Vivimos tan dentro nuestro que esa es, de momento, la única explicación que encuentro para medir el tiempo promedio que tenemos de vida y percibirlo tan breve y al mismo tiempo tan vasto.
A veces me parece increíble lo breve que puede ser una vida de tan sólo 80 años, pero al mismo tiempo, dándonos tiempo para tantas y tantas experiencias. De repente dices: "¡Qué rápido se está yendo la vida!", pero al mismo tiempo puede pasar por tu mente: "¡Pero qué lento va esto! ¡Cuánto tiempo me estoy tardando en lograr eso que quiero!". ¿Cómo puede percibirse tan opuestamente un mismo hecho? Pues para empezar, aquí notamos que el tiempo es algo subjetivo. El tiempo, así como nos lo han enseñado, no existe. Lo que existe es cómo percibimos lo que sucede en el eterno presente. Por eso experimentamos la vida tan dentro nuestro. Y dependiendo de lo que llevemos dentro es que se nos pasa la vida volando o como escurriendo cemento. ¿Por qué escribir esto? En esencia no lo sé, pero me agrada obedecer el impulso. Hoy sentí fuerte el impulso. A momentos me resulta tan amenazante saber que la vida no se detiene ni un instante y, al mismo tiempo, saber cuál es el destino final. Si alguien se detuviera a pensar en esto, quizá también sentiría un asombroso temor, una falta de sentido descubriendo la jugarreta de la vida que tiene como única garantía la muerte. Venimos a hacerle la vida un poco más llevadera a las nuevas generaciones, pero sin olvidar que nosotros tenemos el derecho a vivirla también más livianamente gracias a la misma razón, lo que generaciones mayores a la nuestra han hecho por nosotros. Así, una cadena imparable de momentánea ayuda. Cuando alcanzo a verlo así, hasta parece absurdo y al mismo tiempo tan valioso. Aquí descubres que nada posees cuando lo único que existe es la breve oportunidad de disfrutar una experiencia pasajera. De ahí la inteligente predilección en vivir una experiencia que en tener alguna posesión. Nada poseemos. Nada, absolutamente nada. La esencia del sufrimiento es creer que poseemos algo. Y, para muchos, esa creencia es tan fuerte. Tan. Sabrás a ciencia cierta que no posees nada momentos antes de morir, pero puede resultar en una vida más liviana el entenderlo muchos años antes, reflexionando con letras como estas, quizá. Así, ¿qué sentido tiene la vida? Me encanta la respuesta de: ninguno... en su esencia, sino más bien, todos, tiene todos los sentidos que queramos darle y no, por cierto, no sólo uno. Y aquí, en esta vasta libertad que tenemos para conferir sentido es donde precisamente uno pierde. Uno es quien se diseña el sentido de su existencia. Y cuánto riesgo que nadie nos enseña a diseñar. Nos lanzan a la vida con cincel y martillo y quizá –tan sólo quizá– alcances a escuchar: "llégale". Y se acabó el instructivo. ¡Ah... el arte de vivir! Quizá continúe mañana cavilando contigo. –Alejandro Ariza Z.
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Nada va a cambiar de hoy para mañana, en tu Año Nuevo, si no lees algo nuevo. Perdona que te lo diga así de directo, pero así suele ser la verdad. Sé de la emoción que caracteriza a las mayorías en un día como hoy, fin de año y en la próxima fiesta de Año Nuevo, sin embargo, aquí en Nueva Conciencia debo ser mucho más realista: con la intención no basta. Si la intención no te lleva a actuar distinto, ¡nada cambiará en tu vida y seguirás exactamente igual que siempre! Por más que tengas muy buenos deseos con cada uva que te comas, aunque uses tus calzones amarillos, aunque hagas algún ritual con tus semillas, tu borreguito, etc., aunque tengas mucha fe... ¡nada, absolutamente nada, va a cambiar en tu vida... si no lees algo nuevo y lo entiendes de tal manera que geste en ti una Nueva Conciencia y así, ésta, te lleve a actuar distinto a como siempre lo has venido haciendo!
No se necesita una fecha para cambiar, se necesita un deseo enorme y sincero solamente. Y éste, se puede suceder en cualquier momento. Por emoción colectiva, por energía, por tradición, la fecha de Año Nuevo, los lunes, los días "1" (que ahora coincidirán) suelen ayudar a que vivas este momento, el deseo de cambiar, de vivir algo nuevo, de iniciar, pero, de verdad, no se requiere de una fecha, lo esencial es tu deseo de magnitudes apoteóticas en el día y a la hora que sea. Sólo hasta que tengas un enorme deseo, independientemente de la fecha, será que te pararás frente a la puerta de entrada al cambio, a la mejora. Luego, tienes que caminar, "hacer" algo nuevo, recorrer nuevos caminos, literalmente. Confróntate: ¿Qué te emociona de fechas como hoy y mañana? Tomar alcohol, la convivencia con la familia, la fiesta, la ingente cantidad de comida deliciosa a tu paladar, la esperanza de un cambio... o la firme convicción de vivir una nueva vida? Porque para esto último necesitarás adquirir información que jamás habías adquirido, de esa de la que jamás se habla en una fiesta. Imagínate el reto: ¡tendrás que leer y mucho! De lo contrario, te vuelvo a repetir... nada va a cambiar. Y ahora entenderás por qué a tantísima gente no le cambia nada la vida, aunque pase un Año Nuevo y otro y otro y otro. Si entrenas tu vista con una Nueva Conciencia, podrás ver la magnitud del absurdo al que se someten muchos en una fiesta de Año Nuevo: de todos los deseos que se procuran, uno que está "bien visto" es "la salud", brindan a media noche deseándose salud... al mismo tiempo que comen y beben alimentos y a una hora en que dañan su salud. En mis conferencias he explicado muy ampliamente esta cascada de eventos: los resultados son consecuencia de las acciones; las acciones son consecuencia de los pensamientos y los pensamientos son consecuencia de la información. Jamás obtendrás "nuevos" resultados si sigues haciendo lo mismo. Para nuevos resultados necesitas nuevas acciones, HACER algo que jamás antes habías hecho. Y para hacer algo nuevo, necesitas tener pensamientos que jamás antes habías tenido. Y para tener pensamientos nuevos necesitas información que jamás antes habías adquirido. ¡He ahí el enorme poder transformador que tienes al poder elegir nueva información! Tu mayor fuente de cambio real será la lectura de un libro transformador, la asistencia a una clase magistral que te dé información que jamás antes ni siquiera habías sospechado que existiera, escuchar a un experto en determinado nuevo tema para ti, webinars, videos educativos en YouTube, etc. Si no adquieres nueva información, jamás podrás tener nuevos pensamientos y, por lo mismo, nunca realizarás nuevas acciones que, lógicamente, por ello, te mantienes incapaz de crear nuevos resultados, esos que quieres para tu Año Nuevo. No. Nada. Todo seguirá exactamente igual, nada mejorará. De hecho, empeorarán las cosas por el contexto que se avecina en el 2018... si tú no adquieres una Nueva Conciencia por la nueva información que introyectas. Vivimos en una época en la que si no avanzas, retrocedes. Nada ni nadie se queda estático. ¿Te imaginas a alguien en Año Nuevo donde en vez de estar con una copa en la mano o un plato lleno de rebosante comida, tuviera un libro y estuviera leyendo? Sí, sé que es hasta medio agresiva esta imagen para muchos en un día como hoy. ¡Cómo un libro! ¡Absurdo! ¡Eso sería aislarse de la convivencia! Y precisamente ahí está tu desafío: la superación personal es así exactamente, "personal". No se supera uno en bloque, en grupo, en familia. Es algo muy, demasiado, personal. No te digo que dejes de ir a tu festejo y te quedes en casa leyendo –cosa que sería maravillosa–, disfruta tu fiesta, come y bebe si te da placer, ríe y abraza, todo lindo..., pero "además", lo que te sugiero es que no dejes pasar muchos días de la primera semana de enero sin que te procures soledad y serio enfoque para analizar la información que manejas en tu vida y dediques tiempo a adquirir nueva información que haga de este año próximo una verdadera mejora. No existe otra manera de que mejores si no estudias algo nuevo, si no lees, si no aprendes nueva información. "¿Dónde la vas a pasar?"... frente a esta preguntita tan común como saludito insistente alrededor de este día (como si a quien te pregunta realmente le importara. Lo que más le importa a la mayoría es que le preguntes de vuelta "¿Y tú?", para poder comparar y ver quién irá un lugar "mejor"), deberías de entrenar a tu oído y conciencia para escucharla no como preguntando un lugar, sino un estado de conciencia. Verás cómo te cambia la trascendencia de la pregunta. ¿Te imaginas? Que a quien te pregunte: "¿Dónde la van a pasar?" (porque la pregunta muchas veces ya lleva implícito que forzosamente vayas acompañado, por eso el plural), le respondieras: "Bueno, no sé los demás, pero yo pienso pasarla en un estado de conciencia superior, pienso elevarme a una Nueva Conciencia, allá pienso pasarme. ¿Y tú?". A nombre de todos los que trabajamos en Nueva Conciencia, te deseo un muy feliz Año Nuevo, uno de verdad nuevo, uno donde te dediques a adquirir nueva información que te genere esa felicidad que se te desea, esa paz, esa abundancia, esa salud. Todo esto es consecuencia de acciones que te dirigen hacia la salud, abundancia, paz y felicidad. Esas acciones serán consecuencia de que tengas pensamientos enfocados a la creación de estas mejoras, y esos pensamientos sólo serán consecuencia de la nueva información que adquieras, dedicándole el tiempo que sea necesario para adquirirla. Para mejorar, para cambiar, no hay recetas mágicas, ni hechizos, ni amuletos, ni rituales que sirvan si no dedicas tiempo a estudiar y entender algo nuevo. Si entiendes cambias. Así no más. Así funciona el ser humano. ¡Que todos tus deseos tú los hagas realidad! Emoción por existir. –Alejandro Ariza. |
Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. ¿Te interesa recibir todas las publicaciones de Alejandro Ariza?
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Julio 2022
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