Érase una vez una taza de té conversando con una taza de café. Cuando el té vio cómo al café siempre le llegaba una muy dulce galleta para acompañarlo, le dijo:
–Cuidado con quien te acompañas. ¡Aléjate de las malas amistades! –Es que… ¡no puedo! –respondió el café viendo de reojo a la galleta. –Pues entonces… allá tú. –Tajantemente comentó el té. Y desde entonces, cuenta la historia que quien tomaba café, notó cómo engordaba por la galleta que siempre terminaba acompañándolo. Siempre sufriendo la paradoja de tomar café para “despertar”, pero siempre sintiendo más y más fatiga por el azúcar de acompañarlo con más y más galletas. Mientras que aquel que empezó a tomar té, notó cómo ya casi era imposible comer y disfrutar una galleta. Por más que esta quisiera entrar a su boca, ¡ya no le sabía igual! Ahora era exagerado el golpe de azúcar, lo que nunca había sentido acompañándola con el café. El té, dentro del cuerpo de quien lo bebió, sonrió orgulloso de la ayuda que pudo brindarle ya desde el cambio que generó en los receptores de su paladar y ahora, hasta en el metabolismo de quien lo eligió para beber. Fin.
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Dr. alejandro ariza zárate.Librepensador, conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. Archivos |