Estamos siendo bombardeados por los medios de comunicación con noticias alarmantes. ¿Cómo vivir en paz así? Respuesta:
Y por otro lado, ¡entiende cómo los periodistas desean “ganar la nota”! Es decir, se atreven a hacer hasta lo indecible por “ser los primeros en comunicar” una noticia. Y si es tragedia, ¡mucho mejor! Esto, en periodismo, es un gran éxito en ventas, pero lo que ya es el colmo es que las personas que dirigen los medios de comunicación y sus periodistas, se atrevan a mentir, o a publicar sin tener confirmada al 100% la noticia, todo con el único objetivo de "ganar la nota" como estrategia que incrementa sus ventas. Y si esto conlleva el precio de dañar a los ciudadanos en sus emociones, ¡no les importa! ¿Quieres un ejemplo? Apenas ayer domingo 15 de marzo, varios afamados medios como el periódico “El Heraldo” y hasta el “Reforma” ya habían comunicado “La primera muerte por coronavirus en México, un afamado empresario…”, para que al mismo tiempo se comunicara que el empresario seguía vivo en estado delicado, ¡pero algunos medios ya comunicaban su muerte! ¡¿Por qué?! Porque esa nota es la que el morbo de la gente está esperando y así, esa nota vende. Ya, al fin, la primera muerte de un mexicano que se cobra el virus. ¡Y no ha muerto la persona! (por lo menos mientras escribo esta breve columna). ¡¡¡¿Te das cuenta?!!! ¿Alcanzas a ver lo que nos quieren hacer los medios de comunicación? Están haciendo más daño los medios que el virus.
Algunos medios ya retiraron la nota donde lo daban por muerto, y otros, siendo el colmo, como “El Heraldo”, mantiene una nota pero cambiando las palabras para comunicar muerte sin que suceda todavía. Sí, así como lo oyes, bueno, así como lo lees. Hoy por la mañana leí: “Habría muerto empresario por Covid-19”. ¿Qué son esas palabras? Pues simplemente metiéndole el “habría”, para que parezca que ha muerto pero todavía no. Sin embargo, ¡hay que ganar la nota y ser los primeros en comunicar la tragedia! Al final de la misma, escriben: “…los familiares no se han querido revelar nada”. Es decir… ¡no sabemos nada! Pero la nota tenía que salir para alarmar al público y ¡vender, vender, vender! Todo está siendo cuestión de dinero. ¡Observa la evidencia! Te la estoy compartiendo aquí. ¡Es increíble! Si alcanzas a ver el tamaño, la magnitud de la manipulación al grado de mentirnos, de maquillarnos la información, de comunicar una noticia sin confirmar plenamente la veracidad y la fuente, entenderás que estamos expuestos a “sólo asustarnos como poderosa estrategia para jalar nuestra atención a su publicación y venderla” cuando decidimos informarnos. Ahora bien, si eso hace un afamado periódico como “El Heraldo” o como el “Reforma”, ¡qué no podrá hacer la persona común que entra a sus redes sociales y, por ser precisamente harto común, tiene una profunda necesidad de reconocimiento, de sentirse importante. ¡Eso es el alimento de las redes sociales para tantos muertos de hambre y sed de reconocimiento! El ego encontró manera de satisfacerse en ellas. Esta es la razón del éxito de Instagram, donde la gente muestra constantemente las fotos de lo que le sucede para decirle al mundo: “¡Miren, miren, miren cómo vivo! Se los muestro para que me aprecien”. En mi experiencia como analista del comportamiento humano, conozco personalmente a varias personas que se comunican así en sus cuentas de Instagram, y lo compruebo, se trata de personas cuya pareja no les reconoce como quisieran y buscan la aceptación y reconocimiento por otros lados, ¡ahí está el éxito de las redes sociales, y más si se trata de imágenes, Instagram! Pero sucede el mismo fenómeno en cualquier otra red social. Y tú y yo, expuestos a la sed de reconocimiento de aquellos, quienes comparten la nota trágica para sentirse de los primeros que comunican algo. La gente común, el insolente promedio, no tiene capacidad para entender que aún deseando no vivir una tragedia, cuando la comunica, se convierte en parte de ella. Apréndelo: comunicar una tragedia te convierte en parte de ella. Una de las maneras de detener una tragedia es dejar de comunicarla. Esto no quiere decir que caigamos en la irresponsabilidad de no estar informados, lo que quiero decir es que debemos elegir con gran inteligencia una sola fuente de información que sea veraz y eliminar el acceso a cualquier otra, esto último pudiendo ser hasta la comunicación con ciertos familiares y amigos. Necesitamos ser más inteligentes y, por ende, pro pacifistas. No comuniques lo que no te corresponda comunicar o de lo que no tengas la absoluta fuente objetiva de información. Por ponerte un ejemplo (y para seguir con el mismo de arriba): te podría apostar que los medios están anhelando que ya suceda la primera muerte de alguien por Covid-19 y así poder ser ellos los primeros que comunican trágica y alarmante noticia. Si muriera el afamado empresario citado en los medios, ¡aún así no tendríamos la certeza de que muriera por causa del coronavirus! ¿Crees que los medios investigarían y publicarían el estado de salud previo del señor? ¿Cuál era su patología base? ¿Cómo estaba su sistema inmunológico desde hace años? ¿Qué medicamentos tomaba antes de? ¿Cuáles eran sus hábitos de salud? ¡Porque todo ello tendría que ver con su deceso y no sólo el coronavirus! Naturalmente, ni los familiares ni los médicos tratantes tendrían que dar esta información a los medios, así, ¡nadie lo sabría! Y para colmo, si algún familiar revelara una condición de salud previa que favoreciera su muerte, ¡los medios no lo comunicarían porque le restaría fuerza a la nota relacionada al coronavirus! ¿Ya te diste cuenta? ¿Ya vas entendiendo cómo funciona generar un “shock” en un ambiente de tragedia? Si entiendes, cambias. Son tres palabras que he diseñado en mi filosofía de vida con profunda y transformadora implicación conceptual, es filosofía Ariza. Y todo lo que suelo publicar cumple con la misión de mi vida: ayudarte a entender para que vivas mejor. Espero que es las dos recomendaciones que te he dado hoy para vivir con mayor paz en un ambiente incierto, las apliques y compruebes cómo logras sentirte más tranquilo. Créeme: las cosas no están tan graves como se publican. ¿Hay que tomar responsabilidad y tomar medidas de precaución? ¡Por supuesto que sí! Como médico que soy las recomiendo y avalo, pero sin angustia, sino con pacífica responsabilidad, esa que genera el conocimiento cierto. Lávate las manos con jabón y hazlo con frecuencia, usa un gel antibacterial, no saludes de mano a la gente ni beses, ni a tu familia, no te toques la cara, toma bebidas calientes y, si puedes, en tu casa toma un sauna (se está demostrando que el virus se inactiva –“muere”– en altas temperaturas) y si no necesitas salir de tu casa, ¡no salgas! No salir de casa, cuando no hay necesidad imperiosa, disminuye el contagio, está comprobado. Si el gobierno no da indicaciones forzosas de este tipo, no necesitamos que lo haga cuando aplicamos nuestro criterio y juicio. Debemos hacerlo nosotros, por el bien de todos, adquiriendo conocimiento cierto y actuando en consecuencia. Te quiero recomendar un artículo extraordinario del "Washington Post" que te muestra el beneficio del aislamiento voluntario (puedes traducirlo con el traductor de Google) haciendo clic aquí: «Por qué brotes como el coronavirus se propagan exponencialmente y como "aplanar la curva"». ¿Quieres otra probadita de un absurdo? No más para ir entendiendo cada vez más. Fíjate en este tipo de diálogo: –El gobierno: Tenemos más y más casos infectados, la economía se desploma, el riesgo aumente –El pueblo: naturalmente reacciona y entra en pánico –El gobierno: se le pide al pueblo que mantenga la calma Jajaja, te pegan y luego te dicen que no te sobes. Así de absurdo pueden ser los mensajes que recibimos hoy en día. En esta generación de pánico... alguien gana algo, se está preparando el terreno para manipular masas. ¿Sabes acerca de "La doctrina del shock"? ¡Es un temasasasazo! La esencia el concepto: si deseas manipular a las masas, éstas deberán hacer lo que digas, y para que obedezcan, necesitas hacerlos como niños, y para esto hay que generarles un "shock". Te invito a que veas un breve video de siete minutos (alerta: es fuerte) haciendo clic aquí: Doctrina del shock. O si tienes tiempo de ver un documental completo (1:15 hr), te suplico que aprendas de este tema tan delicado, pero muy adecuado para nuestros días haciendo clic acá: "Documental La doctrina del shock". El mayor reto al que nos enfrentamos hoy en día es al pánico colectivo y sus consecuencias, esto es más grave, mucho más, que el coronavirus. Y tardará tiempo en que la sociedad vuelva a la calma, el tiempo lo deciden los medios y les conviene extenderlo para sus ventas. A alguien en el poder le conviene generar un "shock" para que como acto seguido manipule a las masas. Esto está todavía por verse, pero sucederá en alguna latitud del mundo. Yo ya empiezo a ver que se asoma la manipulación en el ámbito económico de cierta potencia mundial. Así pues, sirvan estas líneas para favorecer la paz, la serenidad y la calma mediante la adquisición de conocimiento. Seguiré escribiendo o produciendo podcasts al respecto. Por cierto, te recomiendo ampliamente que escuches mi más reciente episodio con reflexiones al respecto haciendo clic aquí: Podcast de Alejandro Ariza, el episodio "Criterio, juicio y buenas noticias". Si crees que estas líneas le pueden servir a alguien, ¡expande el mensaje! Compártelo en todas tus redes sociales. Vive en paz y no te olvides de Dios. Como comenta J. Osetten: «El salmista dice: "Dios es una ayuda muy presente en tiempos de problemas". Sabemos que Dios siempre está con nosotros, pero cuando tienes dificultades, si lo invitas a entrar, sentirás Su presencia de una manera mayor». –Alejandro Ariza Z.
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Siempre hemos creído que la responsabilidad se puede suceder “luego de” que hicimos algo. Esa es la clásica manera de entender la responsabilidad que la mayoría tiene. Sin embargo, debemos saber que como privilegio de ser humano, haciendo uso de una facultad intelectual superior, nuestra imaginación, es que podemos desarrollar una responsabilidad “antecedente”, hacernos responsables de algo que pueda suceder. De hecho, esto es un privilegio exclusivo de ser humano y que nos reafirma como tales. Podemos, debemos, responsabilizarnos de algo que pueda suceder incluso cuando todavía no sucede, debido a que sabemos cómo nuestros actos presentes fraguan un resultado futuro.
De esa manera se incrementa nuestro poder sobre nuestras acciones. La fuente de es poder es la adquisición de conocimiento. Mientras más conocimiento adquiramos acerca de cómo funcionan las cosas en este mundo dominado por la ley de “acción-reacción”, más responsabilidad antecedente desarrollaremos. Por eso es tan grave no adquirir conocimiento. Ahora bien, sé que no podemos saber todo de todo, sería imposible, pero sí existe un conocimiento trascendente que todos deberíamos adquirir: lo básico acerca de nuestra salud, nuestras finanzas y nuestras relaciones humanas. Y aquí te repetiré algo de lo que he insistido bastante en mis conferencias: este tipo de conocimiento difícilmente lo adquirirás en el modelo educativo tradicional, en la escuela incluso a niveles superiores. Es un conocimiento que está ahí, disponible para todos nosotros, pero que nadie te va a enseñar en el modelo educativo mexicano tradicional. ¡Tú sólo tienes que ir en busca de ese conocimiento y adquirirlo! Y así, tú sólo eres el que podrá mejorar enormemente su calidad de vida. No lo sé, pero a mí me parece que el modelo educativo mexicano tradicional está diseñado, precisamente, para que no sepas lo que debes saber y lo que te salvaría de muchos problemas. Pero alguien está ganando mientras mantiene la ignorancia de las mayorías. ¿Cómo lo logran? Diseñando programas de estudio en donde se enseñan muchas cosas que no te servirán para nada en cuanto a mejorar tu salud, tus finanzas personales o tus relaciones humanas. Se trata de “ocupar tu tiempo” adquiriendo un conocimiento inútil para esos trascendentes objetivos y así imposibilitarte, por la falta de tiempo, para que adquieras un conocimiento que sí te salvaría, que sí te ayudaría, que sí mejoraría tu calidad de vida. Te digo, alguien esta ganando algo, y mucho, manteniendo la ignorancia de algo trascendente mediante el hecho de dar conocimiento inútil. El plan yo lo percibo maquiavélico, porque con la imagen pública de brindar conocimiento, así mantienen la ignorancia. Para mayor claridad: con la imagen pública de dar conocimiento inútil para la vida real y práctica, imposibilitan al estudiante al ocupar su tiempo, para que aprenda lo que sí le va a servir en la vida real. ¿Fuerte esta suposición? Sí, lo es. Pero así funciona esto. Aquí se abren dos posturas: (1) Decir: “…uf, pues sí, qué terrible”, y ya. O (2) sabiendo esto, dedicarse a título personal a aprender aquello que nos libera y nos sirve realmente. Yo toda mi vida he optado por la segunda postura y mi vida así ha mejorado siempre en maneras sorprendentes. Yo sólo he tenido que investigar, leer, preguntar a expertos, leer blogs, atender webinars, asistir a conferencias, etc., y esa inversión de mi tiempo y dinero ha sido de lo más inteligente que he podido hacer en mi vida. Te podría citar muchos ejemplos, pero para fines prácticos de esta breve columna, dos:
Si pudiera darte un ejemplo de prevención, por citar uno de tantos que hay, deberías de tomar diariamente, ya como un hábito natural en tu vida, un suplemento de ácidos grasos omega 3. Hoy está más que demostrado el beneficio que hay para prevenir enfermedades neuro-degenerativas, mejorar tu salud cardiovascular, tus articulaciones y hasta tu salud ocular. ¡Todo eso mejora, previniendo enfermedades en esos ámbitos, el hecho de tomar diariamente este valiosísimo suplemento! Yo no sé tú, pero si a mi me dicen y me demuestran científicamente que “algo” puede disminuir el riesgo de padecer Alzheimer, si “algo” disminuye la posibilidad de vivir esa tragedia, ¡yo me lo tomo! Si además es un suplemento que es barato, ¡con más razón me lo tomo! Si me lo tomaría aún si fuera caro, qué decir si además es barato. Si me dicen que hay que tomarlo diario y para siempre para que surja efecto y lo mantenga. ¡Me lo tomo diario! Así de sencillo es esto. Pero como no conoces, no lo haces. O como conoces muy poco del proceso, entonces lo hacer un mes y lo dejas. La gente enferma por no saber. Ese es el verdadero origen de muchas enfermedades. Yo, en lo personal, tomo diario un paquetito de suplementos que sé que hacen mucho bien, en mi presente y en mi futuro. Haciendo clic aquí puedes conocer qué es lo que yo tomo diariamente. Si dejar de comer azúcar es extremadamente benéfico para la salud. ¡La dejo de tomar! Sólo hay que saber del tema. Y de este ejemplo, bendito sea Dios, ya está plagado internet con información de gran valor. Sólo necesita tú solo ir a buscarla y dedicar tiempo a leer. Ahora bien, aquí debo decirte algo muy fuerte: aun sabiendo, no es suficiente para emprender la acción. ¡Yo mismo sé de ciertas cosas que me podrían mejorar y no las hago! Falta un elemento en esta misteriosa ecuación que termina en emprender la acción. Pero este tema es tan basto que será tema de otra futura columna. Existe un "elemento ignición", del que en un futuro hablaré. Sin embargo, saber es ya un primer gran paso, uno esencial para empezar un proceso que terminará en emprender la acción que geste un nuevo hábito en nuestras vidas. Estimado lector, estimada lectora, de verdad, de corazón, te felicito por investigar por tu cuenta. Te tengo una buena notica, y más si ya has llegado hasta aquí (lo que mucho menos, de los ya pocos que leen, logran). Existimos personas que nos dedicamos a investigar y a enseñar todo aquello que en el modelo educativo tradicional no se enseña. ¡Esto es una gran ventaja para ti! Existimos personas que nos la pasamos estudiando, leyendo, investigando para luego, compartir de una manera más digerida y sencilla la información con la gente. Incluso otros somos, además, investigadores, y somos la fuente de información de ciertos hallazgos que mejoran la calidad de vida de una persona. Leer a autores así, ya es un atajo de gran valor para tu vida. Por ello te vuelvo a felicitar por estar leyendo aquí. Y de hecho, así, tu lectura le da sentido a mi trabajo y nos coloca a los dos en la bendita ventaja de vivir con responsabilidad antecedente, ahí donde prevenimos, donde evitamos dolor y tragedia, produciendo mayor posibilidad de salud en todos los sentidos, física, emocional, intelectual y hasta financieramente en nuestras vidas. Te invito a aprovechar lo que he creado para ti en mi página, información de valor disponible para ti las 24 horas del día, los siete días de la semana, para que puedas ver conferencias enteras, webinars o escuchar audios, y todo en la comodidad de tu celular o tableta o computadora. Haz clic en cada opción y espero aproveches lo que juntos podemos prevenir para bien propio y el de nuestra familia y amigos. Recuerda… «Si entiendes, cambias». –Alejandro Ariza Z. Me encanta el cuento en donde un Maestro Zen, cuando alcanzó la Iluminación expresó: – ¡Oh! Maravilloso prodigio: puedo ir al pozo, sacar agua, cortar un poco de madera y regresar. Uno de sus dicípulos le preguntó: – Maestro, ¿qué hacía antes de lograr la Iluminación? A lo que el Maestro respondió: – Ir al pozo, sacar agua, cortar un poco de madera y regresar. Así es. Cuando se logra la Iluminación, afuera no cambia absolutamente nada. Cambia la manera en que vemos y entendemos las cosas. Sucede un indescriptible y maravilloso asombro por todo. Así es, esas ocasiones donde sientes ver a Dios en todas partes, incluso donde menos te esperabas. No necesitas ser un Maestro Zen viviendo en el oriente del planeta para tener momentos de Iluminación, necesitas un deseo tal de vivir la experiencia, que logres aquietar tu mente y adentrarte en la observación minuciosa del milagro cotidiano, necesitas entender, a tal grado, que la consecuencia es un indescriptible asombro. Ese asombro es algo que sucede. Tú no haces nada más que detenerte a observar realmente. Mi sugerencia: ¡no te pierdas esta maravillosa experiencia! No sé tú pero, yo, no termino de admirarme de que nos podamos comunicar por este medio. Estoy escribiendo en mi computadora y aunque el diseño del programa me hace ver en la pantalla una aparente hoja blaca sobre la que escribo, sé que el talento de miles de personas se sucedió para que tan solo por “bits y bites”, por minúsculas partículas de luz en mi pantalla, por “unos y ceros”, es que lo que pienso parece plasmarse en una aparente hoja, misma que ahora tú estás leyendo. ¡Y si te contara lo que sucede bioquímicamente dentro de mi cerebro mientras plasmo estas ideas! ¡Y si te contara lo que sucede en el tuyo mientras las lees! Simplemente estaríamos cerca del colapso por la magnitud del asombro. ¡No pierdas esta capacidad que tienes por el simple hecho de ser humano! Sólo que esta capacidad es opcional. Ahí radica tu desafío para vivir Iluminado o no. La capacidad de asombro puede llegar a ser de tal magnitud que te arrebate la capacidad para expresarlo. Por ello, muchos Maestros ya no dicen nada. Simplemente viven envueltos en gozo, un gozo que nadie ve, sólo ellos sienten. Un gozo que bien puedes tener tú… sin tan solo vivieras con menos prisa y mayor concentración en lo que eres, haces y sucede. Me encanta esta otra reflexión de Anthony de Mello cuando en uno de sus cuentos dice: Guarda silencio y mira la danza [de la Creación]. Sencillamente mira: una estrella, una flor, una hoja marchita, un pájaro, una piedra… Cualquier fragmento de danza sirve. Mira. Escucha. Huele. Toca. Saborea y seguramente no tardarás en verle a Él, al Bailarín en persona. "El discípulo se quejaba constantemente contra su Maestro Zen: –«No haces más que ocultarme el secreto último del Zen». Y se resistía cada vez que su Maestro le decía que no, que no era así. Un día, el Maestro se llevó a su discípulo a pasear y por ahí escucharon el canto de un pájaro. –«¿Has escuchado el canto de ese pájaro?», le preguntó el Maestro. –«Sí», respondió el discípulo. –«Bien; ahora ya sabes que no te he estado ocultando nada»". Si realmente has escuchado cantar a un pájaro, si realmente has visto un árbol…, deberías saber… más allá de las palabras y de los conceptos. ¿Qué dices? ¿Has oído cantar a docenas de pájaros y has visto centenares de árboles? Ya. Pero lo que has visto ¿era un árbol o su descripción? Cuando miras un árbol y ves el árbol, no has visto realmente un árbol. Cuando miras un árbol y ves un milagro, entonces, por fin, has visto un árbol. ¿Alguna vez tu corazón se ha llenado de muda admiración cuando has oído el canto de un pájaro?”. Imagina, ejemplos con tan solo el canto de un pájaro. ¿Qué debería sucederte si ves a tu hijo, a tus padres? ¿Qué podrías sentir al observarte a ti mismo? ¿Hasta dónde podías experimentar si observaras bien… lo que sea? Por ello tanto se nos ha dicho que los niños entran al Reino de los Cielos… porque se admiran de todo. Por ello el Maestro de maestros dijo: «Háganse como niños…». De hecho, ahora que vuelvo a publicar esta columna, pienso: Siempre buscamos a alguien con quien podamos llegar a ser viejos, pero hoy, creo que debemos buscar a alguien con quien podamos volver a ser como niños. Vivimos tan de prisa, vivimos tan acostumbrados y damos ya tan por hecho lo que está sucediendo alrededor nuestro, que se nos pasa la puerta de entrada a un mundo pleno de milagros y en el cual, irónicamente, estamos inmersos. Puedes estar sin darte cuenta. Y luego te deprimes o te preocupas o te aburres. ¡Cómo no! El aburrido, el deprimido, el ansioso, es un distraído. Ponte a pensar en lo que representa tu teléfono celular inteligente ahora en tus manos. Por primera vez en la historia de la humanidad, el hombre puede traer en su mano el mundo entero, sin límite de tiempo, hasta tocar el pasado, la historia más significativa de las cosas, permanentemente registrado, y pudiéndolo ver a través de una pequeña pantalla en su mano. Puedes disfrutar del presente hablando en tiempo real con una persona cuyo cuerpo puede estar a millones de kilómetros de distancia. Puedes ver con tus propios ojos, en tiempo real, a esa persona en un video, en tu mano, cuando su cuerpo puede estar en otro país. Lo puedes ver y vibrar en un dispositivo de tan solo unos milímetros de grosor. Y te comento esto por ser uno de los aparatos con los que estamos más familiarizados, pero si observaras una hoja, si, por entender, observaras lo que está sucediendo en tiempo real a nivel de sus cloroblastos y su metabolismo celular, se te llenarían los ojos de lágrimas. Si obervaras con atención a un árbol, al entender, podrías admirarte de su constante movimiento, a grado tal, que el permanente crecimiento de sus raíces ha sido capaz de romper el pavimento y levantar aceras de asfalto. ¿Creías que no se mueve un árbol? Mira cómo ha sido capaz de levantar el piso. Mientras escribo esta columna, se me han llenado varias veces mis ojos de lágrimas. Preparo mi atmósfera admirando todo. Me preparo un delicioso café. Subo a mi despacho, preparo mi difusor con aceites esenciales para disfrutar el aroma de mi recinto de escritura, pongo música de meditación Zen, y me siento a escribirte. Te siento tan cerca. Siento que tenía que escribirte esto en un tiempo perfecto para ti para que en cuanto lo leyeras te detuvieras un poco. Detente. Observa. Asómbrate. Ilumínate. Disfruta intensamente. Podríamos hablar tanto al respecto, pero tan solo te quería compartir que si aprendes a guardar silencio y a observar con profunda atención, estas en los linderos de la Iluminación. Cuando se te llenen los ojos de lágrimas por el grado de admiración y asombro que sientas, aún cuando los demás, incluso quien esté a tu lado, ni se inmuten, entenderás pacífica y gloriosamente que los momentos de Iluminación son un privilegio privado, es un cambio que sucede dentro de ti, un cambio que te permite alcanzar a ver lo que millones todavía ni siquiera suponen. Amo a mis amigos, aquellos pocos que la vida me ha presentado con una indescriptible capacidad de asombro. Uno se enamora de alguien con capacidad de asombro. Uno se enamora de los Iluminados. Mis amigos, pocos, con esa capacidad, sabrán que me estoy refiriendo a ellos. Les mando un saludo desde esta atemporal y sublime dimensión que se sucede en la relación escritor-lector. «Si entiendes, cambias». –Alejandro Ariza Z. El diccionario define la palabra “enfermedad” como:
De esa manera, me atrevo a observar que el estar “muy ocupado”, bien podría representar una enfermedad. Estamos viviendo una época en donde llenarnos de ocupaciones parece la norma y, para muchos, hasta símbolo de estatus, proyectando importancia. Comunicar que uno está “muy ocupado” es una trampa del ego, donde la persona reclama reconocimiento, admiración, a su vida tan ocupada. Muchos pasamos por esa etapa, pero si sigues avanzando, descubres que ya bien se puede tratar de una enfermedad eso de estar “muy ocupado”. Gente que suele decir “no puedo” a muchas invitaciones que la vida le hace a través de amigos, familiares o circunstancias, se ve imposibilitado a aceptar. Muchas veces, en esencia, atrapados en una vorágine de actividades para poder seguir ganando más y más dinero, para producir más y más, para así, luego disfrutar y vivir más seguros, cuando ese luego, nunca llega precisamente por estar “muy ocupado”. Hoy en día parece que cuando uno pregunta a alguien: “¿Cómo estás?”, la acelerada respuesta :”Bien, gracias”, es ya sinónimo de “Muy ocupado”. Siempre intentando hacer varias cosas a la vez, personas que hasta orgullosas se pueden llegar a sentir de su capacidad “multitasking”, aludiendo a su gran responsabilidad, a la franca necesidad que tienen de hacer las cosas así, ya que de otra manera no saldrían adelante. Hoy siento compasión por ese tipo de personas, y expondré más adelante porqué. Hace unos días conversaba con el director general de afamado y poderoso consorcio a nivel nacional y cuando lo felicitaba por lo extraordinariamente bien que van progresando, de repente me atestó con un comentario que expresó con franco orgullo: “Gracias, pero aun así te he de confesar que soy un insatisfecho permanente”. Hoy escuché eso tan delicado, y me sorprendió también recordar que hace más de 10 años llegué a escuchar de un afamado maestro de liderazgo que precisamente esa era una característica del líder, ser un insatisfecho permanente, propositivamente hablando. Yo mismo lo llegué a enseñar en algunas conferencias de liderazgo. Porque el líder siempre querrá más, mucho más, mejor… porque sabe que siempre se puede lograr más. Desde el punto de vista “motivacional” parece bueno y hasta adecuadamente operante para mantenerse en una “mejora continua”, puede ser admirable. Sin embargo, al paso de los años y mientras más despertar espiritual se tiene, puede resultar ser precisamente todo lo contrario, se vive en constante estrés y cada vez mayor. «No sólo de pan vive el hombre...» –Mateo 4:4 Todos buscamos mejorar, por supuesto, pero sugiero detenerse a reflexionar qué es aquello que verdaderamente es una mejora para nuestras vidas. El ser humano necesita descansar, disfrutar de sentirse libre, tener momentos de ociosidad, dormir profundamente, estar en silencio absoluto de vez en cuando, convivir con algunos otros como también en una cita exclusivamente consigo mismo, todo esto como parte del funcionamiento normal para el diseño de ser humano. Sin embargo, hoy se le tacha de holgazán a quien se da un momento así, de hecho, quien ya está enfermo de “muy ocupado” precisamente se siente mal si programara en su calendario un espacio para la total libertad. Ahí no sabría que hacer, es el “síndrome del domingo” del que habla el Dr. Viktor Frankl, día en que las personas enfermas de “muy ocupado” entran en ansiedad por no saber qué hacer. Personas que de esa manera, hasta las vacaciones las programan llenándolas de actividad para “aprovechar” todo momento y tratando a la familia como empleados que tienen que obedecer un programa para aprovechar las vacaciones. La ansiedad viaja con esa persona, también lo acompaña a sus vacaciones porque de lo contrario la persona no sabría qué hacer. En fin, ejemplos podría dar muchos, pero hoy, me gustaría hacer antonimia del estar “muy ocupado” con “ser libre”, queriendo decir que se puede tener (y se debe tener) programación para un tiempo desocupado, en paz, sin programa, sin agenda, sencillamente ser, pacíficamente estar. La actividad siempre será buena, es fuente de felicidad, realización, pero creo que no tiene que llegar a tratarse de estar “muy ocupado”. Mi aprendizaje por una nueva conciencia de “mejorar”. En los más recientes años de mi vida, deliberadamente me he desprendido de muchas cosas y me ha encantado la experiencia, incluso de aquellas que antes valoraba mucho, me ha fascinado cuán bien se siente dejar de necesitar al descubrir que no había real necesidad alguna ahí. Todavía me sorprendo de ya casi estar cumpliendo dos años y medio sin usar reloj, y es que ahí lo que te quitas es el estatus de lo que te podía dar traer uno, porque a la hora sigo teniendo acceso sencillamente viendo la pantalla de mi celular; el lugar donde vivo cada vez me gusta más mientras menos cosas tengo, cada vez me me siento más libre y despreocupado. He de confesar que ha sido un arte aprender a cada vez vivir con menos, al mismo tiempo que mantener una vida productiva y sostenida a mi propósito de vida. Pero, como todo, se aprende con la práctica y ésta jamás sucederá si no empiezas. Salir airoso y en forma extremadamente exitosa de una crisis económica, fue motivo hasta de que escribiera mi libro: Inteligencia para el dinero. Todo lo que ahí expongo como solución, lo sigo viviendo pero ya como estilo de vida. Aprender y compruebas que menos es más. Por supuesto que no rechazo los lujos y la buena vida, ¡me encantan!, pero el gran cambio ha sido lo que para mí es un lujo y la buena vida. La experiencia la mantengo y la sigo procurando, lo que significa el lujo y la buena vida fue lo que cambié radicalmente. Tengo otro amigo, exitoso empresario multimillonario, que algún día en que me platicó lo que tiene en su casa y la casa que tiene en sí, me llegué a preguntar quién tiene a quién. Muchas veces la persona se hace de tantas cosas y le significan tantísimo valor que pueden llegar a intercambiarse los papeles y ahora las cosas son las que tienen a la persona. No salir mucho tiempo de vacaciones porque la casa se puede quedar sola mucho tiempo, y ahora eso es un riesgo. En fin, ejemplos bajo esta perspectiva también podría dar mucho, pero creo que con este ya te llevas una ilustración que te podrá dejar pensando en quien tiene a quién realmente cuando observes tus cosas. Hay diferencias entre la gente “muy ocupada” y la gente “libre”. Aquí te compartiré algunas que alcanzo a ver: La gente libre conoce su propósito en la vida. Cuando no sabes lo que quieres, quieres lo que no sabes ni para qué lo quieres, y de eso, del mundo de lo que uno no sabe, hay enormes cantidades. La personas “muy ocupadas” suelen llenarse de cosas que no lo llevan a cumplir su propósito en la vida, pero precisamente porque no saben para qué vinieron a este mundo, entonces, sienten que su objetivo es estar seguros, y creen que acumulando y acumulando, más y más, estarán seguros y algún día podrán sentarse a descansar para disfrutar del emporio que han creado. Sin duda, muy loable y admirable su capacidad para producir, pero la pregunta que permanece en el aire es el precio que pagan diariamente, y no, no me refiero a dinero, si no a calidad de vida. No hay descanso. Competencia permanente. Una persona libre suele saber para qué vino a este mundo y precisamente porque se dio el tiempo para pensar en tan singular y trascendente pregunta, en su legado. Llega a la respuesta y así, fácilmente puede decir “no” a todo aquello que no lo dirija a donde debe ir como propósito de su vida. Es fácil desprenderse de lo que es inútil para un propósito, de hecho, ni se interesa uno en ello. ¿Para qué? Teniendo un mapa con destino es fácil transitar por una ruta específica, pero sin destino, se puede caminar por cualquier lado y para donde sea. Aquí, lo más importante que quiero recordarte es el enorme poder que tienes para elegir. ¡Ejércelo! ¡Tienes el poder! Y si eres sincero, muchos de los problemas que hoy tienes y por los cuales estás “muy ocupado” resolviendo, son porque tú elegiste algo que te llevó hasta ese punto. Y si eres sincero, esas elecciones las hiciste sin tener clara la misión de tu vida, tu propósito. Por eso tú solo, tú sola, te metiste en un problema que ahora te cuesta trabajo solucionar y estás “muy ocupado” en ello. Lo valioso aquí es que veas el poder para elegir que tuviste en todo momento. ¿Elegiste mal? Quizá. Pero aquí no estoy analizando si lo hiciste bien o mal, sólo estoy intentando hacerte ver el poder que siempre has tenido para elegir. Mejorar será cuestión de hacer nuevas elecciones. El poder lo mantienes. Date el tiempo para pensar en tu misión de vida. Es importante. En toda actividad que realices la moneda con la que pagarás lo que elijas no es dinero, sino tiempo de tu vida. Y que quede claro, la gente libre, no es aquella que no hace nada, ¡precisamente todo lo contrario!, hace y quizá hasta mucho, pero hace aquello que es parte de su propósito en la vida. De aquí la importancia de detenerte a pensar si en el trabajo donde estás, realizas la actividad para la que viniste a este mundo. Es un tema sumamente serio y delicado detenerte a pensar en esto. ¿La misión de la empresa en la que prestas tu tiempo de vida es acorde a la misión de tu vida? Si es así, ¡felicidades por se libre ahí en tu trabajo haciendo lo que haces! La gente libre sabe que puede elegir en todo momento. Estar “muy ocupado” es una elección, y eso les queda muy claro a la gente “libre” y deciden no vivir así. ¿Hace cuánto tiempo que no respondes “nada” a quien te pregunta qué estás haciendo? Porque, hoy para mí, ese es un verdadero lujo y parte de la buena vida que me doy. Sólo hasta que elijo no hacer nada, en mi caso, empieza un manantial de paz, llego a sentir que puedo detener la velocidad con la que pasa el tiempo y descubro con asombro una gran cantidad de milagros que me rodean a cada momento, incluso el que soy yo mismo tan sólo por existir. Esto pasa de largo para alguien “muy ocupado”. Y hoy pienso en lo triste que es vivir sin darte cuenta de ello. Ahora bien, estoy consciente de que pueden sucederse súbitamente esas condiciones donde se nos demanda tiempo y distracción. Cualquiera que tenga hijos sabe a lo que me refiero, pero de mis maestros más admirados, todos con hijos, descubrí que tenían un lugar para retirarse y estar solos, donde ni los hijos podrían entrar. Ahí está una manera en que puedes decidir aislarte unos momentos y ser libre aún cuando ocupaciones sorpresivas puedan sucederte. Ejemplos de esto puede ser desde salir a caminar para estar unos momentos contigo, hasta tener otra casa en donde entras sólo tú para dedicarte a la actividad que viniste a hacer a este mundo. Todo dependerá de la dinámica a la que hayas logrado llegar. Pero el mensaje es el mismo, la gente libre puede elegir en todo momento, hasta en las sorpresas. La gente libre sigue siendo productiva. La gente libre descubre con sorpresa que puede llegar a hacer más eligiendo menos actividades. La gente libre vive el poder del enfoque. Creo recordar que Warren Buffet dijo: «La diferencia entre la gente exitosa y la gente muy exitosa, es que la gente muy exitosa sabe decirle “no” a casi todo». A menos distracción, más productividad. Esto hasta lógico es. La gente “muy ocupada”, paradójicamente por lo mismo, parece no ser productiva en nada. Tiene tantos “pendientitos” que suelen olvidar cosas, confundirlas, revisarlas a medias, y sentir que el tiempo nunca les alcanza. Recuerdo cuando alguien me preguntó cómo es que alcancé a terminar de escribir un libro. Mi respuesta fue que no hacía otra cosa más que escribir el libro. Y nada más. Claro, ocasionalmente viví circunstancias en que me distraía otra actividad y me vi forzado a hacerla, sí, claro. Aproximadamente el 15 % de mi actividad fue en esas distracciones obligadas. Y regresaba a escribir. Así, cualquiera que termina algo, podrá decirte que ese es el “ingrediente secreto”. La gente libre, puede detener el ritmo y gozar la pausa.
¡Qué tal irte a tirar al pasto para ver el cielo y encontrar figuras en las nuebes? Este planteamiento puede parecer un imposible, siendo un franco absurdo lleno de holgazanería e irresponsabilidad para las necesidades del mundo actual, para alguien enfermo de “muy ocupado”. Yo disfruto hacerlo. Disfruto darme el tiempo de irme a sentar en mi sala para beber una buena copa del mejor vino tinto, hasta yo sólo. No necesito a nadie para brindar, no necesito más nada. Es un espacio para mí, de inmenso gozo y… ¡sin sentimiento de culpa alguna! Hace muchos años esto último fue de lo más difícil para mí. Hoy ya no. Hoy no hay culpa por sencillamente funcionar como ser humano y darme tiempos para vivir así. Las pausas no dan la oportunidad de voltear a ver cuántas maravillas nos rodean a cada momento. Las pausas son pequeñas escuelas para aprender y llegar algún día a decidir estableciendo un “Suficiente”. Llegar ahí es un arte, un desafío. Pero ten la certeza de que nunca llegarás a esa paz, si no empiezas a practicar con las pausas.
Y cuando descubres que muchos placeres de la vida son, quizá muy intensos pero tan breves, tienes dos opciones: seguir persiguiéndolos y persiguiéndolos hasta que te satisfagan del todo, estar “muy ocupado” en su gestión o dejarlos de perseguir porque nunca te satisfacen del todo. Sugiero que elijas lo segundo. Y si llega alguno de estos placeres por ser libre… se incrementará el placer al tratarse de una agradabilísima sorpresa. En el corazón del hombre existe el deseo permanente. Y si logra, quiere más. Y si lo logra, quiere aún más. Por eso, nada de este mundo “finito” llega a satisfacer al hombre. Es bajo este entendimiento que a un corazón permanentemente deseoso hasta el infinito, lo único que puede dejarlo en paz y satisfecho plenamente es lo infinito. Ahí es cuando buscas y dejas entrar a tu corazón a Dios. Ahí acaba la búsqueda incesante. Ahí, al fin, sientes paz. La gente libre al fin descansa realmente. Descansar es esencial, para tu cuerpo, tu mente y espíritu. Y descansas de hacer. La pausa se hace más consciente, más profunda. Una persona libre de la enfermedad “muy ocupado”, ¿seguirá haciendo? ¡Por supuesto! Pero sólo lo suficiente y teniendo en calendario los momentos para descansar. Para convivir con total atención con sus seres queridos, para leer, para pasear, para darse la oportunidad de disfrutar esta experiencia llamada vida, con lo que tenga y pueda, y será suficiente y regocijante. Admiro a ciertos amigos que, por su religión, cumplen con su “Sabbath” y lo respetan como algo de enorme importancia. Lo es. Ponen en calendario vacaciones de dos semanas cuando menos. Son valiosas. Y tú y yo, organizándonos, poniendo orden en nuestras vidas, ¡claro que podemos hacer lo propio! Descansar no es holgazanería y pereza sin sentido. Descansar así, es casi un deber vital, y precisamente para luego poder hacer con más inteligencia y entusiasmo. En esta época, parece estar de moda, enarbolar el “trabajo arduo”. Yo no estoy de acuerdo en ello, si es un trabajo que no te dirige a tu misión de vida. Te garantizo que estarás enfermo de “muy ocupado”, trabajando duro, trabajando arduamente, orgulloso de que los demás reconozcan que trabajas como burro. Y sí, hay mucho de verdad literal en ello, como burro. Espero que con una nueva conciencia descubras que se trata de trabajar inteligentemente, descubrir pacíficamente cuándo es suficiente, y establecer el sano contraste con el divino descanso, lo que hace una persona libre. La gente libre descubre su don y mediante ese formidable hallazgo descansa hasta por saberlo; una persona enferma de “muy ocupado” no tiene tiempo para descubrir sus dones. Una persona libre está en control de sus emociones, una persona enferma de “muy ocupado” le suele caracterizar que se torna hostil e intolerante, empieza a perder el control de sus emociones. Una persona libre encuentra pacíficamente el tiempo para cuidarse; una persona en forma de “muy ocupado” descuida su salud y se le nota. Para tu corazón permanentemente insatisfecho con lo finito, con lo fugaz y pasajero, cólmalo de gracia recibiendo a Dios en él. Hasta ese entonces el infinito le satisfará. Entrarás a vivir una vida en paz, disfrutando hacer aquello para lo que se te confirió vida, y descansando para así gozar también de la creación. Confucio, 2,500 años a.C., expresó: «Todos tenemos dos vidas. La segunda empieza cuando entendemos que sólo tenemos una». Si llegamos a ser sabios, nos tomamos la dichosa oportunidad de vivir con serio análisis de nuestra existencia en ella. ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza. P.D.: Cuéntame qué te hizo sentir esta columna, me encantará leerte en los comentarios y conversar. A manera de broma he solido usar esta analogía de “como la humedad” refiriéndome a cuando sucedió un cambio y fue “tan poco a poco” que no se da uno cuenta hasta que ahí está, exactamente como cuando un fragmento de la pared se cae por la humedad subyacente y que, para nuestra sorpresa, estuvo erosionando la base desde mucho tiempo antes, pero muy lentamente, poco a poco, afuera en la superficie no se veía nada, apenas aparecían algunas pequeñas burbujas que se notaban sólo si uno se fijaba, para que “de repente” de un momento a otro, se desprende un fragmento del yeso y hasta ese momento notamos el dramático cambio. Y sí, exactamente así nos puede pasar si toleramos esos pequeños cambios que ya se empiezan a suceder y no nos damos cuenta. Y no nos damos cuenta no por no queramos darnos cuenta, sino precisamente porque son difíciles de percibir al irse sucediendo tan lenta y sutilmente. Eso fue lo que me sucedió antier cuando entré a mi cuenta de Twitter y noté la cantidad de tuits deprimentes, todos haciendo referencia a la política mexicana contemporánea, a problemas económicos consecuentes, etc. De repente pensé: “¡Ya no más! Cerraré mi cuenta de Twitter!”, para minutos más tarde recibir el consejo de una amiga de que no era necesario cerrar mi cuenta, sino bastaba con eliminar o bloquear de quien no quería recibir noticias. ¡Claro! ¡Eso mismo hice hace años en mi cuenta personal de Facebook, donde creo no llego ni a 30 “amigos” ya que yo sí manejo el Facebook personal como creo se concibió desde un principio, sólo para tener contacto con personas que uno realmente conoce. ¡Se me había olvidado el poder del botón “eliminar”! Uf… me di rienda suelta eliminando y eliminando a toda persona que no hablara de bien, verdad, belleza, unión y buen humor. Eliminé a más de la mitad de personas que seguía. ¡Cambió totalmente todo mi Twitter! Apenas antier era deprimente entrar a mi cuenta al ver tanta gente atacándose, burlándose, ofendiéndose políticamente, y hoy, ¡es un placer entrar a mi cuenta! Sólo se lee de filosofía, de superación personal, de tecnología y buen humor. Punto. ¡Tan fácil! ¡Usa el botón “eliminar”! Tanto en tus redes sociales como en la vida misma. ¡Es tremendamente saludable! Ahora bien, reflexioné al respecto cuando al ir eliminando personas, me pregunté: “¿Cómo fue que llegué a seguir a casi 100 personas u organizaciones que no van de acuerdo a mi filosofía de vida? ¡¿Cómo llegué ahí?!”. Como la humedad. Sin darme cuenta, muy poco a poco, lentamente, por querer estar “actualizado” siguiendo hasta a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al Presidente y a “expertos” en finanzas, economía y analistas de política, siempre queriendo saber primero para traducir las noticias relevantes a un lenguaje que todo mundo entienda y comunicarlo en mi página pública de Facebook de “Inteligencia para el dinero”. ¡Ahí empezó todo! Con una buena intención, pero sin darme cuenta por irlo haciendo lentamente, como la humedad. Debido a que soy autor de un libro especializado en finanzas, Inteligencia para el dinero, pero siendo el único libro de finanzas que las analiza desde una perspectiva filosófica y de superación personal –temas propios de Nueva Conciencia, mi filosofía de vida–, fue que empecé a llenarme de información que no es acorde a mi corazón. Fue útil para mi cerebro, pero no para mi corazón. Se acabó. Yo ya publiqué y ya expliqué lo mejor que pude para el público lo que recomiendo en mi libro, Inteligencia para el dinero, pero he decidido que hasta ahí. ¿Qué ha pasado en este tiempo en que he dejado de saber de las últimas noticias del gobierno, de expertos en finanzas, de célebres analistas políticos, etc.? ¡NADA! ¡No ha pasado nada! O quizá, sí ha pasado… me he sentido extraordinariamente bien, he vuelto a mi centro. Volví a sentir gusto por usar Twitter. Todo sencillamente usando inteligentemente el botón “Eliminar” y eligiendo sólo lo que suma a mi filosofía de vida. Así, volví a “mi” mundo. A ese donde pertenezco de lleno, a ese a donde Dios me puso para ser y servir. No debo salirme de ahí. ¿Puedo asomarme a otros? ¡Claro, por supuesto, quizá necesario ocasionalmente!, pero asomarse es una cosa y empezar a pertenecer es otra. Claramente sentí como volví a mi acostumbrada paz, claramente sentí cómo volví a mi entusiasmo y fe en la vida. Claramente noté cómo mi mente tuvo más tiempo para enfocarse exclusivamente a lo que le da sentido a mi vida y alegría a mi existir, a Nueva Conciencia. Te quise escribir esto hoy porque estoy seguro que te puedo ayudar a reflexionar en algo parecido que te esté pasando, sin darte cuenta, como la humedad. Haz un algo y observa qué fuentes de información has elegido que entren a ti. Lo que no te sirva para tu misión y bienestar, elimínalo. De verdad, es más el morbo del “nuevo entretenimiento” de hoy en día, querer saber de “los pleitos” de las diferentes corrientes de opinión, del gobierno, de analistas. Un mundo donde las personas de a pie, como tú, como yo, no podemos hacer absolutamente nada. Y aquí te recuerdo un precepto esencial de Nueva Conciencia: sólo ocúpate de aquello sobre lo que tienes control. De todo lo demás, despréndete, precisamente por que no tienes el más mínimo control. Si algún día asistes a una reunión en donde se esté hablando del tema socio-político que esté de moda y la nota trascienda ese día, deberás llegar a sentir placer de que, cuando te pregunten tu opinión, les puedas decir: “Ahora sí no sé, heee, no sé nada de lo que están hablando, ni idea. Apenas estoy escuchando algo aquí y ni sé”. Al principio serás visto como un bicho raro, para que después, te lleves la sorpresa de que hasta admirado seas, precisamente por no saber de esas cosas. ¡Hay temas mucho más importantes y sobre los que sí tenemos control que deberían ocupar la mayor parte de nuestra mente y corazón! Elige con inteligencia. Hasta podrás ser quien cambie el tema de esa reunión… para beneficio de todos. Te hablo por amplia experiencia. Podría darte muchos más ejemplos, pero algo me dice que es suficiente. En el tema de hoy, menos es más. “Limpia” tus redes sociales (o bien, te podría sugerir: limpia tu vida). Permítete ser influenciado sólo por algo que aporte real valor a tu vida. Todo lo demás, deséchalo. De verdad, no practiques el “nuevo entretenimiento” que representan los noticieros, la nota roja o amarilla, los pleitos de poder. A ese mundo no pertenecemos. Te recuerdo: tú y yo estamos en este mundo, pero no somos de este mundo. Cuando uno llega a comprender esto a cabalidad, uno elige mucho mejor los compañeros de viaje. Si has de entretenerte, mejor ve al teatro a ver una extraordinaria puesta en escena, busca un juego de mesa, lee un buen libro, haz ejercicio, sal a pasear a tu perro, disfruta de una buena película, ten la dicha de conversar con alguien disfrutando de un exquisito café, disfruta de buena música, prepara material y sigue estudiando más de aquello a lo que te dedicas, en fin. Hay muchas más fuentes de entretenimiento. Elige con inteligencia. Pronto volverás a sentir una gran… ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza. Lo prometido es deuda, y como lo avisé en mi página de Facebook de “Inteligencia para el dinero”, les platicaré brevemente de una experiencia generadora de seguridad, paz, alegría y poder y que me encantaría que todo mundo viviera, precisamente gracias a tener inteligencia para el dinero. Concretamente: como muchos problemas de salud, no avisan, y súbitamente me tuve que internar hace cuatro días en el hospital por un violento cólico renal. La historia acabó en que me tuvieron que sacar una piedrita mediante un procedimiento no invasivo, pero como si fuera una cirugía, y todo el numerito salió cotizado en 160,000 pesos mexicanos. Tenía que desembolsar esa cantidad en tan sólo cuatro días. Era la suma del internamiento en el Hospital Ángeles, honorarios del cirujano, anestesiólogo, medicinas, etc. ¡Pero gracias a que, por inteligencia para el dinero, tengo un Seguro de Gastos Médicos Mayores con AXA Seguros, vi que aplicaba perfectamente en mi caso –ya que hay letras chiquitas con excepciones para casos renales requiriendo un tiempo de espera (que por bendición yo ya tenía cubierto)–, y acabé pagando ¡sólo 22,000 pesos! ¿Leíste bien? La cuenta era de 160,000 pesos y sólo pague 22,000. ¡¡¡Esa es la maravilla de tener un Seguro de Gastos Médicos Mayores!!! Es, inteligentemente, transferir el sorpresivo riesgo económico, por una emergencia, a la aseguradora. Ese es el beneficio de tener un seguro. Y para colmo, precisamente por todo lo que explico en mi libro, Inteligencia para el dinero, ya tenía desde hace más de un año, un fondo donde ahorré-invertí lo necesario para cualquier gasto de emergencia mi Seguro de Gastos Médicos Mayores, es decir, sencillamente hoy por la mañana, abrí ese fondo y tomé una partecita para pagar esos 22,000 pesos y listo. ¡Has de cuenta que no pasó nada! No sé cómo explicarte más mi sentir. ¡Qué segura experiencia! ¡Qué manera tan feliz de terminar el 2018 acabo de vivir! Grabaré un video con todo el detalle para que en la historia proporcione muchos consejos, te recomiende a mi extraordinario agente de seguros personal, pero esa información será privilegio de mi nueva sección: “Temas Selectos de Nueva Conciencia” a los que puedes tener acceso haciendo clic aquí.
Si te has preguntado alguna vez si tiene algún caso tener un Seguro de Gastos Médicos Mayores, como muchos de nosotros nos lo hemos preguntado (¡claro que me incluyo!), sobre todo cada vez que tienes que pagar el seguro, ¡pues claro que tiene caso! Y, aunque suene trillado, sólo te das cuenta de la extraordinaria bendición que es tener un seguro, hasta que lo necesitas. Mira nada más la diferencia, por citar mi ejemplo: terminar el año con un gasto súbito e inesperado de 160,000 pesos en cuatro días (8,000 dólares americanos –para que tenga la referencia quien me esté leyendo de otro país–), o terminar el año sin ninguna deuda en absoluto, ya que la solución a mi súbito problema de salud que ya pasó, fue cubierto por mi seguro y el resto (22,000 pesos, unos 1,100 dólares americanos) ya lo tenía ahorrado desde hace más de un año, en un fondo a parte, como debe ser. ¡Cuánta paz, cuánta libertad, cuanta seguridad se genera uno a uno mismo con inteligencia para el dinero! Por eso escribí todo un libro para ti, por eso existe un webinar de “Inteligencia para el dinero” de más de cinco horas de duración que puedes tomar el día y la hora que quieras haciendo clic aquí. Que tengas esta información es más importante de lo que una persona promedio puede alcanzar a entender. Citaré los primero renglones de la contraportada de mi libro, Inteligencia para el dinero: «Todos los seres humanos deseamos vivir en paz, ser libres, tener éxito, ser felices y sanos. Debes entender que unas correctas finanzas personales son esenciales para lograr vivir de esa manera». ¡Dios! ¡Cuánta verdad hay encerrada en esas pocas palabras! ¡Y más en esta época de propósitos de Año Nuevo! Todo mundo se desea prosperidad, paz, amor, felicidad, salud… pero si se queda en buenos deseos, ¡te aseguro que de ahí no pasa! Yo lo viví durante años, ¡décadas!, esa falsa ilusión de creer que con pensar bonito y optimistamente bastaba, ¡y no! ¡Tienes que tener inteligencia para el dinero y aplicarla en lo más práctico de tu proceder de tu día a día! ¡Esa es la única manera práctica de sembrar verdadera paz, seguridad, prosperidad, salud! Olvídate del borreguito atrás de la puerta, de los cuarzos de la abundancia, de los cursos en línea para alcanzar prosperidad mediante la energía de las conexiones cósmicas, olvídate de ponerte los calzones de algún color el 1º de enero para atraer abundancia. ¡Nada de esas mamadas sirve! Si no crees, observa tus finanzas. O bueno, si sonó fuerte, mejor observa las finanzas de esas otras personas que te recomiendan todo eso y mira si son realmente libres financieramente por eso. Lo único que sirve para vivir en paz, seguridad y verdadera prosperidad es tener y aplicar tu inteligencia para el dinero y yo te digo cómo, parado en la evidencia del cómo llevarlo a cabo y vivir tan feliz, tan seguro y tan pleno. Queridos lector, querida lectora, para este Año Nuevo deseo que te atrevas a hacer lo necesario para que logres la prosperidad, paz, alegría, salud y seguridad que verdaderamente genera tener inteligencia para el dinero. ¡Que ya el 2019 sea el año donde hagas lo que tengas que hacer, cambies lo que tengas que cambiar, para dejar de tener deudas totalmente, empieces a ahorrar, a invertir y a tener tus seguros! Vivir así es maravilloso. Y para colmo, así es lo normal. Permíteme afirmarte algo ya aquí en confianza: El Año Nuevo no será nada nuevo si sigues comportándote igual en tu vida, si tienes los mismos hábitos, si tienes el mismo conocimiento, si todo sigue igual. Lo “nuevo” del año, será una falsa ilusión, como les pasa a miles con todo y su preocupación por comer las 12 uvas con cada campanada, y por eso se frustran, porque en estas fechas por todos lados se comunica el deseo de un cambio, la publicidad se enfoca en eso alrededor de estos días, pero nada les cambia a muchas personas y, para colmo, porque ellos mismos bloquean ese cambio al no atreverse a leer, estudiar y a hacer algo realmente nuevo. Mañana es Año Nuevo, y es buen momento este 31 de diciembre para recordarte que para vivir una nueva vida no necesitas una fecha, necesitas una nueva conciencia generadora de una tajante decisión que te hace actuar en consecuencia y en forma inmediata; eso sucederá sólo cuando ya estés verdaderamente harto y quieras vivir como realmente deseas. «Las fechas no te cambian, tú cambias en la fecha en que decidas». ¡Feliz Nueva Conciencia en la fecha que decidas! –Alejandro Ariza Z. Ahora que está de moda el futbol y el combatir la corrupción..., mi estimado Eduardo Caccia me envió esto por whatsapp. La enorme energía positiva de este video y lo que implica, ¡tenía que conservarse para siempre en mi sitio en Internet, Nueva Conciencia. Por favor lee la historia y ve el video más abajo: El el año 2003, en un partido entre Irán y Dinamarca, un jugador iraní confundió el sonar de un silbato que venía del público, creyendo que era el del árbitro marcando el final del 1er tiempo; entonces, el jugador, que estaba en el área, agarró la pelota con sus manos. El árbitro marcó penal para Dinamarca. El jugador que cobraría el penal, Morten Wieghorst, consultó a su director técnico, Sr. Morten Olsen, y el jugador pateó el penal intencionalmente hacia afuera de la portería, como prueba de “fair play”. La historia del partido terminó en que Dinamarca perdió 1 a 0. Wieghorst y el director técnico recibieron el premio "Fair Play" por parte del Comite Olímpico. Vean el vídeo más abajo. Es sublime verlo. Es sobrecogedor atestiguar valores de orden superior en acción. Esto parece que soló podría haber pasado con ciudadanos del país considerado "el menos corrupto del mundo", Dinamarca. Mexicanos: APRENDAMOS VIENDO y apliquemos imitando tal honestidad en todas nuestras acciones para construir un país mejor. Los mexicanos necesitamos alimentarnos de estas historias, propias de una Nueva Conciencia. Este tipo de historias son las que deberían estar en primera plana de todos los diarios, y con frecuencia. Yo sé que estas historias suceden todos los días, ¡incluso en México! Solo que no se difunden. En mi sitio en Internet, siempre difundiré este tipo de noticias. Te invito a que compartas esto en tus redes sociales. –Alejandro. |
Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. Archivos
Julio 2022
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