Muchas veces queremos cambiar para mejorar y nos creímos el consejo de que podríamos irlo haciendo “poco a poco”. Y en años de experiencia, por lo menos hablando a título personal, así no suele sucederse una gran mejora o ninguna. Yendo poco a poco participa la fuerza de voluntad y cuando ésta participa siempre hay tensión y donde hay tensión pronto se rompe. He aprendido al paso de los años que intentar cambiar con control y restricciones hace que nada cambie en realidad, solo se sufre en el intento.
Me gustó un cuento-metáfora que leía hoy por la mañana que decía que Nasruddin afligido, fue corriendo a consultar a un maestro. Le entregó un papel que recibió y se dejó caer en la silla. El papel decía: “Deja de perseguir a mi mujer o antes de tres día te mato”. Luego de que el maestro leyó el anónimo, Nasruddin dijo angustiado: –¡No sé qué hacer! –Sencillo, deja de perseguir a esa mujer y ya –replicó el maestro. –Pero es que si yo supiera cuál mujer es de todas las que persigo… Así suele sucederle a muchos, no saben qué hacer para solucionar “todos” sus problemas. Entonces, para mejor ir “poco a poco” y sentir que ya se está haciendo algo para solucionar, intentan con uno primero, despacito, y ya luego los demás. Así, la tensión se mantiene, la angustia se hace permanente en menor o diferente medida, pero ahí sigue. Y sólo hasta que haces un cambio radical, el verdadero cambio: un cambio de conciencia de quien eres realmente, ahí, y sólo ahí, todos los problemas “se te caen” porque, al fin, ya son incompatibles contigo, ya eres incompatible con ellos. Esto es lo que los gurús recomiendan y de ahí su trascendencia: contemplación, meditación, silencio, para descubrir quién eres realmente. Y ese sólo y único cambio, hace que todo lo que no sea acorde a ese nivel de conciencia de tu verdadero ser, sencillamente sea incompatible con tu vida, todo lo no acorde a tu verdadero ser se te desprende. Ya no puedes gastar como gastabas, ya no puedes comer como comías, ya no puedes seguir con determinadas relaciones que tenías, ya no puedes seguir haciendo lo que hacías, ya no puedes… y sin ningún esfuerzo ni participación de la voluntad. No hay tensión. Nada se rompe. Todo cambia en un instante, en un relámpago de claridad. Esto es “despertar”. Se despierta en un instante o… no se despierta. Sí, existe quizá el desafío de que quizá se requiera de mucho tiempo para llegar a ese instante, pero créeme que se necesitará cada vez de más y más si no empiezas ya. Si te atrae la idea de “despertar”, tienes que iniciar por acallar tu mente y procurarte momentos de total aislamiento y silencio para poder meditar y, con disciplina, algún día contemplar. Ahí, todo te cambia. Todo. Y es que mediante la contemplación se eliminan todos los obstáculos del camino. El próximo domingo 31 de marzo, dentro de mi conferencia “La fuerza del pensamiento”, alcanzaré a proponer algo irónico: ejercitar el no pensar. Y es que existe un hacer sin hacer. Y es que la puerta se abre hacia adentro. Dentro de uno mismo están los obstáculos o los caminos libres. Cuando uno deja de pedir, uno se transforma de mendigo a rey. Todo es conciencia. Y ¡vale tanto la pena aprender este arte de identificarte con quien realmente eres! Mientras no cambies la idea de quién eres, no cambiarán los merecimientos a esa identidad. Los cambios más poderosos, más trascendentes y en verdad permanentes, suceden todos, y todos en un instante, cuando son lógica consecuencia por descubrir, al fin, quién eres realmente. ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza Z.
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Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. ¿Te interesa recibir todas las publicaciones de Alejandro Ariza?
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Julio 2022
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