Atacar te hace sentir una relación con el atacado. Una relación que necesita aquel que se obstina en el absurdo de mantener lo que ha dejado de existir. Atacar es una manifestación de miedo a perder. El atacado es que quien ya te dijo que no te quiere y no lo aceptas, como si de aceptar o no se tratara. Hay cosas que son y ya. No se requieren aceptar. Son. Atacas porque te rehusas a aceptar la verdad y atacar no es otra cosa más que tu anhelo de sentirte amada por quien ya no te ama. El atacado, si es débil, puede sentirse tan molesto y más debilitado aún con tus ataques que descubre que puede detenerlos si miente. Ahí puede decirte que sí te quiere. Ahí cesan los ataques. Ahí nace un absurdo: alguien se cree querido por quien no le quiere y así éste deja de ser atacado. Se le miente a quien no deja ser y ataca si las cosas no son como él o ella quiere que sean. El atacado, fastidiado, encuentra como pacífica estrategia el mentir. La verdad es más hermosa que el fingimiento del amor, dijo Emerson, pero Ariza expresa: Lamentablemente hay personas que prefieren el fingimiento del amor que la verdad, ya que en sus valores no existe el aprecio por la hermosura de la verdad sino por la fealdad de su dominio y control. Se trata de un monstruo. Ese cuyo verdadero placer está en tener amarrada a una presa. Un monstruo nada sabe del amor. La distancia entre ese valor y su estado de conciencia es enorme. El atacante, aprovechando cuando empiece a cansarle el atacar viendo que no obtiene nada de lo que quiere (y que, por cierto, jamás lo obtendrá), puede y debe empezar a cuestionarse: ¿Qué sentido tiene retener a quien claramente ya me dijo que no me quiere y así desea irse? ¿Qué sentido tiene creerse amado por quien sólo es un prisionero que no me amará jamás? El único absurdo sentido es privarlo de su libertad para amar a otra, otro, a quien realmente quiera, porque tú no te sientes amado por ese que ya te dijo que no te quiere. Un absurdo que pronto terminará. Cuando la presa rompa las cadenas y logre escapar, a pesar de todas las trampas y ataques para que no encuentre la salida. El atacante no sabe que su presa, ya no está ahí desde hace tiempo. Porque no se está donde el cuerpo reside, sino donde la mente piensa y el corazón siente. Se ataca por heridas de abandono. Se ataca por haber creído que el valor propio es en virtud de una relación, craso error; si la relación falla, el atacante cree que falló él. El atacante debe aprender a valorarse a sí mismo sin necesidad de nadie más. Ahí inicia un despertar. El ataque cesa cuando el atacante descubre su valor. El atacante necesita desarrollar urgentemente su autoestima. La autoestima no de desarrolla urgentemente. El atacante necesita paciencia basada en el conocimiento de ese hecho. Atacar es un grito desesperado de anhelo por no dejar de ser amado por quien clara y honestamente ya no te ama. Es un grito absurdo que el otro ya ni oye. Un grito en el vacío. El atacado dejó de amar o quizá nunca amó. El atacante debe entenderlo como un hecho y ya. El atacante se podrá preguntar por qué el otro pudo mantenerse en la relación por tanto tiempo si no hubo amor. La respuesta: claramente hubieron otras razones dónde el atacado ganó algo por mantenerse ahí, incluso una tensa paz. Suele ser dinero, sexo o mera compañía, pero más comúnmente es tensa paz, el atacante desarrolla miedo al ataque, entonces calla con un permanente grito desesperado en su interior. Así pues, razones hay varias; el atacante debe entender que descubrir eso no es lo que importa, cuando lo único que trasciende es descubrir que ya no hay, o nunca hubo amor. El hallazgo podrá ser doloroso, sin duda. Pero el dolor jamás será por el comportamiento de aquel, sino por la expectativa de uno. Si el atacante es sincero consigo mismo, siempre hubieron señales desde un principio. Pero el atacante también desarrolla cierto tipo de ceguera selectiva. El atacante puede llegarse a enamorar de un ideal, de su idea, más que de la otra persona en realidad. El problema reside enteramente en la percepción del atacante, más que en el comportamiento del atacado. Si el atacante entiende el absurdo de empecinarse en ser amado por quien ya no le ama, el atacante en ese mismo instante deja de atacar y suelta todo, por el bien de todos. Es una liberación sucedida en un instante, en un relámpago de confrontante claridad. El atacante despierto alcanza a ver el gran absurdo de sus ataques como estrategias para mantener cierto tipo de relación con quien ya no quiere ninguna. El atacante despierto descubre que atacar era mantener cierta conexión con quien ya no desea ninguna, el atacante despierto descubre el absurdo y suelta al atacado como se suelta de una braza ardiente cuando ya no se quiere uno quemar. El atacante despierto deja de atacar de en el acto. Repito, este acto suele suceder en un instante. Ese es el tiempo que suele tardar el comprender el absurdo, un instante. Deja de gritar su anhelo de ser amado por quien no le ama. El atacante despierto logra alcanzar a ver ese gran absurdo y suelta todo hasta con cierta vergüenza por haber insistido tanto en mantener unido lo que ya estaba separado. Del coraje para a la vergüenza. Uno se apena por cometer estupideces ex profesas. El atacante despierto podría hasta pedir perdón al atacado, pero no por haberlo atacado tanto, sino por descubrir por qué lo atacaba. El atacante despierto descubre que su antigua pobre autoestima le llevaba a vivir en el más pleno sinsentido, viviendo precisamente lo contrario a: más vale sólo que mal acompañado. El atacante, cuando dormido, prefiere vivir en la permanente neurosis de vivir mal acompañado antes que solo. El atacante dormido siembra las semillas de la infidelidad en el atacado, naturalmente. Y sus constantes ataques y deseos de control para ser amado de la manera en que él quiere, riega y cultiva aquellas semillas. El atacante dormido también desarrolla cierto tipo de sordera selectiva. Cuando el otro le dice claramente que no ya no le quiere, eso jamás lo oye. Sólo tiene capacidad para escuchar si se le ama y el otro dice lo que el atacante quiere. Es casi una psicosis. Es desear vivir en un mundo irreal, doliéndose por los ocasionales golpes de realidad. El atacante dormido siempre piensa que el infierno es el desprecio del otro hacia él. No alcanza a ver que el infierno es autogenerado por su propia obstinación de ser amado por quien clara y honestamente ya le ha dicho que no le ama, y quizá ya se lo dijo de la manera más contundente, demostrándoselo, sin palabras. El atacante despierto deja de ser atacante. Se convierte en persona. Deja de suponer y parte siempre de la evidencia. Aceptándola, suelta todo y abre la puerta de la libertad total para todos, siendo la más importante la de sí mismo. Empieza a sentir paz. La persona recobra su dignidad de persona y con amor permite que cada quien siga su propio camino, aquel, el único, donde precisamente podrá encontrar el verdadero amor por medio lógico de la paz. Por amor suelta y por ese mismo amor luego encuentra. Sólo mediante ese amor logra abrir el pacífico camino para encontrar al adecuado, al amor verdadero. Todo esto requiere, naturalmente, tiempo. –Dr. Alejandro Ariza Z. Estas letras brotaron hace unos días siendo aproximadamente las 4:15 AM, despertándome la idea, literalmente empecé a escuchar conceptos, con cierto esfuerzo me incorporé para escribir en mis notas de mi iPhone, aunque incómodo, lo que me venía a la mente con mucha claridad. Hoy te lo compartí aquí.
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Muchas veces no queremos cambiar la manera en que hacemos las cosas, aún existiendo la posibilidad de que fuera una mucho mejor manera; pero, como sólo imaginamos el cambio como “posibilidad” de mejora, entonces preferimos permanecer en lo conocido, en lo de siempre. Además, nos sentimos más seguros “en lo de siempre”. Creemos que el cambio, aun para mejorar, implicará esfuerzos innecesarios o un costoso tiempo por la famosa curva de aprendizaje de lo nuevo. Sin embargo, de repente, llega una tragedia. Ésta nos obliga forzosamente a cambiar, y ahí, descubrimos con gran asombro que el cambio sí resultó ser algo mucho mejor. Quizá esa es la parte más valiosa de una tragedia. Nos obliga a hacer los cambios necesarios para mejorar y así, muchos ya se dieron cuenta: sí había una mejor manera de hacer las cosas. La tragedia, al líder, lo lanza a buscar una mayor productividad, es decir, a hacer más, con menos y mejor. Así, miles de líderes alrededor del mundo, ya se dieron cuenta de cómo podían mejorar, gracias a una tragedia. Vista con filosofía, bendita tragedia, gatillo de la mejora.
El día de ayer leía un encabezado: “La metamorfosis de Amex” en el diario Milenio. Una interesante entrevista que, en esta época de pandemia, le hicieron al director general de American Express México, Santiago Fernández Vidal, donde comenta con alarma: “La caída al inicio de la crisis [del covid-19] fue brutal, no lo habíamos visto nunca antes, ¡cayó el 90% de la facturación por consumo en aerolíneas, hoteles y restaurantes en tan sólo un mes!”. Se trata del área de consumo mayoritario para el mercado de clientes Amex, conozco muy bien el mercado, fui célebre representante. Sí, una verdadera tragedia para Amex, como muchas para tantas empresas alrededor del mundo. Santiago Fernández comenta que al final de la primera quincena de marzo, mandaron a sus casas a más de 4,400 empleados para que hicieran “home-office” y notó cómo las operaciones sin tarjeta física, es decir, transacciones en línea, se incrementaron enormemente por la pandemia. “¡El comercio electrónico se incrementó 75%, otra cosa que no habíamos visto nunca antes!” –comentó. Otro servicio que cambió radicalmente fue el de los gastos corporativos, donde Amex tiene el 95% del mercado. Santiago continuó diciendo: “En un futuro, se van a recuperar antes los viajes de placer que los viajes por trabajo”. Y aquí viene una declaración que yo percibí tremendamente reveladora: “Ya se probó que las reuniones virtuales funcionan y que hay muchos ahorros al no mover ejecutivos”. ¡Ya se dieron cuenta! Yo, como viajero frecuente (extremadamente frecuente por años) ¡siempre lo dije! ¡Qué sentido tiene el desgaste de un viaje, desgaste físico, emocional y económico, cuando nos podemos ver en la extrema comodidad y enorme conveniencia de una videoconferencia? ¡Ah, pero los conservadores, neoliberales, fifís, los adversarios, se negaban a dejar de hacer sufrir al viajero! Pa’ que desquite su sueldo, pa’ que se esfuerce y viva el famoso “has de sufrir para merecer”, además, porque nada se compara como el contacto en persona. (Oye… lo de fifis, adversarios y conservadores ¡fue broma, he! Me imagino que con mínima inteligencia lo pudiste deducir desde el primer segundo). Volviendo al tema, un simple y sencillo viajero como yo, argumentando con extrema lógica acerca de la gigantesca conveniencia de la tecnología actual donde nos podríamos ver y conversar exactamente igual de bien, pero sin la necesidad y desgaste del viaje, no era creíble. Hoy la tragedia me da la razón. Soy inmensamente feliz. Esta es una de las dichas que me trajo el coronavirus. Sé que mi personalidad asocial fue la que sintió enorme alegría por este sabio cambio, por esta gozosa mejora, pero a nivel negocio, los magnates empresarios se acaban de dar cuenta de cómo sí podían ganar más, mucho más dinero gastando menos, mucho menos. Tuvo que suceder una tragedia de estas inverosímiles magnitudes para que alcanzaran a ver lo que para muchos de nosotros esta evidentísimo. Yo siempre he dicho que, fuera de una relación sexual, no necesito ver a alguien físicamente. Lo que los humanos requieren es intercambio de información. Y hoy, eso es lo que nos permite la tecnología. Sí, sí, sé que en este momento ya muchos deben estar sintiendo cómo les hierve la sangre buscando que esta columna se acabe para lanzarse a la caja de opiniones y refutar que eso no puede ser, que el ser humano es un ser social que necesita verse y tocarse físicamente y no sólo sexualmente y bla, bla, bla. Esta bien, estoy de acuerdo. Totalmente de acuerdo. Pero para cuestiones de negocio (¡lo que mueve al mundo!), no es imperiosa esa necesidad y la evidencia actual es contundente, tajante, concluyente, irrefutable. Sí, sí, también sé que ya más de alguno querrá lanzarse sobre su teclado a gritar rebatiendo: “Doctor Ariza, está usted muy equivocado, 'los mejores negocios se cierran con saliva', es ida a comer, a conversar socializando con el cliente, a sembrar amistad antes que negocio, a inspirar confianza por conocernos en persona…bla, bla, bla”. Está bien, estoy de acuerdo, totalmente de acuerdo, pero mira cómo la tragedia ha demostrado que no es necesariamente así. Observa el tamaño de evidencia. El reto: son años de tener una creencia enquistada en el cerebro y, como siempre, para muchos es muy difícil cambiar a una nueva conciencia, ¡aún frente a la más rotunda e irrefutable evidencia! La gente rebate porque ve amenazada su creencia de lo que años creyó como su verdad, la única que había conocido hasta el momento. Pero las tragedias nos sacuden muchas creencias y nos hace cuestionarnos su magnitud de verdad, y para muchos esto sucede con dolor, tanto, que no aceptan un cambio, hasta que se ven irremediablemente forzados por la nueva normalidad a ello. Un afamado empresario multimillonario que conozco personalmente, dueño de una compañía trasnacional, siempre insistió que en su modelo de negocio la gente tenía que verse personalmente para tener éxito, así lo había demostrado en 35 años de existencia en su constantemente rampante éxito. Hasta que llegó un virus. Éste le vino a demostrar otra cosa. Esta empresa, para impulsar mayor crecimiento anual, solía organizar convenciones de una asistencia extremadamente nutrida, incluso donde muchos asistentes se veían obligados a asistir a cambio de seguir recibiendo sus bonos (ya que si no asistían se los retiraban). Siempre fue un gran éxito..., hasta que la pandemia ya no lo permitió. De hecho, los expertos hoy afirman categóricamente, que todo giro de negocio que implique reunir gente, será lo último que se recupere en la historia de esta pandemia. Así, personas más jóvenes de la empresa probaron realizando una “convención virtual” en China. El resultado se suponía incierto. El resultado sucedido: ¡un rotundo éxito! ¡Mucho mayor a cualquiera de las otras convenciones presenciales de cuerpo presente! El dueño se fue de espaldas al ver el incremento de sus ventas así. Al mismo tiempo, nadie se desgastó en viajar. Cuando alguien es inteligente, acepta el cambio con tal evidencia de mejora. El dueño es muy inteligente. Ya se organizó las segunda convención virtual en USA y con más éxito aún. ¡Productividad total! Hacer más, con menos y mejor. ¡Ya se dieron cuenta! El fundador de Twitter, Jack Dorsey, envió a sus empleados a hacer “home-office” por seguridad desde el inicio de la pandemia, para que luego de terminar viendo los resultados de esa medida, decidiera que a partir de ya, los empleados podrán permanecer trabajando desde sus casas para siempre. ¡Pues claro! ¡Imagínate que se tenga la misma o mayor productividad sin gastar luz en la empresa, sin desgaste físico de equipos, sin riesgos laborales, y un sinfín de mejoras! Al mismo tiempo, que los empleados puedan convivir más con sus familias, y tener menos gastos y estrés en desplazase al edificio de la empresa. Ya se dieron cuenta. Sí, sí, sé que hay algunas aristas en este nuevo comportamiento laboral que dejan ver “contras”, pero son infinitamente menores a los “pros”. En un futuro cercano se deberán rehacer los reglamentos y leyes laborales, adaptándose a la mejora. Yo mismo, a mi micro nivel (comparado con aquellos gigantes) he notado cómo en esta cuarentena, mi consulta ¡se incrementó 500%! Y ahora toda mi consulta sucede exclusivamente en línea. ¡Nunca en toda mi vida había sido tan feliz dando consulta y pudiendo servir a pacientes de varios países, atendiendo a personas de México (desde Monterrey hasta Chiapas), USA, Colombia, Perú y España, viendo a varios de ellos en un sólo día sentado en mi despacho! Esto no lo cambio por nada. Es mi experiencia más feliz como terapeuta. Y sí, también he pensado que me quedaré dando consulta sólo en línea. Mis pacientes están felices pudiendo verme sin tener que viajar, sintiendo las innegables mejoras en su salud emocional y en muchos otros rubros donde puedo asesorarlos en sus vidas. Se puede perfectamente bien. Ya se dieron cuenta. Sugiero festejar esta cambio de tanta mejora multifacética. Siempre lo he afirmado en mis conferencias: detrás de toda tragedia siempre hay oculta una bendición. También sé que algunas personas no alcanzarán a ver esta mejora, pero eso sucede fundamentalmente porque no conocen bien los sistemas o todavía no tienen acceso a ellos. En alguno de mis podcast recientes comenté que las personas que más sufrirían este dramático cambio en la economía del mundo serían los “analfabetos digitales”. Si no sabes manejar a la perfección un sistema de videoconferencias, naturalmente te sentirás amenazado y suplicarás regresar a la antigua normalidad, esa donde preferías verte en persona. No va a ser así en mucho tiempo, y en algunos giros, ya nunca, natural y convenientemente. Necesitas humildad (y prisa) por aprender nuevas habilidades. Y créeme, es más fácil que cambies tú a que cambie la realidad. Quizá la invitación que te lanzo en esta columna es a que tú también te des cuenta. El mundo ya cambió y la vida te está esperando para que tú cambies también y prosperemos juntos. Nota al margen: la vida no te va a esperar mucho tiempo, a decir verdad, casi nada. La gente rechaza y ataca lo que no entiende, esto podría afirmarlo casi como ley luego de ser un acucioso observador del comportamiento humano por casi 30 años. Yo creo que los cambios actuales se me antojan como para convivir más en persona sólo cuando ser trate de disfrutarse en la amistad y en la familia, no necesariamente para trabajar. Si hemos de vernos pronto, de abrazarnos, besarnos, caminar de la mano y comer juntos, que sea más por placer, que por necesidad. Así distingo la convivencia con quien uno quiere de aquella con la que sólo conviene, la laboral. Yo espero que esta segunda logre cambiar para siempre. Sólo viviríamos convivencias en persona auténticamente felices y de valiosa nutrición para el alma. Uno de los conceptos que me encantaron desde el primer momento en que supe de él, fue cuando estudiando al filósofo misántropo, Schopenhauer, dijo algo así como: Una idea o sistema nuevo, siempre tendrá al principio la burla y el desdén de los demás, para luego pasar a afrontar la férrea resistencia y oposición de todos aquellos que ganaban algo con el sistema anterior, para que, al final, todos la acepten como habiendo sido la idea o sistema más conveniente. Esas son las tres fases por las que pasa toda idea nueva. Toda mi vida he pasado por ello, conozco de lo que hablo. Y como todo, será cuestión de tiempo para afirmar que, al fin, prácticamente todos, ya se dieron cuenta. –Dr. Alejandro Ariza Z. «El hombre que se levanta es aun más fuerte que el que nunca se ha caído». –Victor Frankl. Vivimos desafiando la gravedad. Como adultos, pocas veces somos conscientes de que en todo momento existe una fuerza que tira de nosotros hacia abajo, hacia el piso, nos jala para caer, la fuerza de gravedad. Con los años, hemos aprendido a sostenernos y a desafiarla mediante la fuerza de nuestra piernas o por ciertas posturas y en algunos casos agarrándonos de algo para mantenernos arriba o levantarnos. Exactamente así sucede en el ámbito no físico de nuestra vida, en nuestras emociones, en nuestros sentimientos, en nuestra inteligencia, en nuestra voluntad. Por eso, toda la vida vivimos desafiados por aquello que tira de nosotros hacia abajo, las malas noticias, la pereza, la costumbre, el miedo. Antier me hice unos análisis clínicos y se notó perfectamente cómo en esta cuarentena me solté..., y lógicamente me caí. Y hoy deseo levantarme de nuevo. Hubiera sido mucho más fácil permanecer en la ignorancia de no saber cómo es- taba mi azúcar en sangre, ni saber de mis triglicéridos o colesterol y muchos otros marcadores biológicos. Mantenerse en la ignorancia es la cómoda permanencia ahí tirado sin quererse levantar. Pero, cuando el cuerpo te empieza a hablar, conviene hacerle caso. Y si notas un cambio en tu cuerpo físico, ahí es cuando ya te está gritando. Los cambios en los marcadores biológicos podrían ser apenas unos susurros al oído, pero tendrías que, disciplinadamente, ir a hacerte estudios de laboratorio en una fecha determinada cada año por seguimiento de tu salud. Algo que no muchas personas desean hacerse. Encuentro cuatro razones: la persona no sabe lo tremendamente valioso que es saber anticipadamente, la persona no tiene dinero para irse a hacer estudios, la persona es ignorante y pobre y cree que es un gasto absurdo, la persona prefiere no saber para no asustarse (esa teoría de “la felicidad del ignorante”). Cualquiera de estas razones, más la combinación de varias, hace que una enorme cantidad de gente no escuche el susurro, ahí cuando todavía se pueden corregir tantas cosas. Ese es el valor del la revisión médica anual o semestral. Por disciplina e inteligencia, no por dolor o molestias. La actual cuarentena sostenida ya por tanto tiempo (y el que falta) dada esta pandemia que nos tocó vivir, a todos nos ha relajado luego del tirón de la mala noticia, es casi un reflejo, así muchos nos hemos relajado hasta soltarnos. Muchos, así, hemos caído. Muchos hemos subido de peso, nos hemos sentido preocupados, hemos percibido cómo nuestras emociones están algo alteradas, y hemos mantenido una alimentación ya casi simplemente sucediendo por impulso, sin conciencia. Un mecanismo de defensa harto común en la psicología humana es la compensación, si me siento mal de una manera, busco algo que me haga sentir bien por otra. Así, el relajamiento en ciertas áreas de nuestras vidas compensan la tensión de otras; los placeres pudieron empezar a ser opción viable. La comida, el más fácil y común. Cuando estamos en el suelo, cuando ya nos caímos, puede darnos hasta pereza levantarnos y ahí se manifiesta como sostenida autocomplacencia, casi permanente autoconmiseración. Sabemos que algo nos puede estar haciendo daño, y aún así lo permitimos, luego hasta lo procuramos. Entra una galleta, y se siguen otras cien a lo largo del tiempo. Por eso por ahí recuerdo a algún autor que decía “la galleta con la que subí 10 kilos”, precisamente porque muchas veces basta una para abrir la puerta al largo desfile. La falta de vida social (y su natural y casi conveniente presión), el relajamiento de horarios, el desvanecimiento gradual de la conciencia del día en que se vive, las noticias y la realidad, todo cooperó para que uno, casi naturalmente, mejor prefiriera “soltarse”, y es que a quién le gustaría estar asido a tanta tragedia e incertidumbre. Por eso, psicológicamente me suelto cuando algo ya no quiero tener conmigo. Pero lamentablemente nos podemos llegar a soltar... de todo. Y ahí surge un nuevo y sutil problema, nos soltamos hasta de lo bueno y conveniente. Mi sugerencia, si vives algo similar a lo que yo: confróntate con los hechos crudos cuanto antes. Tienes que ver con tus propios ojos el número de cuánto pesas en la báscula, tienes que medirte la cintura o probar con ese pantalón que dejaste de usar hace dos meses, tienes que ver la cifra del dinero que debes en tus tarjetas, tienes que ver la cantidad exacta de dinero que tienes disponible. Tienes que saber. Esa es la única manera de saber qué tanto has caído al soltarte. Y necesitamos saber, porque sólo podemos mejorar cuando sabemos la medida. Lo que no se mide, no puede saberse si mejora. ¡Necesitas saber! ¡Tienes que saber! Tienes que confrontarte con los hechos crudos cuanto antes. ¿Y para qué? ¡Para levantarte! Saber la verdad suele motivarnos cuando viene aderezada del deseo de mejorar. Y es la motivación más auténtica, la que viene de dentro, una motivación exclusiva para ti, en forma y medida. Y te digo algo: estés como estés, ¡hay solución! Sólo hay que empezar, volver a empezar. Y te digo otra cosa: es extremadamente motivante volver empezar, y más cuando ya has descubierto un hecho contundente: el éxito deja pistas. El simple hecho de tomar la determinación, hace que ahora vuelva a llegar a ti la información necesaria, esa que te mantenía de pie, esa de la que soltaste. Parte de la magia en la vida de un humano es que en cuanto se enfoca, la información llega a él como por arte de magia. Se te aparece frente a ti, todo lo que debes saber para levantarte, cuando lo deseas desde lo más profundo de tu corazón. El misterio de la la Divina Providencia existe y ahí lo compruebas. ¿Señales? Sí, te digo que las recibe uno diariamente, con frecuencia, pero sólo te das cuenta cuando estás preparado para levantarte. ¿Crees que estás leyendo esta columna “por casualidad”? Si eres mi lector asiduo, a estas alturas ya debes saber que eso no existe. Hoy por la mañana, leía una nota el periódico precisamente del día de hoy, cuyo título era: “Retrasa indisciplina retorno a la normalidad”. ¡Sentí el golpe de la verdad! Aunque la nota era la falta de educación para acatar recomendaciones de salud en Acapulco, donde la gente sigue y siguió saliendo tanto a las calles, que hoy es una de las ciudades donde la curva de contagios por Covid19 es cada vez mayor y no podrán reiniciar actividades en la fecha programada por el gobierno federal. Sin embargo, el título es perfectamente aplicable a todo, absolutamente a todo en la vida, ¡hasta se me antojó llamar así a un libro! ¿Te imaginas? La indisciplina retrasa el regreso a la normalidad. Ese libro tendría como epígrafe en toda un hoja al inicio, cinco palabras que han marcado desde hace años la filosofía de mi vida, filosofía Ariza: “Lo normal es estar bien”. Y así, precisamente así, la indisciplina retrasa el regreso a la normalidad, por indisciplinados dejamos de estar bien, nos soltamos, nos caemos. El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra “disciplina” como: Doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral. Doctrina es una enseñanza que se da, norma, paradigma. Así, la disciplina yo quiero entenderla como una enseñanza de aplicación práctica que prepara a alguien para su mejora y sostenimiento de su bien. La palabra “disciplina” tiene una gran carga emocional, así, muchos la asocian con la milicia, con algo enérgico, con ruda imposición de reglas, como amenaza por no cumplirlas. Y claro, con esa carga emocional, ¿a quién se le va antoja ser disciplinado? Y quizá ya alguien puede estar pensando: “...pues se trata de que te guste o no, hay que hacerlo y ya”. Sí, hay gran carga emocional en esa palabra y por ello nos cuesta tanto disciplinarnos. Sin embargo, yo hoy te quiero dar una nueva conciencia de esa palabra. ¿Lista? ¿Listo? Ahí va: La disciplina es una manifestación de amor propio. Reflexiona un rato en esto. Uno debería de seguir reglas y normas por el entendimiento de la propia conveniencia, así se apreciaría, claramente, como lo que es, una poderosa manifestación de amor propio. Y pues aunque así la carga emocional ahora es de poder más positivo, también debo decir que, a veces uno se deja de amar, así uno se suelta, así uno cae. Creo que se trata de volvernos a enamorar de nuestra vida, volver a pensar en esos momentos en que uno se sentía y estaba tan bien, tan normal, y de esa manera, recordando y enfocándonos en esa experiencia, dan ganas de levantarse, cueste lo que cueste, aunque no cuesta. He ahí la magia de una decisión basada en el entendimiento de un valor real: la conciencia del esfuerzo se desvanece, aunque éste exista no se sufre, se goza la disciplina. En esas ando y por eso sentí, otra vez, la inspiración para escribir. ¡Se siente poder iniciando, una vez más, una alimentación consciente, saludable! Se siente emoción volviendo a leer del tema y enfocándonos en el bienestar real. Se siente entusiasmo por moverse y empezar el ejercicio. Se siente inteligencia volviendo a tomar suplementos que nuestro cuerpo necesita. Se admira uno de cómo vuelven a empezar a llegar las fuentes de información hacia uno, en forma inmediata. Se siente bien volver a lo normal. Espero que el día de hoy mi pluma escribe directo a tu corazón. Nos podríamos acompañar levantándonos. Así como recibí una gran señal en la nota del periódico de hoy, hace unos días recibí otra que dejaré aquí como corolario de mucha de mi filosofía, una imagen que me encantó en extremo, me pegó, hacia arriba, de esos golpes raros que te levantan. ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza Z. Estaré atento a leer tus comentarios... ¿Recuerdas cuando viste una serie, por ejemplo en Netflix, tan atractiva y bien hecha, por la emoción tan intensa que generó en ti (miedo, acción, ansiedad por saber qué seguía), de tal manera que volvías a ver otro capítulo y otro y otro? Eso es común gracias a la extraordinaria producción que hay atrás generando precisamente esa “adicción” a la trama. Se hace con toda intención para que tengas ansiedad por querer saber qué sigue. Hay pasos en la estrategia de producción. Aprende esto: todo, absolutamente todo lo que salga transmitido por televisión (o redes sociales) tiene una producción con el objetivo de mantener cautivos a los televidentes. Pues bien, hoy está pasando lo mismo (y siempre ha pasado así) con los noticieros y redes sociales alrededor del tema de moda. Descubre la intención de “la producción”: los titulares con fondo rojo y mayúsculas, la musicalización de fondo con música y sonido predeterminadamente estresante, tonos de voz, las tomas y acercamientos, la iluminación y el ángulo, todo... para generarte ansiedad. Alguien está ganando con esto. Así funciona siempre. Mi recomendación al saber esto: apaga el televisor y limítate a ver redes sociales un máximo de media hora al día y ¡eligiendo qué quieres ver!, no sólo desplazándote en todo lo que aparece. Los anunciantes y facebook ganan mucho dinero con tu ansiedad por querer saber más. Tú pagas el precio de sentirte mal por querer más de lo que no quieres. Irónico, pero precisamente así funcionan las adiciones, y hoy aquí nos están fabricando una muy intensa. La droga de la noticia alarmante. Al igual que toda adicción, necesitas alejarte, e idealmente en forma total. Hazlo por tu bien y el de tu familia. Sé que esta propuesta es difícil estando tanto tiempo en casa, habiendo tanta soledad, pero hasta eso es parte de la producción. Todo lo que sabes de desarrollo humano y superación personal, de despertar espiritual... ¡es tiempo de aplicarlo! Lee un buen libro de papel. Disfruta conversar al respecto. Saca tu mejor juego de mesa. Conversa temas que eleven tu ser. No permitas que “la producción” de la serie de moda se convierta, sin darte cuenta, en tu entretenimiento. Recibe mis saludos y Luz, –Dr. Alejandro Ariza Z. P.D.: Cuando una imagen dice más que mil palabras:
Estamos siendo bombardeados por los medios de comunicación con noticias alarmantes. ¿Cómo vivir en paz así? Respuesta:
Y por otro lado, ¡entiende cómo los periodistas desean “ganar la nota”! Es decir, se atreven a hacer hasta lo indecible por “ser los primeros en comunicar” una noticia. Y si es tragedia, ¡mucho mejor! Esto, en periodismo, es un gran éxito en ventas, pero lo que ya es el colmo es que las personas que dirigen los medios de comunicación y sus periodistas, se atrevan a mentir, o a publicar sin tener confirmada al 100% la noticia, todo con el único objetivo de "ganar la nota" como estrategia que incrementa sus ventas. Y si esto conlleva el precio de dañar a los ciudadanos en sus emociones, ¡no les importa! ¿Quieres un ejemplo? Apenas ayer domingo 15 de marzo, varios afamados medios como el periódico “El Heraldo” y hasta el “Reforma” ya habían comunicado “La primera muerte por coronavirus en México, un afamado empresario…”, para que al mismo tiempo se comunicara que el empresario seguía vivo en estado delicado, ¡pero algunos medios ya comunicaban su muerte! ¡¿Por qué?! Porque esa nota es la que el morbo de la gente está esperando y así, esa nota vende. Ya, al fin, la primera muerte de un mexicano que se cobra el virus. ¡Y no ha muerto la persona! (por lo menos mientras escribo esta breve columna). ¡¡¡¿Te das cuenta?!!! ¿Alcanzas a ver lo que nos quieren hacer los medios de comunicación? Están haciendo más daño los medios que el virus.
Algunos medios ya retiraron la nota donde lo daban por muerto, y otros, siendo el colmo, como “El Heraldo”, mantiene una nota pero cambiando las palabras para comunicar muerte sin que suceda todavía. Sí, así como lo oyes, bueno, así como lo lees. Hoy por la mañana leí: “Habría muerto empresario por Covid-19”. ¿Qué son esas palabras? Pues simplemente metiéndole el “habría”, para que parezca que ha muerto pero todavía no. Sin embargo, ¡hay que ganar la nota y ser los primeros en comunicar la tragedia! Al final de la misma, escriben: “…los familiares no se han querido revelar nada”. Es decir… ¡no sabemos nada! Pero la nota tenía que salir para alarmar al público y ¡vender, vender, vender! Todo está siendo cuestión de dinero. ¡Observa la evidencia! Te la estoy compartiendo aquí. ¡Es increíble! Si alcanzas a ver el tamaño, la magnitud de la manipulación al grado de mentirnos, de maquillarnos la información, de comunicar una noticia sin confirmar plenamente la veracidad y la fuente, entenderás que estamos expuestos a “sólo asustarnos como poderosa estrategia para jalar nuestra atención a su publicación y venderla” cuando decidimos informarnos. Ahora bien, si eso hace un afamado periódico como “El Heraldo” o como el “Reforma”, ¡qué no podrá hacer la persona común que entra a sus redes sociales y, por ser precisamente harto común, tiene una profunda necesidad de reconocimiento, de sentirse importante. ¡Eso es el alimento de las redes sociales para tantos muertos de hambre y sed de reconocimiento! El ego encontró manera de satisfacerse en ellas. Esta es la razón del éxito de Instagram, donde la gente muestra constantemente las fotos de lo que le sucede para decirle al mundo: “¡Miren, miren, miren cómo vivo! Se los muestro para que me aprecien”. En mi experiencia como analista del comportamiento humano, conozco personalmente a varias personas que se comunican así en sus cuentas de Instagram, y lo compruebo, se trata de personas cuya pareja no les reconoce como quisieran y buscan la aceptación y reconocimiento por otros lados, ¡ahí está el éxito de las redes sociales, y más si se trata de imágenes, Instagram! Pero sucede el mismo fenómeno en cualquier otra red social. Y tú y yo, expuestos a la sed de reconocimiento de aquellos, quienes comparten la nota trágica para sentirse de los primeros que comunican algo. La gente común, el insolente promedio, no tiene capacidad para entender que aún deseando no vivir una tragedia, cuando la comunica, se convierte en parte de ella. Apréndelo: comunicar una tragedia te convierte en parte de ella. Una de las maneras de detener una tragedia es dejar de comunicarla. Esto no quiere decir que caigamos en la irresponsabilidad de no estar informados, lo que quiero decir es que debemos elegir con gran inteligencia una sola fuente de información que sea veraz y eliminar el acceso a cualquier otra, esto último pudiendo ser hasta la comunicación con ciertos familiares y amigos. Necesitamos ser más inteligentes y, por ende, pro pacifistas. No comuniques lo que no te corresponda comunicar o de lo que no tengas la absoluta fuente objetiva de información. Por ponerte un ejemplo (y para seguir con el mismo de arriba): te podría apostar que los medios están anhelando que ya suceda la primera muerte de alguien por Covid-19 y así poder ser ellos los primeros que comunican trágica y alarmante noticia. Si muriera el afamado empresario citado en los medios, ¡aún así no tendríamos la certeza de que muriera por causa del coronavirus! ¿Crees que los medios investigarían y publicarían el estado de salud previo del señor? ¿Cuál era su patología base? ¿Cómo estaba su sistema inmunológico desde hace años? ¿Qué medicamentos tomaba antes de? ¿Cuáles eran sus hábitos de salud? ¡Porque todo ello tendría que ver con su deceso y no sólo el coronavirus! Naturalmente, ni los familiares ni los médicos tratantes tendrían que dar esta información a los medios, así, ¡nadie lo sabría! Y para colmo, si algún familiar revelara una condición de salud previa que favoreciera su muerte, ¡los medios no lo comunicarían porque le restaría fuerza a la nota relacionada al coronavirus! ¿Ya te diste cuenta? ¿Ya vas entendiendo cómo funciona generar un “shock” en un ambiente de tragedia? Si entiendes, cambias. Son tres palabras que he diseñado en mi filosofía de vida con profunda y transformadora implicación conceptual, es filosofía Ariza. Y todo lo que suelo publicar cumple con la misión de mi vida: ayudarte a entender para que vivas mejor. Espero que es las dos recomendaciones que te he dado hoy para vivir con mayor paz en un ambiente incierto, las apliques y compruebes cómo logras sentirte más tranquilo. Créeme: las cosas no están tan graves como se publican. ¿Hay que tomar responsabilidad y tomar medidas de precaución? ¡Por supuesto que sí! Como médico que soy las recomiendo y avalo, pero sin angustia, sino con pacífica responsabilidad, esa que genera el conocimiento cierto. Lávate las manos con jabón y hazlo con frecuencia, usa un gel antibacterial, no saludes de mano a la gente ni beses, ni a tu familia, no te toques la cara, toma bebidas calientes y, si puedes, en tu casa toma un sauna (se está demostrando que el virus se inactiva –“muere”– en altas temperaturas) y si no necesitas salir de tu casa, ¡no salgas! No salir de casa, cuando no hay necesidad imperiosa, disminuye el contagio, está comprobado. Si el gobierno no da indicaciones forzosas de este tipo, no necesitamos que lo haga cuando aplicamos nuestro criterio y juicio. Debemos hacerlo nosotros, por el bien de todos, adquiriendo conocimiento cierto y actuando en consecuencia. Te quiero recomendar un artículo extraordinario del "Washington Post" que te muestra el beneficio del aislamiento voluntario (puedes traducirlo con el traductor de Google) haciendo clic aquí: «Por qué brotes como el coronavirus se propagan exponencialmente y como "aplanar la curva"». ¿Quieres otra probadita de un absurdo? No más para ir entendiendo cada vez más. Fíjate en este tipo de diálogo: –El gobierno: Tenemos más y más casos infectados, la economía se desploma, el riesgo aumente –El pueblo: naturalmente reacciona y entra en pánico –El gobierno: se le pide al pueblo que mantenga la calma Jajaja, te pegan y luego te dicen que no te sobes. Así de absurdo pueden ser los mensajes que recibimos hoy en día. En esta generación de pánico... alguien gana algo, se está preparando el terreno para manipular masas. ¿Sabes acerca de "La doctrina del shock"? ¡Es un temasasasazo! La esencia el concepto: si deseas manipular a las masas, éstas deberán hacer lo que digas, y para que obedezcan, necesitas hacerlos como niños, y para esto hay que generarles un "shock". Te invito a que veas un breve video de siete minutos (alerta: es fuerte) haciendo clic aquí: Doctrina del shock. O si tienes tiempo de ver un documental completo (1:15 hr), te suplico que aprendas de este tema tan delicado, pero muy adecuado para nuestros días haciendo clic acá: "Documental La doctrina del shock". El mayor reto al que nos enfrentamos hoy en día es al pánico colectivo y sus consecuencias, esto es más grave, mucho más, que el coronavirus. Y tardará tiempo en que la sociedad vuelva a la calma, el tiempo lo deciden los medios y les conviene extenderlo para sus ventas. A alguien en el poder le conviene generar un "shock" para que como acto seguido manipule a las masas. Esto está todavía por verse, pero sucederá en alguna latitud del mundo. Yo ya empiezo a ver que se asoma la manipulación en el ámbito económico de cierta potencia mundial. Así pues, sirvan estas líneas para favorecer la paz, la serenidad y la calma mediante la adquisición de conocimiento. Seguiré escribiendo o produciendo podcasts al respecto. Por cierto, te recomiendo ampliamente que escuches mi más reciente episodio con reflexiones al respecto haciendo clic aquí: Podcast de Alejandro Ariza, el episodio "Criterio, juicio y buenas noticias". Si crees que estas líneas le pueden servir a alguien, ¡expande el mensaje! Compártelo en todas tus redes sociales. Vive en paz y no te olvides de Dios. Como comenta J. Osetten: «El salmista dice: "Dios es una ayuda muy presente en tiempos de problemas". Sabemos que Dios siempre está con nosotros, pero cuando tienes dificultades, si lo invitas a entrar, sentirás Su presencia de una manera mayor». –Alejandro Ariza Z. Este es un diálogo sucedido hace un momento con un amigo emprendedor al que le pregunté: – ¿Por qué habrá tanta gente apática para emprender algo tan valioso y sencillo, tan benéfico para ellos mismos? – Pues porque quizá falte promoverlo con más “estilo de vida” y show – ¿Como es eso? – Pues así, subiendo fotos de un “gran estilo de vida”, autos de lujo, viajes, ropa fina, visitando lugares exclusivos, etc. – Uf, y yo muy enfocado en este momento en mi vida explicando que todo eso nada tiene que ver con el verdadero desarrollo personal, diciéndole a la gente que todo eso no importa tanto como descubrir quién realmente se es, descubriendo y dis- frutando su dimensión espiritual – Híjole, pues está padre el mensaje... pero... ¿Quién esta buscando ese mensaje ahorita en este maldito mundo materialista y globalizado? En ese momento me acordé de los dibujos de “Condorito” cuando “plop!”, caía de espaldas, patas para arriba. Me quedé pensando un rato y de repente alguna neurona me alivianó el momento cuando me recordó: “...recuerda que hay mercado para todo”. Sí, hay gente que quiere comprar un auto último modelo y la camisa de moda, al mismo tiempo que otros están interesados en un libro con temas espirituales y planeando un viaje al Tibet. No lo sé, pero sólo puedo deducir que los gustos y los objetivos van cambiando dependiendo de la evolución de la persona. Todos vamos transitando en ese camino y dependiendo de la etapa son nuestras predilecciones. Existen personas que buscan el bienestar que les seduce a través de los órganos de sus sentidos, y también existen otras personas que buscan el bienestar que les ofrece su conciencia, la de su identidad más auténtica, las consecuencias de su despertar espiritual. Luego de otros minutos de reflexión, deduje también: ...y así mismo existen personas que obtienen un bienestar de ambos mundos. Ese es precisamente el planteamiento de mi propuesta de “El verdadero éxito en la vida, más allá del ego”. En mi libro y en mi conferencia explico claramente: no se trata de renunciar plenamente a las demandas de nuestro ego, sino de descubrir que son parte de un juego. Y ahora, parafraseando a mi amigo, me refiero al juego este del mundo materialista y globalizado. Viene a mi mente ahora mismo la crítica que tuvo durante años Osho, célebre líder espiritual, cuando lo veían disertar temas de enorme profundidad de conciencia mientras traía un “Rolex” en su muñeca. Él mismo se promovía como “Zorba el Buda”. Te explico... ¿Has leído Zorba, el griego, de Nikos Kazantzakis? ¡Léelo! Zorba era un hombre hermoso por feliz. No se preocupaba tanto por el futuro, vivía el momento, sin grandes preocupaciones, disfrutaba la comida, la bebida y las mujeres. Zorba era un criado. Y Kazantzakis lo contrasta con su amo, un hombre infinitamente más rico que él pero infeliz. De hecho, en algún pasaje recuerdo que Zorba le dice a su amo: “Hay algo que le falta jefe, un toque de locura”. Y sí, un poco de locura, de “juego” –como yo llamo en mi postulado de El verdadero éxito en la vida, más allá del ego, es lo que nos puede hacer soportar el día a día en este mundo materialista. La gran, enorme, diferencia es quien no sabe que es un juego y quien ya lo descubrió como tal. Cuando disfrutas tanto la vida con todo lo que te ofrece en su dimensión humana y sus placeres mundanos, más te acercas a ser auténticamente feliz y ese podría ser un camino a ser Gautama, el Buda. Recuerdo que ese es el planteamiento de Osho. Coincido con él. Porque ¡claro que hay más cosas mucho más importantes que un auto de lujo..., uno puede dirigirse a un lugar determinado en otro medio de transporte, pero si se trata de llegar al mismo lado, por qué no optar por un auto de lujo sin necesitarlo. Aqui te doy un ArizaTip, un gran secreto de desarrollo humano: preferir sin necesitar. Si un familiar tuyo (o tú mismo) necesitan atención médica, ¿dónde preferirías que le atendieran? En un hospital cualquiera o en un hospital de lujo con los mejores especialistas, equipo médico de vanguardia y extraordinaria atención humana. Porque te he decir que si prefieres este último, ese cuesta dinero y mucho, muchísimo. La gran pregunta: ¿No te gustaría tener ese dinero ahí guardado sólo por si se llega a necesitar y así poder preferir? Eso es lo que nos da el dinero: capacidad para decidir. Si no tienes esas grandes sumas de dinero, no puedes optar, tendrás que ir al único para el que te alcance. Y no, no está mal ir al primer hospital, de hecho, quien va, tiene que decir que también ahí hay extraordinarios médicos y puede salir adelante el familiar enfermo. Sin duda. Sólo será cuestión de preferir. “Si pudieras” optar por uno de los dos... ¿cuál elegirías? Si pudieras, preferirías el que te genere más seguridad y alegría... y curiosamente ese es un sendero para llegar al Buda. Saber disfrutar de los bienes materiales sin necesitarlos es un arte. Y ese arte se aprende. Eso es lo que enseño en mi libro y en la sesión de El verdadero éxito en la vida, más allá del ego. Zorba, con mucho menos dinero que su amo, vive mucho más feliz, canta, baila, come y se enfoca a los placeres físicos... pero... sin preocuparse por creer que se trate de un pecado, ni tampoco de una virtud. Sencillamente disfruta lo que más puede de lo que le ofrece la vida en su experiencia como humano. Disfrutar de los placeres sin culpa es un arte que se aprende. Estoy recordando perfecto la brillante sugerencia de Osho: Zorba sólo es el principio de esta vida, pero debes seguir hasta llegar al Buda. Uno no está peleado con el otro. Si un hombre puede ser un auténtico Zorba, entonces puede llegar a ser un Buda. Ser un Zorba, alguien que disfruta intensamente de la buena vida (materialista) es difícil, porque casi todas las religiones (mal entendidas) se oponen. Así, no se logra la primera y más fácil experiencia, ser un Zorba, ser un sibarita en toda la extensión de la palabra. Entonces, llegar a ser un Buda, ya es imposible. ¿Cómo? Si la persona no se ha dado permiso ni siquiera de disfrutar al máximo esta maravillosa experiencia material, corpórea, como humano. Entonces, quién está buscando, como me preguntó mi amigo. Yo creo que todos, sólo son diferentes etapas de búsqueda. Pero espero que con esta reflexión sientas, como invitación, el que te atrevas a vivir los más sublimes placeres que nos ofrece la vida sin la más mínima culpa. Merecer por trabajar inteligentemente para ello tiene su encanto. Trabaja para ser un Zorba, ese trabajo tiene su encanto, es parte del placer precisamente. Si pones atención, en quienes proponemos un despertar espiritual, al mismo tiempo llevamos un gran estilo de vida. Quizá ya no nos ufanamos ni nos preocupamos por mostrarlo en redes sociales, pero observa con atención y suele ser así. «Yo simplemente estoy compartiendo mi visión, mi alegría. Y estoy disfrutando con ello. Y cualquiera que quiera disfrutarla conmigo, es bienvenido». – Osho. Definitivamente es un arte saber vivir bien. Escucho en mi mente lo siguiente: “No solo de pan vive el hombre..., pero sin pan se muere”. –Alejandro Ariza Z. ¡Cuánta alegría tengo de poderte compartir un tesoro! ¡Acabo de encontrar un cassette VHS en mi oficina con la aclamada conferencia “Pasión por servir” que hace casi 20 años dicté para Banamex. Esta conferencia la dicté en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México cuando tenía 31 años de edad. ¡Estoy impresionado de cómo pasa el tiempo! Y por supuesto también muy consciente del por qué las conferencias me salen tan bien, ¡ya son más de 33 años de dar conferencias contándose en más de 3,000 de ellas a nivel nacional e internacional! Eso de que la práctica hace al maestro (y lo mantiene como tal), es ¡tan cierto! Pero, en fin, ese no es el tema. El tema es la sorpresa de encontrarme con un cassette VHS “original” que siempre creí que yo no lo tenía en mis pertenencias. A la hora de limpiar uno de los rincones de mi oficina, ¡apareció! Te platico brevemente: esta conferencia la dicté para Banamex hace muchos años y, por contrato, estaba prohibida que la grabaran. Aún así, se grabó. Tiempo después, cuando me enteré que “desobedecieron” un acuerdo mis clientes de aquel entonces, por supuesto que me molesté y sólo se remitieron a decir: “…es que no teníamos fines comerciales, sólo grabamos y produjimos unos cuantos VHS’s para uso interno exclusivamente”. En aquel entonces se me hizo una salida por parte de Banamex absurda, pero la infracción ya la habían cometido y el tiempo pasó. No hice más nada. Años después, con la llegada de Internet y YouTube a nuestras vidas, no faltó quien empezó a subir fragmentos de la conferencia a ese especializado canal de videos y me enteraba porque llamaban nuevos clientes a mi oficina solicitando una de mis conferencias para sus empresas porque habían visto un video mío en YouTube y les había encantado. He de confesarte, para mi sorpresa y ahora alegría, que ese video “pirata” que empezó a circular por varios canales de YouTube (dado que varias personas empezaron a subirlo a sus canales), resultó ser una de las estrategias publicitarias de mi trabajo más poderosas. Por eso, nunca te molestes con aquello que no sucede como tú quieres, ya que muy posiblemente se trata de una estrategia divina para que se suceda un plan mucho mejor que el tuyo. Esto me consta por muchas experiencias en mi vida. Esta fue una de ellas. Con el paso de los años, también me llegué a enterar que muchas universidades proyectaban esta conferencia para todos sus alumnos, varias empresas hacían lo mismo. De hecho, noté que esta conferencia llegó a ser tan requerida por ciertas escuelas, que algunos maestros (abusando de su poder, o quizá usándolo hábilmente) dejaron de tarea a sus alumnos que investigaran y consiguieran el video completo de la conferencia y a cambio les darían una recompensa académica. Hubo épocas en que mi correo electrónico y mi buzón de Facebook, se llenaba en la misma semana con puras solicitudes de jóvenes que, con ansiedad y prisa, me suplicaban si podía darles el video de esa conferencia, que les habían dejado como tarea el conseguirlo. Siempre respondí que, si lo encontraban, yo sería feliz de que también me pasaran una copia. Con tantos años viviendo anécdotas de este tipo alrededor del video de esa conferencia que dicté, hasta yo volví a sentir ansiosa curiosidad por verla. Pues… ¡¿qué habré dicho ahí que tanta gente –se cuentan en centenas de miles, honestamente– me la solicitaban y/o la citaban como referencia para contratarme?! También me di a la tarea de buscarla. Por supuesto, cada vez que entraba a una sucursal de Banamex, hoy Citibanamex, sigue habiendo gente que me saluda muy efusivamente –pero demasiado, como si hubiera dado la conferencia apenas la semana pasada– y donde siempre me decían esas personas estrechándome su mano: “¡Yo estuve ahí!, yo fui de los que vivieron esa conferencia y no la olvido. De hecho, toda mi familia la ha visto y la vemos con frecuencia”. Hum…, eran de esos que tenían el VHS. Un día, un gerente de sucursal me dijo: “Cuando quiera le paso una copia doctor”… misma promesa que nunca cumplió por una u otra razón. Apenas hace un mes, iba caminando por el centro comercial "Mundo E", en el Estado de México, cuando un matrimonio me detuvo para saludarme –modestia aparte esto me sucede con frecuencia, es algo natural y lógico por mi trabajo–, diciéndome: “Nosotros éramos empleados de Banamex y estuvimos en su conferencia del Teatro Metropólitan… nunca la olvidamos, cambió nuestra vidas, muchas gracias doctor, es un placer saludarlo”. Bueno, empecé a pensar fuertemente en querer verla. Hoy sucede, una vez más, otra evidencia de la fuerza del pensamiento. Pensé tan fuerte en querer verla, ya con casi 20 años de encuentros donde miles de personas me hablaban de esa conferencia y seguían agradecidos y emocionados luego de tanto tiempo, ¡que ya la quería ver yo también! Pues te cuento que “apareció” esta semana en mi oficina un cassette VHS original, de esos que fueron prohibidos y que Banamex hasta me envió una copia, quizá como disculpa o no sé. Lo que que sí sé es que me emocioné harto. ¡No podía creer tener en mis manos a la tan citada! De inmediato solicité a mi equipo que lo convirtiera a formato digital para poderlo subir, ahora sí, a mis canales de video. YouTube no lo permitió, no sé por qué y no tengo tiempo de investigar, pero en mi canal de Vimeo, un canal mucho más fino y amigable para mi gusto, sí me dejó subirlo. ¡Y así, hoy lo puedo conservar rescatando un tesoro del pasado y, lo mejor, pudiéndolo compartir contigo! ¡Disfruta este video! Velo con tus familiares y amigos. Es un video antiguo y pero con información tremendamente actual por la vigencia permanente de sus verdades. Ahora entiendo por qué me siguen hablando de ella y citándola. Qué te puedo decir yo. Sencillamente estoy feliz de volver a tener en mis manos este tesoro y por poderlo compartir contigo. Creo en Dios y sé que... bueno, ya la verás. ¡Y... hay más! De repente, desempolvando parte de ese rincón de mi oficina, ¡encontré otra conferencia EXTRAORDINARIA que, esa sí, nunca la he visto en otro lado en línea, también la dicté para Banamex en marzo del año 2000 y se llama “Ser mejor”! Tan sólo te puedo decir que al ver el final, se me salían las lágrimas como pocas veces en mi vida. ¡Qué manera de cerrar y sentir orgullo por México! También rescaté ese otro tesoro del pasado y ahora también la podrás ver en mi canal de Vimeo. Esto lo necesitamos escuchar todos los mexicanos. ¡Emoción por existir!… y más emoción y permanente agradecimiento aún porque Dios me haya elegido para ponerme a trabajar en lo que Él decidió ponerme a hacer en este plano donde sincronizamos existiendo tú y yo. Si fuiste de esas personas que vivió una de estas conferencias, ¡de verdad me encantará leer tus comentarios aquí en mi blog! Puedes escribirme abajo. A todos los leo. Haz clic aquí para ver la conferencia “Pasión por servir”. Y haz clic acá para ver la conferencia “Ser mejor”. ¿Deseas contratar una de mis conferencias para tu empresa o para tu evento o para tu familia? Sencillamente entra aquí para enviar tus datos y recibirás la información para que juntos hagamos que suceda. Las vidas cambian viviendo experiencias así. -Dr. Alejandro Ariza Z. Siempre hemos creído que la responsabilidad se puede suceder “luego de” que hicimos algo. Esa es la clásica manera de entender la responsabilidad que la mayoría tiene. Sin embargo, debemos saber que como privilegio de ser humano, haciendo uso de una facultad intelectual superior, nuestra imaginación, es que podemos desarrollar una responsabilidad “antecedente”, hacernos responsables de algo que pueda suceder. De hecho, esto es un privilegio exclusivo de ser humano y que nos reafirma como tales. Podemos, debemos, responsabilizarnos de algo que pueda suceder incluso cuando todavía no sucede, debido a que sabemos cómo nuestros actos presentes fraguan un resultado futuro.
De esa manera se incrementa nuestro poder sobre nuestras acciones. La fuente de es poder es la adquisición de conocimiento. Mientras más conocimiento adquiramos acerca de cómo funcionan las cosas en este mundo dominado por la ley de “acción-reacción”, más responsabilidad antecedente desarrollaremos. Por eso es tan grave no adquirir conocimiento. Ahora bien, sé que no podemos saber todo de todo, sería imposible, pero sí existe un conocimiento trascendente que todos deberíamos adquirir: lo básico acerca de nuestra salud, nuestras finanzas y nuestras relaciones humanas. Y aquí te repetiré algo de lo que he insistido bastante en mis conferencias: este tipo de conocimiento difícilmente lo adquirirás en el modelo educativo tradicional, en la escuela incluso a niveles superiores. Es un conocimiento que está ahí, disponible para todos nosotros, pero que nadie te va a enseñar en el modelo educativo mexicano tradicional. ¡Tú sólo tienes que ir en busca de ese conocimiento y adquirirlo! Y así, tú sólo eres el que podrá mejorar enormemente su calidad de vida. No lo sé, pero a mí me parece que el modelo educativo mexicano tradicional está diseñado, precisamente, para que no sepas lo que debes saber y lo que te salvaría de muchos problemas. Pero alguien está ganando mientras mantiene la ignorancia de las mayorías. ¿Cómo lo logran? Diseñando programas de estudio en donde se enseñan muchas cosas que no te servirán para nada en cuanto a mejorar tu salud, tus finanzas personales o tus relaciones humanas. Se trata de “ocupar tu tiempo” adquiriendo un conocimiento inútil para esos trascendentes objetivos y así imposibilitarte, por la falta de tiempo, para que adquieras un conocimiento que sí te salvaría, que sí te ayudaría, que sí mejoraría tu calidad de vida. Te digo, alguien esta ganando algo, y mucho, manteniendo la ignorancia de algo trascendente mediante el hecho de dar conocimiento inútil. El plan yo lo percibo maquiavélico, porque con la imagen pública de brindar conocimiento, así mantienen la ignorancia. Para mayor claridad: con la imagen pública de dar conocimiento inútil para la vida real y práctica, imposibilitan al estudiante al ocupar su tiempo, para que aprenda lo que sí le va a servir en la vida real. ¿Fuerte esta suposición? Sí, lo es. Pero así funciona esto. Aquí se abren dos posturas: (1) Decir: “…uf, pues sí, qué terrible”, y ya. O (2) sabiendo esto, dedicarse a título personal a aprender aquello que nos libera y nos sirve realmente. Yo toda mi vida he optado por la segunda postura y mi vida así ha mejorado siempre en maneras sorprendentes. Yo sólo he tenido que investigar, leer, preguntar a expertos, leer blogs, atender webinars, asistir a conferencias, etc., y esa inversión de mi tiempo y dinero ha sido de lo más inteligente que he podido hacer en mi vida. Te podría citar muchos ejemplos, pero para fines prácticos de esta breve columna, dos:
Si pudiera darte un ejemplo de prevención, por citar uno de tantos que hay, deberías de tomar diariamente, ya como un hábito natural en tu vida, un suplemento de ácidos grasos omega 3. Hoy está más que demostrado el beneficio que hay para prevenir enfermedades neuro-degenerativas, mejorar tu salud cardiovascular, tus articulaciones y hasta tu salud ocular. ¡Todo eso mejora, previniendo enfermedades en esos ámbitos, el hecho de tomar diariamente este valiosísimo suplemento! Yo no sé tú, pero si a mi me dicen y me demuestran científicamente que “algo” puede disminuir el riesgo de padecer Alzheimer, si “algo” disminuye la posibilidad de vivir esa tragedia, ¡yo me lo tomo! Si además es un suplemento que es barato, ¡con más razón me lo tomo! Si me lo tomaría aún si fuera caro, qué decir si además es barato. Si me dicen que hay que tomarlo diario y para siempre para que surja efecto y lo mantenga. ¡Me lo tomo diario! Así de sencillo es esto. Pero como no conoces, no lo haces. O como conoces muy poco del proceso, entonces lo hacer un mes y lo dejas. La gente enferma por no saber. Ese es el verdadero origen de muchas enfermedades. Yo, en lo personal, tomo diario un paquetito de suplementos que sé que hacen mucho bien, en mi presente y en mi futuro. Haciendo clic aquí puedes conocer qué es lo que yo tomo diariamente. Si dejar de comer azúcar es extremadamente benéfico para la salud. ¡La dejo de tomar! Sólo hay que saber del tema. Y de este ejemplo, bendito sea Dios, ya está plagado internet con información de gran valor. Sólo necesita tú solo ir a buscarla y dedicar tiempo a leer. Ahora bien, aquí debo decirte algo muy fuerte: aun sabiendo, no es suficiente para emprender la acción. ¡Yo mismo sé de ciertas cosas que me podrían mejorar y no las hago! Falta un elemento en esta misteriosa ecuación que termina en emprender la acción. Pero este tema es tan basto que será tema de otra futura columna. Existe un "elemento ignición", del que en un futuro hablaré. Sin embargo, saber es ya un primer gran paso, uno esencial para empezar un proceso que terminará en emprender la acción que geste un nuevo hábito en nuestras vidas. Estimado lector, estimada lectora, de verdad, de corazón, te felicito por investigar por tu cuenta. Te tengo una buena notica, y más si ya has llegado hasta aquí (lo que mucho menos, de los ya pocos que leen, logran). Existimos personas que nos dedicamos a investigar y a enseñar todo aquello que en el modelo educativo tradicional no se enseña. ¡Esto es una gran ventaja para ti! Existimos personas que nos la pasamos estudiando, leyendo, investigando para luego, compartir de una manera más digerida y sencilla la información con la gente. Incluso otros somos, además, investigadores, y somos la fuente de información de ciertos hallazgos que mejoran la calidad de vida de una persona. Leer a autores así, ya es un atajo de gran valor para tu vida. Por ello te vuelvo a felicitar por estar leyendo aquí. Y de hecho, así, tu lectura le da sentido a mi trabajo y nos coloca a los dos en la bendita ventaja de vivir con responsabilidad antecedente, ahí donde prevenimos, donde evitamos dolor y tragedia, produciendo mayor posibilidad de salud en todos los sentidos, física, emocional, intelectual y hasta financieramente en nuestras vidas. Te invito a aprovechar lo que he creado para ti en mi página, información de valor disponible para ti las 24 horas del día, los siete días de la semana, para que puedas ver conferencias enteras, webinars o escuchar audios, y todo en la comodidad de tu celular o tableta o computadora. Haz clic en cada opción y espero aproveches lo que juntos podemos prevenir para bien propio y el de nuestra familia y amigos. Recuerda… «Si entiendes, cambias». –Alejandro Ariza Z. A veces pienso que la vida no es más que la oportunidad de producir chispas de gozo. Oportunidad porque es opcional, producir porque hay que hacer algo para generar y experimentar ese gozo y chispas porque aunque pueda ser intenso, dura muy poco.
Por alguna razón, hoy quise hablar contigo de esto, más que nada obedeciendo a mi intuición que me lo indicó así. Y aquí estoy para ti, o quizá sea mejor decir, para nosotros. Mucho de lo que escribo, me lo escribo también. Cada vez siento más lo exageradamente rápido que está pasando el tiempo y, así, cada vez más lo breve de las chispas de gozo. Sé que decir “está pasando el tiempo” es tan sólo una manera de expresarse, porque la verdad el tiempo no pasa, el tiempo ahí está, estático y permanente. El que está pasando es uno en ese tiempo, pero con esa otra manera de expresarse nos daríamos cuenta de nuestra breve oportunidad para vivir la experiencia de ser humano y no nos gusta saber que estamos de paso y que la experiencia terminará. Sí, se oye dramático. Y se oye correcto. Y es que cuando vives la dicha de producir muchas chispas de gozo a lo largo del día, todos los días, vas empezando a sentir en algunas de esas chispas el aderezo de la nostalgia por imaginar que algún día esa oportunidad se acabará. Porque con absoluta certeza se va a acabar algún día nuestra experiencia de ser humanos. Pero, mejor sigamos con el tema. Es un hecho que a todos nos mueve la búsqueda del placer o la evasión del dolor. Estamos en permanente búsqueda de la felicidad y eso es normal. Y, si somos honestos, vivir la experiencia de ser humano a veces es una paradoja porque, sabiendo que buscamos la felicidad y tendemos permanentemente al gozo, hacemos todo lo contrario a ese natural objetivo y así nos lo perdemos, por elección propia. Sabes que algo te va a quemar y eliges poner la mano entera ahí. Por esta absurda paradoja que muchos vivimos a momentos, es necesario hacer un alto para observar la magnitud del absurdo y así, por un golpe de conciencia, quitamos la mano y entendemos que jamás deberemos volver a ponerla al fuego. De hecho, esta es la maravillosa oportunidad que nos da una lectura como esta. Es una invitación a hacer ese alto y conocer, reconocer, pensar para entender y así, cambiar, así mejorar, así ser un humano más pleno, más feliz. Así de golpe un ejemplo: no eres nada feliz con tu pareja y ahí sigues. La mano en el fuego y no la quitas porque tú así lo eliges. ¿Dónde estaría la chispa de gozo en esa circunstancia?, circunstancia donde libremente eliges permanecer con quien no quieres estar. Tengo una teoría: la chispa de gozo radica en tu imaginación, en creer que algún día “algo pasará” y terminará todo ese sufrimiento. Sin duda eso pasará. Morirás y ahí todo acabó. O morirá tu pareja y listo, ahí acaba tu cruz. O quizá no habías pensado en esto y tu “algo pasará” para que acabe es otra cosa, misma que, apuesto, no tienes ni la mejor idea de qué sea, pero mantienes la ilusión de que algún día acabe tu sufrimiento. Aquí es donde necesitas un golpe de conciencia: no va a pasar nada si tú no haces que suceda. ¿Quieres más ayuda para que el golpe sea más fuerte? Te queda poco tiempo de vida. No sé qué edad tengas, pero sea la que sea, queda poco tiempo. Y de ese poco tiempo que queda, crees que “algo pasará” para que tu vida mejore. Por vivir esperando, se va acabando tu vida sin chispas de gozo, por esperar a que “algo pasara” para que llegara la chispa esa. De repente, mueres. En tu epitafio se podrá escribir: “Aqui yace quien se quedó esperando las tantas chispas de gozo que le estaban reservadas si se hubiera atrevido a hacer lo necesario para vivirlas, pero prefirió esperar tanto a que llegaran solas, que se murió sin vivirlas”. Puse el ejemplo de una pareja con quien ya no quieres vivir desde hace tiempo, pero fue sólo por citar el ejemplo, porque puede haber otro quizá peor: tu trabajo. ¿Cuántas horas del día pasas en tu trabajo? ¿Te imaginas que no te haga feliz? ¿Hacemos cuentas de tu tiempo de tu vida como humano que estás desperdiciando, del ya poco que te queda? Mejor no me pidas que hagamos cuentas, te angustiaría más de lo que ya debes vivir ahí mientras trabajas, aunque te haría bien como golpe de conciencia para dejar ese trabajo hoy mismo y salir a hacer lo que te genere tus chispas de gozo. En la manera de cómo te ha cambiado el carácter desde hace tiempo, sabrás que no estás haciendo lo que viniste a hacer a este mundo. Sufres por elección propia. No generas ni una chispa de gozo esperando que algún día “suceda” alguna. Querido lector, querida lectora: las chispas de gozo no suceden, se generan. Aquí radica la oportunidad. Se trata de entender el concepto de “oportunidad”. El diccionario de la Real Academia define la palabra oportunidad como “Circunstancia, momento o medio oportuno para realizar o conseguir algo”. Aquí me llama la atención, por lo que aprendí en Lógica, que no se debe definir con lo que se está intentando definir. Por eso me brincó que en la definición de oportunidad hasta el diccionario use la palabra “oportuno”. Entonces mejor me fui a investigar la definición de oportuno: “Que se realiza en un momento que es bueno o favorable para producir el efecto deseado”. Esto me gustó más. Nota el énfasis en “realizar”, es decir, TIENES QUE HACER ALGO opcionalmente. Tú decides. ¡Tienes el poder para elegir seguir igual o mejorar! Y estás a un instante de decisión de distancia. La vida te puede cambiar en un segundo, o mejor dicho, tu vida la puedes cambiar en un segundo, que es más o menos lo que tarda una decisión. Es opcional, tú eres libre de elegirla en todo momento e implicará un cambio, es ese “hacer” del que te hablo, pero como cambio al fin, aquí también puede implicar el “dejar de hacer”, precisamente para tener el tiempo para hacer lo que requieras para producir tus chispas de gozo. Se necesita tiempo para producirlas, pero si estás ocupado en sostener el dolor, será imposible producir chispa de gozo alguna. Sí querido lector, sí querida lectora, necesitamos tiempo y espacio para producir chispas de gozo. Necesitamos hacer cambios en nuestra vida para tener ese tiempo y ese espacio. Aquí te quiero volver a repetir: ese tiempo y ese espacio para producir chispas de gozo, “no llegará” solo. Tú necesitas crear ese espacio y ese tiempo para realizar, para hacer lo necesario y prender tus chispas de gozo. Si estás esperando a que llegue un superhéroe a salvarte, déjame revelarte, déjame decirte que el superhéroe eres tú. ¡No más que ahí sigues vestidito de Clark Kent con cara de no sé por qué sufro con este jefe que me maltrata, sabiendo que detrás de esa imagen está Superman! En fin, tú eliges. Por eso te dije al principio que creo que la vida es una oportunidad para producir chispas de gozo. Usé la palabra oportunidad porque todo el tiempo es opcional, y producir porque tendrás que hacer algún cambio. ¡Ah! Y algo más en esto de hacer… si logras tener las agallas para producir tus chispas de gozo, ahora también necesitas “hacer conciencia” de ellas para gozarlas aún más. ¡Qué no se te pase de largo esos segundos de gozo! La manera: vivir más consciente de las chispas de gozo. ¿Cómo? Agradeciendo haberlas vivido. Si un bocado te supo delicioso (chispa de gozo), cierra tus ojos un momento y en tu interior agradece profundamente haberlo vivido. Yo, mientas te escribo esto, me preparé un exquisito café, y en varios sorbos, tuve que detenerme cerrando los ojos para agradecer el inmenso gozo que sentí en el segundo (o fracciones de segundo) que duró el placer. Agradeciendo la chispa de gozo haces conciencia de ella y su duración la puedes extender un poco más. Podrás producir tantas chispas de gozo al día como agallas tengas para vivir feliz. Las agallas las puedes sacar de la conciencia de poco tiempo que te queda de vida. Yo de ahí las saco casi a diario. Ayer, por alguna extraña razón (muy extraña, por cierto) volví a ver la sublime película de “Avatar”. Cuando en una escena en donde el protagónico está grabando un video a manera de registro de su actividad, con quien veía la película me hizo notar que (supuestamente) se estaba grabando en el año 2124, como lo mostraba el registro de la cámara. Si no me lo dice con quien estaba viendo la película, nunca lo habría notado. Yo estaba concentrado en los ojos y la actuación del protagónico y atendiendo a lo que decía, jamás volteé a ver las letritas de la supuesta cámara de video donde, según esto, estaba guardando un registro de su actividad. Eso me hizo pensar por un segundo: “Uf… ya no estaré vivo para cuando se haga un festejo de la película por haber llegado en la vida real a ese año”. ¿Recuerdas cómo se hizo un tipo de festejo cuando en la película “Back to the future”, los que permanecimos con vida en 2015, llegamos así en la vida real al futuro que se planteaba en 1985 en la película? Allá en 1985 se veía tan lejos el 2015 que fue la futurización de la película. Ayer que vi en Avatar el supuesto año en que se estaba sucediendo precisamente esa futurización de la tecnología, 2124, ahí me di cuenta de que a ese año sí no le llegaré. En plena película sentí nostalgia de que ya no estaré como humano para aquel año. Ahí, así, súbitamente decidí gozar más intensamente la película, más intensamente la pizza que me estaba comiendo y más intensamente la buena copa de vino tinto que tenía a mi lado, así como la compañía que tenía y la dicha de saber que puedo producirme momentos así. Varias chispas de gozo, muchas, sucediendo al mismo tiempo. Quizá producir momentos así es el arte de saber vivir bien. Es el arte de saber producirte chispas de gozo. E igualmente me sucede cuando trabajo. ¡Ahora mismo mientras escribo lo siento, me encanta escribir! ¡No se diga cuando dicto una conferencia! Cuando doy consulta. Todo diseñado por mi atrevimiento a producir ese diseño. En ninguna escuela me enseñaron a vivir como vivo. Tuve que serle fiel a mis emociones y seguirlas para diseñar la vida que vivo. Y no, no soy nadie especial, ¡hay miles de personas que viven así! Repletas diario de chispas de gozo, por atreverse a ser y hacer lo que realmente les genera placer, por saber que ahí radica la oportunidad de estar vivos. Si no vives frecuentes chispas de gozo, te puedo apostar a que es porque no has terminado de decidirte a vivir como estás diseñado para. El reto para vivir feliz la mayor parte del tiempo que podamos es que no hay nadie a quien pedirle autorización, salvo tú mismo. Te preocupa el qué duran si te atreves a producir chispas de gozo. ¡Qué tremendo error que te está constando la vida! Elimina tu ego (que es el que se preocupa por el qué dirán) y produce tus chispas. Tu alma sabe cómo y tu espíritu te lo viene susurrando al oído desde hace mucho tiempo. Si estás viviendo algo que te amarga la vida, ¡déjalo de hacer! Si te has creído la idea es de que “todo lo que inicias, acábalo”, ¡no lo creas así! Sobretodo si aquello que iniciaste ha apagado tu vida, si aquello que iniciaste te ha arrebatado con toda evidencia tu alegría de vivir. ¡No importa si vas ya en el cuarto séptimo semestre de la carrera y te confiesas que desde el primero no fuiste feliz! Deja esa carrera y atrévete a hacer lo que haga cantar tu corazón de alegría. Nunca tengas miedo a la falta de recursos si te atreves a seguir tu fuente de gozo. Dios jamás desampara a alguien que se atreve a ser feliz. ¡Es parte de Su plan al haberte creado! ¡Cómo crees que te va a desamparar! Sólo no seas necio en querer saber anticipadamente qué vas a hacer para comer. Si generas chispas de gozo, precisamente la providencia se prende con cada chispa. Si no, del ya poco tiempo de vida que te queda, a ese aún le quitas más tiempo como oportunidad de vivir feliz. No todo lo que inicias lo tienes que acabar. Aprende esto de mí. Es una nueva conciencia, o por lo menos radicalmente diferente a la que nos dijeron al respecto. No te satisfagas tan sólo porque tienes algo que hacer. Si no te hace feliz, estás haciendo lo incorrecto. Mejor sería que no hicieras nada, dado el caso. Deseo que vivas muchas chispas de gozo. ¡Sácale chispas a tu vida! Sé más consciente de lo que sientes al mirar directamente a los ojos de tu ser querido y dile lo que sientes. Agradece poderse ver. Produce, sé consciente y agradece por ese sorbo de café, por tener una computadora o celular tan útiles, por tener esos hijos, por tener dónde dormir, por tener ropa tan bonita y funcional, por comer como comes, por tener agua caliente, por poder hacer lo que tanto disfrutas y que hasta por eso te paguen, por viajar, porque de momento no te duele nada y estás básicamente bien en tu cuerpo, por ver a Dios en tantas partes. Deseo que hagas conciencia del poco tiempo que tenemos como oportunidad para todo ello. Deseo que valores más el tiempo de esa manera y de ahí saques las agallas para hacer o dejar de hacer lo necesario para producir y vivir tantas chispas de gozo. Espero haber comunicado algo que te ayude a entender, porque sólo… «Si entiendes, cambias». –Alejandro Ariza Z. Muchas veces escuchamos que “el hubiera” no existe, y es correcto. Pero qué tal si gracias a que adquieres un nuevo conocimiento y sientes esa voz en tu interior que te dice “si lo hubiera sabido antes” resulta en el deseo de compartir el conocimiento con tus hijos y con nuevas generaciones para que ellos no lo digan. Yo creo que esto es un acto de amor, aquí es donde se puede sublimar el hubiera. Es el deseo de que ellos no vivan lo que uno vivió, sino que vivan mejor. Quizá de eso se trata la dicha de aprender, para poder enseñar. Por si no lo sabes, en esta línea de pensamiento, te tengo una grandiosa noticia: aquí en mi página de Internet (www.AlejandroArizaZ.com) con emoción he desarrollado una nueva sección de seminarios en línea (“webinars”) con información que realmente es de esa que no llega a decir: “...si lo hubiera sabido antes!”. Por ejemplo, mi webinar: “Aprendizaje acelerado”. ¿Te serviría incrementar tu memoria en más de 400% en menos de 10 minutos? ¿Te imaginas tener este conocimiento precisamente en este “regreso a clases”? ¿Te serviría leer un libro de 200 páginas en menos de 30 minutos y con una comprensión y retención de más del 90%? Todo esto y más, mucho más, comparto en este webinar que está disponible para ti las 24 horas del día, los siete días de la semana. ¿Te imaginas que tu hijo pueda disfrutar más su escuela y tener más tiempo libre al mismo tiempo que mejorar su rendimiento académico? O incluso tú mismo vivir una experiencia así. O algo mejor… que los dos se junten a estudiarlo, o incluso toda la familia. Te garantizo que más de uno lo dirá: “...si lo hubiera sabido antes”. Puedes tener acceso a este webinar, que será la mejor inversión para tus hijos, para ti, para tu familia, en este regreso a clases, haciendo clic aquí: Webinars de Alejandro Ariza Z. La misión de mi vida es “Ayudar a entender” para que te sientas bien, para que vivas mucho mejor. Y todo lo baso en la contundente premisa de que la única manera en que un humano puede cambiar es sólo cuando entiende. No sucede ningún cambio de ninguna otra forma. He ahí el poder transformador del entendimiento. Pero, ¿qué se necesita para entender? Nuevo conocimiento. Entender es como ir uniendo los puntos hasta que aparezca una figura y ahí descubras de qué se trataba todo. Pues bien, adquirir conocimiento es precisamente unir un punto con otro. Luego, se necesita más conocimiento para unir el siguiente punto, y así sucesivamente. Por eso aprender es el origen del entendimiento, la raíz de toda mejora en la vida. Y si vamos más atrás en esta cascada de eventos, ahora ¿qué se necesita para conocer? Humildad por aprender y deseo de mejorar. En esto radica el mayor desafío de las mayorías para mejorar sus vidas. El ego de cada uno de nosotros no nos permite darnos el tiempo para aprender más. ¿Para qué? Si ya sabemos “lo suficiente”. ¡Bienvenido al estancamiento en la vida! Así es como nuestro ego nos pone una trampa para no seguir mejorando, creyendo que ya lo sabemos todo, o por lo menos todo lo necesario para nuestro diario acontecer en el trabajo que realizamos. En mi caso, yo soy un aprendiz constante. ¡Me encanta aprender! Aprender ha transformado mi vida en una mejora continua, aprender ha sido una poderosa fuente de seguridad y paz, aprender es divino. Diario busco nuevos libros, blogs, webinars, conferencias, charlas de café con gente experta en determinado tema, cursos, diplomados, podcasts, etc., de los temas que me interesan. Y si algo me ha fascinado de la era que nos está tocando vivir es que hoy todo lo podemos hacer desde la comodidad de nuestra casa. ¡Caray, así o más fácil! La accesibilidad al conocimiento hoy en día es inmediata. Hoy no es imperativo el tener que desplazarse a algún aula, asistir a alguna institución, manejar, gastar en gasolina, vivir el posible estrés del traslado, ni nada por el estilo. Hoy, sentado plácidamente en la sala de tu casa, o en tu estudio, un día cualquiera hasta de pijama, ¡puedes aprender de los mejores! Estamos viviendo una época donde no hay pretexto para mejorar. De verdad, el único ingrediente que necesitas es tu deseo por mejorar. Eso, más tu humildad por aprender, es el origen de toda transformación propositiva en tu vida. Te invito a mejorar. Hoy es más sencillo que nunca. Hoy es más accesible que nunca. Hoy no hay límite de tiempo. Hoy no hay pretexto para no progresar como persona. Hoy tu deseo es tremendamente recompensado. Sí, hoy más que nunca. Fíjate bien cómo tus problemas económicos, si somos honestos, es por no saber. No sabías cómo se mueve el dinero, ni dónde invertir, ni los pasos necesarios para salir de deudas y que están demostrados como realmente eficaces, etc. Fíjate bien cómo muchos de tus problemas de salud son por no saber, no sabías qué alimentos te hacen daño y los comes a diario y cuáles te curan, así como no sabías tus niveles de triglicéridos o de presión arterial, te enfermas por no saber. Fíjate cómo tu vida de relación empeora por no saber, no sabías cómo perdonar, no sabías cómo volver a enamorar a tu pareja. ¡Y todo eso se puede aprender! Sólo requieres de tu deseo por mejorar y de tu humildad por aprender, porque hoy, el conocimiento lo tienes en la punta de tus dedos. Hoy tienes acceso a podcasts, webinars, libros, videoconferencias, incluso en tu teléfono celular. ¿Así o más cerca? En la palma de tu mano. Mi mayor deseo con la reflexión que te comparto hoy es que aproveches la época que nos tocó vivir para mejorar tu vida al alcance de tu propia voluntad. Que ya no digas, “...si lo hubiera sabido antes” con tu vívida queja permanente. ¡Vamos a mejorar tu calidad de vida! ¡Se puede! Porque recuerda… «Si entiendes, cambias». –Alejandro Ariza. PD.: La mejor inversión para este regreso a clases: webinar "Aprendizaje acelerado". Tienes el acceso directo haciendo clic aquí. |
Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. ¿Te interesa recibir todas las publicaciones de Alejandro Ariza?
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Julio 2022
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