Los hallazgos para la solución al síndrome metabólico y obesidad sigue avanzando.
Este es un tema que me ha perseguido toda mi vida en virtud de mi condición de paciente y doctor al mismo tiempo. Desde niño fui obeso y a lo largo de mi vida he bajado mucho de peso... y vuelto a subir. Me sé los caminos de ida y de vuelta. En mi etapa universitaria, por allá de 1991, recuerdo que “di un gran bajón” y cuando medio recuerdo lo que hice no fue otra cosa que comer en horarios exactos y con una disminución muy importante de carbohidratos. Para que entonces, “lo normal” en mi familia era comer carbohidratos en exceso y hasta como manifestación de amor. La obesidad tiene causas multifactoriales. Luego..., volví a subir de peso en forma muy importante hacia allá de 1997. Al año siguiente, 1998, fui de los médicos pioneros en todo México que estudio el enorme daño del azúcar. La eliminé de mi vida, sorprendiéndome de la enorme cantidad de productos que la contienen y que por lo mismo eliminé, y por aquel entonces fue “otro gran bajón” de casi 20 kilos en unos cinco a seis meses. A lo largo de mi vida he intentado de todo tipo de “dietas”, o para que no se oiga tan restrictivo y sea una palmadita en la espalda, todo tipo de sana alimentación, y para no hacer una larga lista aquí, todas tienen como común denominador de éxito el eliminar el exceso de carbohidratos simples, el azúcar. Desde Atkins hasta la moda “keto” pasando por la moda “paleo”. El año pasado me volví a descuidar y subí mucho de peso, y luego este 2020, la PANdemia. ¡Qué honor le hizo a sus letras! Como muchos, subí y subí más de peso, sin que doliera tanto por otra condición de la pandemia, pasar más tiempo en pijama o en pants (que es como la extensión de la pijama). Así, no había ropa que te hiciera sentir mal. Por allá del pasado mes de agosto, con alarma escribo y confieso aquí, que llegué a pensar: “¡Ya! ¡Al carajo! Ya me voy a aceptar tal como estoy, esté como esté y pues todo indica que este es mi cuerpo y además ya falta menos para mi muerte y mejor disfrutar aceptando que el cuerpo adopte la forma, tamaño y peso que chingados quiera!”. Nunca antes había pasado algo así por mi mente. Empezaba a bromear que bise podría mandar a hacer un ataúd más amplio y con una curva en la tapa para que hasta muerto estuviera a gusto. Recuerdo perfecto cómo en estos últimos días años intenté bajar de peso y a momentos parecía que lo lograba y hasta motivando a varios de mis muy queridos seguidores a trabajar juntos en este reto de bajar de peso. Y, como muchas veces, vamos bien una semanas y al parecer, en promedio, a los tres meses ya se desvaneció en la nada todo esfuerzo y compromiso. Créeme que si tú no has vivido esto, llega a ser desesperante y quizá por ello hasta mejor resulta arrojar muy lejos hasta la misma desesperación (tómese esta frase como el eufemismo de que ya te viene valiendo madres absolutamente todo lo que tenga que ver con bajar de peso), al mismo tiempo de que, en el fondo, hay cierta preocupación por la incomodidad de vivir en un cuerpo olvidado y torpe, viviendo:
¡Quiero decirte algo! Engordar o adelgazar ¡es sólo la punta del iceberg! ¡Sólo la pequeña punta! ¡Es sólo lo que se ve! Pero “debajo” de esa manifestación visible hay una enorme cantidad de cambios metabólicos que nos afectan. Te enlisté algunos. ¿Te identificaste con algunos o..., con quizá con todos? La obesidad es cosa seria. Y todos esos “otros” signos y síntomas que no se ven, los vivimos. ¡No es calidad de vida!..., pero increíblemente a todo se acostumbra el ser humano. Hasta a vivir muy por debajo de lo normal, creyendo que es una variante de lo normal. Hoy, jueves 8 de octubre del 2020... ¡¡¡he logrado bajar de peso TODO lo que subí durante la pandemia en un cambio de alimentación tan sólo en los últimos 10 días!!! ¡Corrigiendo más de tres cuartas partes de la lista anterior en ese mismo tiempo! ¡Te lo tenia que platicar! ¡Estoy volviendo a vivir... como está diseñado el humano a vivir! My han vuelto las ganas de hacer cosas, me da sueño naturalmente, me levanto muy temprano, se elimino la fatiga crónica, no ha existido el hambre en mi en estos últimos 10 días! ¿Parece increíble? Pues si no lo estuviera viviendo en carne propia, incluso ahora feliz mientras escribo aquí, te diría que no tan sólo es increíble, quizá diría imposible. Pero es tan posible y factible como que el que escribe lo está viviendo. ¿Me falta bajar más de peso? ¡Claro! Todo lo del año pasado, pero cuán motivante es para mí, que lo de la pandemia, ya lo desaparecí, y repito, no es adelgazar solamente, eso es la punta del iceber, sino el bienestar general tan evidente "dentro" de uno. ¿Qué pasó? ¿Qué hice? ¿Qué cambie? Pues el esencia lo que ya te recomendé, las sugerencias del Dr. Solomon en su protocolo que llama “Ni una dieta más”. Estoy tan feliz y agradecido porque ya volví a pensar en que puedo volver a ser el de antes y mejor. Esas sugerencias más algunas otras que he incorporado el temas de respiración, me han dado un gran resultado. Hace unos años escuché de “un experto” dietista que si un paciente baja mucho de peso y luego vuelve a subir, intentar bajar una siguiente vez sería muchísimo más difícil, si no es que imposible. Lamentablemente... ¡le creí! Me programó. O mejor dicho, me permití ser programado por yo darle fuerza a un “experto”. ¡¡¡Y eso no es cierto!!! Aquella otra ocasión (otra más) que bajé mucho de peso fue comprando los alimentos del laboratorio que representaba aquel doctor, gastando casi 30,000 pesos al mes, en es tipo de “comida de astronauta” de cierto laboratorio francés, que sustituía la comida normal. Me sirvió pero tres años después subí mucho más de peso. Hoy, ¡sin gastar nada en comidas “especiales” ni suplementos exclusivos súper prometedores, he logrado recuperar un ritmo de bajada de peso y adelgazamiento como en mi adolescencia! Sí, leíste bien, así a mis 51 años. Y todo por hacer cambios en mi alimentación ¡con comida normal, común y corriente! De esa que compras en cualquier mercado. Pronto, si hay interesados, daré un webinar al respecto y hasta me han surgido ganas de escribir un pequeñísimo librito con el cómo lograr esto. Por adelantarte algo de los avances en la investigación para la solución del síndrome metabólico y obesidad:
Te he escrito estas líneas sentado en mi sala, escribiendo directamente en mi iPhone porque no aguantaba las ganas de escribirte, y más luego de haber dejado pasar tanto tiempo sin publicar aquí para ti. ¡Espero hayas disfrutado de esta publicación tanto como yo he disfrutado hacerla para ti! Me dará gusto saber tu opinión y también saber si es de tu interés que haga un breve webinar para explicarte más de este estilo de vida, simple, fácil, pero tremendamente poderoso. ¡La vida es hacia adelante y lo mejor está por venir... siempre! –Dr. Alejandro Ariza Z.
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Érase una vez una taza de té conversando con una taza de café. Cuando el té vio cómo al café siempre le llegaba una muy dulce galleta para acompañarlo, le dijo:
–Cuidado con quien te acompañas. ¡Aléjate de las malas amistades! –Es que… ¡no puedo! –respondió el café viendo de reojo a la galleta. –Pues entonces… allá tú. –Tajantemente comentó el té. Y desde entonces, cuenta la historia que quien tomaba café, notó cómo engordaba por la galleta que siempre terminaba acompañándolo. Siempre sufriendo la paradoja de tomar café para “despertar”, pero siempre sintiendo más y más fatiga por el azúcar de acompañarlo con más y más galletas. Mientras que aquel que empezó a tomar té, notó cómo ya casi era imposible comer y disfrutar una galleta. Por más que esta quisiera entrar a su boca, ¡ya no le sabía igual! Ahora era exagerado el golpe de azúcar, lo que nunca había sentido acompañándola con el café. El té, dentro del cuerpo de quien lo bebió, sonrió orgulloso de la ayuda que pudo brindarle ya desde el cambio que generó en los receptores de su paladar y ahora, hasta en el metabolismo de quien lo eligió para beber. Fin. No te me emociones pensando que te voy a recomendar ya dejar la dieta, más bien te quiero hoy recomendar AMPLIAMENTE el plan de alimentación y estilo de vida del Dr. Salomon Jakubowicz, un plan que él bautizó como "Ni una dieta más". ¡Es tal cual lo que yo siempre ha planteado, pero en él encontré incluso un planteamiento más sencillo y más práctico aun! Por eso te lo sugiero ampliamente. A este colega, el Dr. Salomon, lo conozco desde hace mucho tiempo, pero "algo" no me cuadraba con él y noté que, más que nada un prejuicio en materia de comunicación, no me dejaba fluir ante sus planteamientos. Si empiezas a revisar sus videos, su manera de comunicar es un tanto cuanto extraña por abrir su vida muy personal para el público, incluso su diseño de videos. Pero hoy dije: "¿Y si quito esos prejuicios de estilo de comunicación?". ¡Y me refulgió el mensaje puro y es valioso! Por eso te lo comparto aquí en Temas Selectos. Cuando él hace tanto hincapié en el enorme beneficio de la proteína "Whey" por su fuerte efecto "tipo metformina", algo que supe yo desde hace años, me di a la tarea de buscar en el mercado. ¡Hay muchas! Y ninguna terminaba por satisfacerme. La mejor... era la que él mismo diseñó y no había en México. Eso pasó hace casi un año. ¡Qué sorpresa tan agradable me he llevado que ya está disponible! Ahora por Amazon México. Ayer la compré, hoy la tomé... ¡y me encantó por cumplir a cabalidad la promesa de que elimina el hambre! ¡Hoy lo comprobé con creces! Ya empezaba "el antojito" hacia el medio día (había desayunado a las 7:00 AM) y en vez de empezar con los puñitos de almendras, me hice un batido de su proteína "Ni una dieta más". IM-PRE-SIO-NAN-TE cómo luego de unos minutos, quizá 10, ya no tenía nada, nada de hambre. Incluso llegó la hora de la comida, y comí porque tenía que comer, pero sin hambre. Bueno, te diré algo privado y fuerte... ¡Adiós "GC Control"! Si de ingredientes ideales para bajar de peso se trata... nada como la proteína "Ni una dieta más". Mira que ya había recomendado desde hace tiempo la malteada que se compra en Melaleuca, "GC Control" (no sabía que ya se vendía la de NUDM en Amazon), pero cuando ves con lupa los ingredientes de GC Control, varios son en extremo valiosos, pero algunos adicionados no me hacen feliz, como la soya o maltodextrina y algunos más, pero no había de otra... hasta hoy. TE LA RECOMIENDO AMPLIAMENTE. La consigues en Amazon aquí. El libro del Dr. Salomon lo puedes comprar también en Amazon y cuesta ¡menos de 29 pesos, creo! Y para colmo, también puedes bajar su app gratuita para iOS o Android y ahí en la app regala todo el texto de su libro también. POR FAVOR LÉELO. Les todo el libro en media hora. Son como apuntes. ¡Eso me encantó! Ya sólo se remite a decir lo más elemental que hay que saber y, aunque hay muchos estudios y ciencia atrás, la evita para ya dar la sugerencia final al paciente. Me gusta, me gusta. Vas a ver los menús que sugiere de alimentación para toda una semana. ¡Tan prácticos, breves y sencillos de preparar! Este doctor es extremadamente práctico.
Pues bien, espero me digas cómo te vas sintiendo y qué resultados vas logrando para bajar de peso si el tema y el objetivo es de tu interés. Yo voy a seguir sus recomendaciones a partir de hoy, hoy 30 de septiembre empecé con sus lineamientos exactos, que no varían mucho de los míos desde hace años, pero sí encuentro mejoras en los suyos, sobre en la importancia tan grande como desayunar extremadamente abundante, esencialmente proteína. Me consta desde hace años cómo eso elimina la ansiedad por comer. Su malteada me tiene fascinado. Recibe muchos saludos y espero tus comentarios. Pues ya te imaginarás, el éxito que estoy notando consiste sencillamente en comer menos, tomar agua y ejercitarse un poco. Aquí te compartiré lo que llevo haciendo un par de semanas con éxito, sí se baja de peso y no se sufre tanto la “dieta”. Si usáramos el conteo de calorías como mera referencia de “cantidad”, una dieta que nos puede ayudar es alguna con menos de 1,250 calorías al día.
Antes que nada, debo decirte que conviene entrar en conciencia de que se tratará de un cambio importante pero motivante y, como tal, hay que aceptarlo con gusto, por el simple hecho de probar y comprobar que muy posiblemente también funcione para ti. Dato extremo valioso: los horarios son más importantes de lo que uno imagina. Procura programar tus alimentos a la misma hora. Desayuno (ej. 8:00 AM): café, una galleta sin azúcar, licuado “GC Control” (Se consigue en la tienda en línea "Melaleuca"). A este licuado le adiciono un huevo y a veces medio plátano. Esto junta alrededor de 200 calorías. El licuado es tan sabroso que se puede tomar diario y no cansa. Si llegara a cansar a alguien puedes comer tres huevos al gusto. Evita usar mucho jitomate. Durante la mañana tomar un litro de agua. Comida (ej. 1:30 PM): Un plato pequeño de sopa de verduras, una pechuga de pollo (cocinada como desees), y una ensalada evitando aderezos comerciales. De posible postre puede ser otra galleta sin azúcar y café. También es muy conveniente luego de comer, tomar un té oolong. Una comida más o menos así, no deberá rebasar las 800 calorías. A media tarde, si hay antojo, puede comerse 100 calorías de nueces (ver la publicación anterior para saber cuántas piezas son). Conviene salir a caminar por 25 minutos. Ese simple pero poderosísimo ejercicio de caminar diario es harto benéfico. Cena (ej. 7:00 PM): Cuando puedas, evita cenar, de lo contrario, pueden ser tres a cuatro rebanadas de pechuga de pavo. Una taza de té o café. Se trata de procurar el ayuno intermitente sin cenar. La cena no deberá rebasar las 200 calorías. Evita el azúcar. Si necesitaras endulzar, usa stevia (SuperLife es la marca que recomiendo). Sí, sé que se oye “difícil” o fuerte esta dieta, pero te aseguro que sacia bastante al quitar los estimulantes del apetito y antojos, eliminando los carbohidratos refinados. Suelen haber resultados exitosos casi de un día para otro. Si hay hambre, come proteína (pavo, pollo, pescado, res, huevo). Puedes usar una app donde lleves un registro del conteo de calorías y te ayude a ir ubicando las cantidades y no rebasar al día esas 1,200 calorías. Hay que ir aprendiendo a “escuchar a tu cuerpo” y hacerle caso a lo que pide o deja de pedir. ¿Qué tal probar y comprobar resultados? Los leo por aquí. El terrible caso de las nueces, las almendras y ciertas semillas. Una cosa es sospechar que algo te suba de peso, y otra cosa es confirmarlo. Eso me pasó anoche. Hoy quiero compartir contigo que como al igual que muchas personas alrededor del mundo, soy de las que les cuesta mucho trabajo bajar de peso y tengo una franca tendencia a subir. Estamos en una época del año en que conviene cuidarnos para no subir más de peso, y sobre todo luego de la tragedia que para muchos nos resultó la pandemia en cuanto a la alimentación.
Luego de años y años de estar a dieta y saber de una y de otra y ser tanto médico como paciente, hoy seré muy concreto y acertado contigo si quieres saber de algo que REALMENTE TE AYUDA A BAJAR DE PESO: TIENES QUE COMER MENOS, MUCHO MENOS. Punto. Cualquier otra idea, cualquier "dieta exitosa", cualquier tratamiento, termina redundando en esta verdad. Listo. Aquí podría acabar el comunicado, por ser tan tremenbunda verdad y poseer la fuerza de lo contundente. Existe la teoría de que las calorías no eran tan importantes ya que lo que realmente trasciende son los tipos de alimentos, siempre evidenciando a los carbohidratos como el principal origen de la subida de peso cuando se comen en exceso y sobre todo si son refinados. Sin embargo, siguen pasando los años, y vuelve a remontar en importancia hablar de las calorías pero más como cantidad que calorías en sí. A estas alturas de la vida ya debes de saber que no afectan al peso de la misma manera 250 calorías de carbohidratos refinados (azúcar, por ejemplo) a 250 calorías de proteínas (pechuga de pollo hervida, por ejemplo). Por eso, desde hace relativamente poco tiempo en investigaciones recientes se le daba más importancia al tipo de alimentación, a la clase de alimentos, que a las calorías como fuente de ese incremento de peso. Hoy, en cambio, volvemos a las calorías “casi como sinónimo” de cantidad. La restricción calórica está siendo la evidencia para bajar de peso. La restricción calórica es la forma elegante de decir cantidad que comes. Por eso, cuando hoy los expertos te dicen que un requisito indispensable, el más importante para bajar de peso (hay varios que juntos es como funcionan mejor: tomar dos libros de agua pura, hacer ejercicio, etc.) es la restricción calórica, lo que te estamos queriendo decir no es otra cosa más que esta: tienes que comer menos, mucho menos. A veces, tan poco, que por eso está de moda la evidencia del beneficio del ayuno intermitente, que, para fines prácticos de esta breve columna pero tremendamente sustanciosa, significa dejar de hacer una de las tres comidas del día, idealmente la cena. De verdad que así bajas, porque bajas. En otra publicación te hablaré de mi propuesta para alimentarnos así durante los siguientes 90 días. Hoy lo que te quiero decir es que, mientras conocí el beneficio de una alimentación cetogénica, supe de la “ventaja saludable” de comer almendras como snak, al ser ricas en magnesio y satisfacer antojos y más beneficios. Luego yo extendí mis snaks a los pistaches, ¡me encantan! Sobre todo por ser “grasa buena”, de esa que hasta el cerebro necesita. Y por supuesto tuve mis frascos de las deliciosas nueces de la india que también me fascinan. Pues bien, en mi pasado noté cómo siguiendo un estricto régimen cetogénico, de los que de verdad sirven para bajar de peso, ¡no lograba bajar y hasta subía de peso para el día siguiente! Muy frustrante. Pero empecé a notar que “coincidía” con varios “puñitos” de nueces de la india que me comía a lo largo del día, “porque estaba a dieta”. Era tan evidente que los días en que no comía nueces bajaba de peso y los que sí comía no tan sólo no bajaba sino subía, que mejor las fui dejando. Digamos, sustituyendo por pistaches y nueces. Pero hoy 15 de septiembre del 2020, llegó a mí la imagen que te presento hoy como copete de esta columna. ¡Tremenda noticia confirmatoria de mi sospecha! LA CANTIDAD que representan 100 calorías. ¡No, no, no, no! Tan sólo de pensar en la cantidad de pistaches o nueces o almendras que me comía en un sólo día, seguro llegaba a las 600 u 800 calorías. ¡Imagínate que para bajar de peso lo ideal es que en todo el día no rebases las 1,200! (Claro, depende de tu grado de obesidad y tu objetivo). Pues ya con esos “puñitos” de pistaches o nueces me metía más de la mitad de lo que en todo un día podía comer. ¡Hoy queda confirmado! Por eso aún haciendo la exitosa dieta cetogénica, pero comiendo tantas “saludables semillas” (creo que eso son), ¡subía de peso! Hoy por hoy, lo que importa es la cantidad. Ten eso muy presente. Y si eres como yo, que disfrutaba mucho de estas nueces, sugiero que no rebasemos más de 100 calorías al día, y pues ahí tienes en la imagen de qué tamaño debe ser tu puñito ¡para todo el día! Espero que esta información te sea de enorme valor, como me resulta a mí. Saludos… –Dr. Alejandro Ariza Z. |
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Dr. alejandro ariza zárate.Librepensador, conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. Archivos |