes, a generar contactos, a avanzar, a crecer, a prosperar, a producir una imparable…
 
¡Emoción por existir!
 
–Alejandro Ariza Z.

PD.: ¿Te gustó esta columna? ¿Crees que le puede servir a tus familiares y amigos? Compártela en tus redes sociales.
2 Comentarios
Araceli Bocanegra
27/3/2018 11:51:06 pm

Excelente como siempre Dr Ariza.
Mi admiración.

Responder
Josep Planas link
30/3/2018 02:35:37 am

Así es amigo Alejandro. Celebremos que existimos en el maravilloso pinball del Universo. Feliz Pascua. Recibe un cariñoso abrazo.

Responder



Deja una respuesta.

    Imagen

    Dr. Alejandro Ariza Z.

    Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. 


      Suscríbete a mi boletín aquí:

    Suscríbete al boletín informativo


    Archivos

    Julio 2022
    Junio 2022
    Mayo 2022
    Febrero 2022
    Octubre 2021
    Junio 2021
    Julio 2020
    Junio 2020
    Mayo 2020
    Marzo 2020
    Octubre 2019
    Agosto 2019
    Julio 2019
    Junio 2019
    Mayo 2019
    Abril 2019
    Marzo 2019
    Febrero 2019
    Enero 2019
    Diciembre 2018
    Noviembre 2018
    Septiembre 2018
    Julio 2018
    Junio 2018
    Mayo 2018
    Abril 2018
    Marzo 2018
    Febrero 2018
    Diciembre 2017

    Categorías

    Todo
    Alejandro Ariza
    AMLO
    Autoayuda
    Calidad De Vida
    Coronavirus
    Corrupción
    Covid19
    Desarrollo Humano
    Doctrina Del Shock
    Ego
    Elecciones
    Emprendimiento
    Espiritualidad
    Estrategia
    Éxito
    Facebook
    FIFA
    Finanzas
    Inteligencia Para El Dinero
    La Fuerza Del Pensamiento
    Meditación
    Mundial
    Nueva Conciencia
    Salud
    Superación Personal
    Superación Personal
    Tarjeta De Crédito
    Tienda En Línea
    Twitter
    Videoconferencias

    Libros

    Tienda

    Audiolibros

    Tienda

    Descargas mp3

    Tienda

AAZ Co.

🏠 Inicio
Aviso de privacidad
Un poco de historia
Suscripción a Comunidad 118 
​

Servicios

Sala en línea
Inteligencia y dinero
Ingresos adicionales
Academia AAZ  en línea​
CoDi
Imagen
Alejandro Ariza Z.
© COPYRIGHT 1998-2023, ALL RIGHTS RESERVED.
  • Inicio
  • Contacto
  • Consulta
  • Conferencias
  • Blog
  • Tienda
  • libros
  • Podcast
  • VIP CLUB
  • Academia en línea
  • ArizaTips