Hoy se me antojó compartir un breve mensaje para mis lectores emprendedores. Esos que trabajan para hacer que las cosas sucedan. Hace unos días escuché a un empresario, desconocido para mí, en YouTube hablando, con cierto tono de autoridad, acerca de la sorpresa que le generaba atestiguar lo anticuado de los “cursos de ventas” que llegaron a su escritorio como propuestas y cotizaciones de “expertos y gurús en ventas”. Leía temas como: “Logre un cierre agresivo y bajo presión”, “La ciencia de manipular la mente humana”, “Aprenda una negociación agresiva y dominar a sus clientes”, “Neuropersuación, neurooratoria”…, bla, bla, bla. ¡Estoy totalmente de acuerdo con él en lo aberrante que, por lo menos en mi mundo, suena todo eso! Me encantó cómo aquel empresario afirmaba que en “su mundo” tampoco. Y es que sí, existen mundos aparte.
Yo nunca he asistido a un curso así y creo que nunca asistiría tan sólo de leer esas propuestas…, y llevo más de 25 años vendiendo exitosamente un intangible y que, para colmo, hasta resulta ser parte de un lujo en la vida en ciertos niveles de mercado. Y más aún, modestia aparte, ha sido muy exitosa mi trayectoria “vendiendo”, sin haberme considerado nunca vendedor ni experto gurú en el tema. Sucede esta paradoja en la que creo: vender sin vender. En más de 25 años puedo confirmar y avalar lo que aquel empresario expresó: la venta más fácil es la que se sucede porque el cliente venga a ti a solicitar tu producto o servicio. ¡Es tan cierto esto! Y no solo es la venta más fácil, sino la más rápida. ¡Imagina la bendición! Vender fácil y rápidamente. La manera: trabajar ardua y disciplinadamente convirtiéndote en un profesional que aporta enorme valor a la vida de las personas. La gente pagamos, lo que sea, a cambio de recibir algo realmente valioso y perdurable y, de hecho, lo deseamos con frecuencia. A mí siempre me ha llamado poderosamente la atención esos restaurantes que están repletos de comensales y siguen llegando y llegando clientes que hasta ¡se atreven a esperar haciendo fila afuera! ¡Los clientes “llegan” sin parar! Al mismo tiempo, otros restaurantes vacíos donde hasta el mesero o la “hostess” tienen que salir a la banqueta con su carta para invitar a los paseantes a que entren, intentando vender, y observando cómo pasan de largo los caminantes. ¡Qué contraste! En un caso los clientes llegan solos y en enormes cantidades, y en otros ni haciendo labor de venta llegan. Son esos los casos donde la “labor de venta” se pone en entredicho. La venta es más algo que se sucede, no tanto que se haga. Hace unos momentos terminaba de redactar un programa como “traje a la medida” para dictar mi especial curso de ventas para una afamada firma internacional, mi curso: “Una Nueva Conciencia de las Ventas”, seis horas de duración que te cambia la perspectiva de la vida en servicio y actitud. Fue ahí que caí en la cuenta de tantas verdades y, a momentos, hasta difíciles de confesar. Y no porque sean difíciles en sí mismas para confesarse, sino por el nivel de conciencia que el público en general tiene y que ocasionalmente dificulta este entendimiento. Allá afuera debe haber gente que vibre y se sienta atraída por palabras como “agresividad, manipulación, presión, neuroblabla”, pero en mi mundo no, así como en el mundo de muchas personas que conozco. La historia para que suceda este evento que inicia con alcance nacional… sonó el teléfono. Me llamaron. Atendimos cordial y profesionalmente la llamada. Eso fue todo. Como llevo viviendo más de 25 años en mi empresa Nueva Conciencia. Yo no tengo un departamento de ventas, yo no tengo vendedores y prácticamente ¡nunca los he tenido! ¿¡Cómo es eso siendo una empresa que “vende” cursos y conferencias que transforman vidas!? Es que no vendemos, ponemos a disposición. Es otro mundo. Es un mundo en paz. Es un mundo mágico. Es un mundo de fe en lo que hacemos. Te adelanto un poco, por primera vez en mi blog, de mi estrategia de vida en este interesante rubro, tan sólo siete principios que sostienen lo que creo como “Una Nueva Conciencia de las Ventas”:
Estos siete puntos los explico en todo un día de una experiencia inolvidable, pero la esencia sintetiza en esos siete rubros. Así he llevado mi vida profesional. Es hermoso cuando comprendes que las ventas “bonitas”, esas hermosas y mágicas, son consecuencia, jamás un objetivo. Yo creo que no se trata de ponerse a vender, se trata de ponerse a servir, a hacer algo porque la gente diga que vale la pena seguir viviendo y seguir confiando en los demás. Si enfocas tu talento, tu calidad y tu trato humano a ello, la venta es un suceder, no un hacer. La gente sigue aquello que le transforma la vida para bien. ¿Me gusta ganar dinero? ¡Por supuesto que sí! Quizá como a todos (y digo “quizá” porque nunca falta el “hater” que dice que él no, que bla, bla, bla, con rudeza, burla y desdén; te digo, hay de todo). ¡Pero hay algo más hermoso y sublime que ganar dinero (y mira que esto ya es maravilloso)!... ganarlo como consecuencia de que te busquen y tener la bendita oportunidad de atestiguar que lo que produces, realmente mejoró la vida de otras personas aportándoles un valor incalculable, un valor muy superior a lo que pudieron haber pagado, por una experiencia de vida inolvidable. Y créeme, esto se puede lograr en cualquier giro, producto o servicio. Hasta puede llegar un momento de tu vida donde lo experimentes sin necesidad de cobrar. Y mágicamente, donaciones así, se convierten en ventas posteriores. Creo que vender sin vender es sencillamente ser, haciendo lo que más disfrutas y exhibiendo naturalmente tu alegría por ser y hacer. A fin de cuentas, todos, absolutamente todos, estamos haciendo algo para servir a los demás. El gran diferenciador es la manera. Disfruta lo que haces. Hazlo porque te encanta, no por venderlo. Y paradójicamente se venderá sólo. El bolillo no se esfuerza, y mira cuántos van por él para comerlo de tan sabroso que les sabe. Yo creo que vender debe ser una experiencia hermosa para cualquiera que de verdad tiene su corazón enfocado en el servicio. El vendedor estrella de verdad, esos que tú y yo conocemos y de los que hablamos durante días y los recomendamos, hoy por hoy, es alguien que seduce y enamora, en el mejor sentido de las palabras. Yo creo que a vender no se aprende, más bien el desafío de lo que verdaderamente se (debe) puede aprender es a ser una mejor persona, de esas que los demás quieren tener siempre cerca. ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza Z.
2 Comentarios
Jaime Maldonado
18/3/2018 01:14:40 pm
Hola Ariza.
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19/3/2018 09:58:00 am
Es de gran ayuda Doctor Ariza lo que nos comenta, yo creo también que el valor agregado a la venta es ser tú mismo, tu esencia la persona que eres.
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Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. ¿Te interesa recibir todas las publicaciones de Alejandro Ariza?
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