Nuestro ego favorece la conciencia de separación. Eso lo expliqué ampliamente desde que publiqué mi libro: El verdadero éxito en la vida más allá del ego. Ahí explico que nuestro ego tiene muchas maneras de manifestarse, pero una de la que poco se habla, muchas veces por circunspección, es del “nacionalismo”, del “patriotismo”... ese que se siente a ultranza, y hasta el que no tan así. Sé que esto puede ofender o hacer sentir cierto rechazo el lector sensible, pero ahí se reconfirma que se trata del ego. El ego se ofende con facilidad. Es de llamar la atención que una de las acepciones del diccionario de la palabra 'nacionalismo' es: apego. Así recordé una cita de Anthony de Mello cuando afirma: "El origen de todo sufrimiento son los apegos". Cuando dejemos de pensar en “nuestro país”, en “nuestras raíces” y empecemos a sentirnos todos “terrícolas”, habremos dado un gran paso. Ahí cuando empecemos a notar menos diferencias. Sé que se requiere un enorme paso para lograr eso ya que los “países avanzados” difícilmente se sentirán del todo bien sintiéndose uno igual a cualquier otro. Ego otra vez. Y de verdad que lo entiendo, pero el reto ahí está para todos. Si observas, los grandes problemas internacionales, son problemas surgidos por el ego, tamaño internacional. Me inspiró a reflexionar brevemente acerca de este tema cuando el pasado 2 de julio, leí una noticia: “Cambia Pliego México por Uzbequistán” en la sección de deportes del periódico Reforma. Como el título no me decía nada, leí la nota. Aquí más claro: la esgrimista Paola Pliego deja la nacionalidad mexicana para ahora adquirir la nacionalidad asiática y representar a Uzbequistán. Cuando leí esto me impresionó por la enorme implicación que yo veo en la inteligente decisión de la deportista. He de confesar que lo primero que hice fue buscar en Google Maps donde está Uzbequistán porque no tenía ni la más remota idea. La República de Uzbequistán la encontré ubicada del otro lado del mundo, en Asia Central, colindando al sur con Afganistán (este otro lugar ya me sonó más conocido). En la nota se comunica que la esgrimista en sus redes sociales expresó que las autoridades del deporte mexicano la han decepcionado y abandonado, motivo por el cual decidió competir en el Campeonato del Mundo de Budapest pero ahora convirtiéndose en asiática y representando la bandera de Uzbequistán, que porque allá sí le reconocen su gran talento como deportista especializada en esgrima y allá sí la tratan mejor. De verdad, hasta qué vergüenza siento por la implicación, donde “extranjeros” valoran más el talento de una mexicana que las autoridades del deporte mexicano. Ya ni por nacionalismo caray. La especialista en sable ha ganado en competencias internacionales reconocimientos de bronce, plata y hasta oro, es decir, estamos hablando de una deportista de altísimo nivel. ¡Yo felicito a Paola porque ANTES de sentirse mexicana, se sabe esgrimista, y si esa es su misión en la vida, la defiende incluso por sobre “la idea” del nacionalismo! ¡Qué maravilla! Si para seguir con su sueño tuvo que dejar de ser mexicana y convertirse en asíatica, sencillamente... ¡lo hizo! Y no, no se le rasgaron los ojos, no se hizo un poco más amarilla, ni nada por el estilo. Es un mero trámite de papeles que, como sociedad, nos hemos puesto de acuerdo para que, una vez realizado, ya no seas de este país, sino de otro. Así de fácil, así de sencillo. La única dificultad… cambiar una idea, la idea que uno tiene de ser de determinado país. Se puede escuchar con tonos de romanticismo, sin duda es cuestión de nacionalismo o patriotismo (sigue todo siendo una idea) pero lo que es contundente es que se trata de una mera idea, que es precisamente como defino, en un arrebato de mi capacidad de síntesis, al ego. El ego es una mera idea. Es la idea que tenemos de quienes creemos ser. Y qué amenazante es para el ego cuando la persona descubre que sí, así es, tan sólo una mera idea y que, como tal, la puede cambiar cuando quiera. El ego se tambalea, sabe que se puede desplomar en cualquier momento. Por eso el ego empieza a atacar a la persona hablándole al oído acerca de los valores y principios inamovibles como puede ser el amor a la patria y que por dignidad y gratitud debería de mantenerse donde está. Pero cuando la persona evoluciona en su estado de conciencia, sabe que todo eso son “patadas de ahogado” que el ego está dando. ¡Qué bien Paola! ¡Qué más da ser mexicana si precisamente ciertos mexicanos bloquean tu progreso! Hiciste bien en cambiar de nacionalidad, todo es meramentne una idea, para continuar con tu sueño. Me encanta la declaración de Paola cuando dice: “Continuaré entrenando a tope todos los días, con la esperanza de competir al más alto nivel, demostrándome nuevamente de qué soy capaz y de lo fuerte que soy, segura de que puedo salir adelante. He hecho todo lo que mi corazón me ha dictado. Desafortunadamente, no podré hacerlo por el país que tanto quiero y por el que tanto he luchado. Ante los atropellos e infamias de los que he sido víctima por las autoridades deportivas mexicanas, he decidido aceptar representar a otro país que generosamente me ha abierto sus puertas; me ha ofrecido la oportunidad de luchar por mis sueños y objetivos, y vistiendo sus colores con orgullo, como agradecimiento al haberme tendido la mano en un momento en el que veía todo perdido. Espero poder corresponder a tanta generosidad y poner su nombre y el mío en lo más alto de los podios”.
Bueno, casi aplaudo cuando leo eso. Me dio risa cuando en los comentarios de la nota, otro deportista le dice: “¡Llévame!”. Así las cosas en México y el deporte. Esto no es nada nuevo y es otro tema, la misma Paola acusa de corrupción a las autoridades de la CONADE y hasta intereses políticos en Ana Guevara. Nada nuevo. Lo que a mí me llamó la atención fue ese otro –muy otro– tema. Destronamos a nuestro ego cuando descubrimos que sólo se trata de una mera idea, y así, la podemos cambiar a la velocidad con la que cambiamos un pensamiento. ¿Qué problemas has tenido por esa mera idea? Si te detienes a pensar, muchos de los problemas, dificultades y grandes molestias que tienes es porque defiendes una mera idea, la idea que tienes de lo que crees ser o la idea de lo que crees como tu propio valor. Una mera idea. Si tan sólo descubres que estás sufriendo por una mera idea, le restas valor y aumentas tu paz y armonía. Todo por descubrir que se trata de una mera idea, sólo y exclusivamente una idea, es decir, tu ego. Destrónalo descubriendo que eso que crees tan sólido, se trata solamente de humo. Por ello y muchos ejemplos más, nunca me cansaré de afirmarte… Si entiendes, cambias. –Alejandro Ariza Z. PD.: Me dará mucho gusto leer tus comentarios...
6 Comentarios
Gustavo
8/7/2019 02:18:45 pm
Si lo entiendes, cambias... Excelente frase! Excelente Árticulo!
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Alejandro Ariza
11/7/2019 10:37:14 am
Efectivamente Gustavo. Recibe mis saludos.
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Amigo Ariza. Completamente de acuerdo con usted. Sin embargo un pequeño pero: profundice sobre el "significado simbólico". que es el desencadenante, disparadero (triggering) de todo el problema.
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Alejandro Ariza
11/7/2019 10:39:49 am
Estimado Javier... ¡saludos hasta España! En cuando a lo que me comentas, sí, así es. Llegué a pensar en comentar el ejemplo de los futbolistas, que es un clásico, pero enfocado en el tema central de mi columna, el que no importa la nacionalidad como ego imposibilitándote hasta para cambiarla. Ahora bien, la razón por la que otros la cambien, es otro tema. Saludos.
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Alejandro Ariza
11/7/2019 10:41:48 am
Uf... fuerte tu observación estimado Alberto. Pero el tema de la columna es otro, sencillamente observar cómo la "nacionalidad" parece más un tema de ego que otra cosa. Ahora bien, lo que comentas es real, tema que se antoja para otra columna quizá en un futuro. Saludos.
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Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. ¿Te interesa recibir todas las publicaciones de Alejandro Ariza?
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