¿Por qué queremos estar cerca de alguien o por qué preferimos alejarnos? Atracción o rechazo mediante nuestra comunicación no verbal, el interesante tema que revela cómo manejamos nuestro espacio personal, muchas veces de forma inconsciente. El cómo manejemos nuestro espacio es un fenómeno harto revelador y hoy quiero compartirte algo de este conocimiento. Descubriremos también que, sin duda, estamos influenciados por nuestro entorno y siendo más conscientes de cómo manejamos nuestros espacio personal, abriremos la posibilidad de manejarlo más inteligentemente, comunicaremos mejor, sin palabras, la influencia que recibimos y la que generamos en nuestras vidas.
La proxémica (del latín proximus= cercano, y del sufijo -ico, -ica = referente a) es una disciplina dedicada al estudio de la organización del espacio en la comunicación no verbal, o dicho de otra forma, las maneras en que una persona se mueve y delimita su espacio personal. Saber de proxémica nos permite estudiar las relaciones de proximidad y alejamiento entre personas y objetos durante la interacción, así como las posturas y la presencia o no de contacto físico, así estudiamos el significado que revelan esos comportamientos. Recuerdo hace tiempo cuando me encontraba en la oficina de un notario para realizar un trámite, él con toda la pompa y vanagloria con que se movía en su espacio, su oscura oficina, llena de maderas y documentos, por alguna razón salió el tema de lo valioso que podría ser conversar con un terapeuta. Y sin él saber todavía una de mis actividades, me dijo: “Yo nunca iría a un psicólogo. Si no más es platicar como para desahogarme, mejor le llamo a un amigo y para mí mucho mejor, ahí le platico todo hasta echándonos unos buenos tragos y ya, ¡Para qué un psicólogo? ¡Es una tontería!”. Sólo me le quedé viendo, sin poder creerlo. Los notarios tienen fama de personas muy preparadas, pero ahí mismo, frente a mis propios ojos, tenía la evidencia de que eso es sólo un mito. Me desmintió. Este tipo (que por cierto terminó robándome abiertamente –tema para después–), creía firmemente que ir a un terapeuta es algo así tan banal y común como ir a platicar “sus cosas” con un amigo. Más equivocado y lejos de la verdad no podía estar. Primero que nada, un terapeuta es un terapeuta, jamás tu amigo. No buscamos amistad, buscamos ayudar al paciente a resolver sus conflictos, a enseñarle a vivir con mayor paz y armonía, sugerimos poderosas estrategias para mejorar su calidad de vida, procuramos su bienestar en general de forma profesional (esa forma existe, he). Un amigo, cuando mucho, sólo podrá escuchar algo y la mayor de las veces muy pobremente, a medias, porque querrá interrumpir, corregir, opinar sin saber más o, la verdad, importarle muy poco, aunque sea tu amigo o precisamente por serlo. Un terapeuta empieza a analizar lo que significa todo lo que implica la comunicación universal (verbal, no verbal, proxémica, semiótica, tiempos y un sin fin de más parámetros) del paciente desde el primer segundo del contacto, o por lo menos así lo hago yo. En min caso, desde que una persona me escribe por mi página de Internet, ya empiezo a acumular significados desde “la forma” en que me escribe la persona, las palabras que usa, cómo liga sus ideas, su ortografía, su semántica, su redacción. Al llamarle por teléfono de inmediato, ya empiezo a recibir información extremadamente valiosa por el tiempo que tarda en contestarme, si contesta o no (por vivir con miedo o no a que le llamen los bancos y ser un número desconocido, por ejemplo), su tono de voz, su claridad de ideas para expresar su necesidad, su capacidad de síntesis, su timbre, tempo y tono de voz al teléfono, su llegada a meta, etc. Y todo eso sin que todavía haya sucedido una sesión. Luego el cómo llega a la cita, en qué, su vestimenta, la puntualidad con la que acude, cómo se mueve, sus gestos, sus movimientos oculares, qué toca con sus manos mientras habla, su congruencia al hablar, y muchos más parámetros que me permiten empezar a armar un marco conceptual y sentidos de referencia para ayudar lo mejor que pueda a mi paciente. Y hago todo esto sin que se note en absoluto. ¡Eso hace un terapeuta de verdad o por lo menos así lo hago yo! Es demasiada la información que podemos recoger en segundos, no se diga en minutos o a lo largo de varias sesiones. Por eso tomamos notas en la sesión (no recuerdo que un amigo tome notas mientras le platico algo). Y para todo ello se encuentra perfectamente bien incapacitado cualquier amigo, aunque sea el mejor. Cuando veo que un notario sólo redacta en papel muy bonito y con sellos y su firma, ya me imagino yo diciéndole al notario que para un documentillo y una firma en él, ¡puf! Mejor yo paso a Lumen a comprar papel bonito, lo redacto yo y la firma se la pido a cualquier p… ersona. Yo creo que el notario me vería con ojos exorbitados por el tamaño del estúpido absurdo que acabaría de escuchar. Pues más o menos así yo, pero al revés. En fin, regresamos… La proxémica es una rama de la semiótica (el estudio de los signos para crear y transmitir sentidos y significados mientras nos comunicamos) que tiene que ver con la manera en que el ser humano emplea y percibe su espacio físico como revelación de su intimidad personal y de cómo y con quién lo utiliza. El antropólogo Edward T. Hall fue quien acuñó el término de “proxémica”. De hecho, esquematizó que existen cuatro zonas en que el humano da diferentes sentidos y significados a las relaciones en virtud de las distancias con respecto él:
Revela de ti: con quién, en dónde y por cuánto tiempo ¿Recuerdas aquel famoso refrán que dice: “Dime con quién andas y te diré quien eres? Pues es más que atinado. Es certero. Poderosa síntesis popular de sociología, psicología y comunicación. De hecho, hay más refranes que hacen alusión a lo mismo:
Hace tiempo me encontré con un video en donde se mostraba a un gato que, por haber sido criado con perros desde que nació, ¡aprendió a ladrar! (El video lo puedes ver aquí). Quiero enfatizar que el factor “tiempo de exposición” trasciende. No es lo mismo que pongamos a un gato a convivir con perros un día, a que se críe con perros desde que nació y conviva con ellos durante meses u años. Saber que el tiempo de exposición es una variable importante, nos da la oportunidad para cambiar. Tú y yo podemos convivir con personas funestas y deplorables, porque hay de todo en la viña del Señor y uno puede transitar por varios senderos. Pero una cosa sería mantenerlas en nuestra zona pública o social, y otra muy diferente sería acercarlas a nuestra zona personal o íntima. Si algo te conviene, acércalo, si no aléjalo. Si algo es bueno para ti, mantente cerca por más tiempo a ello, ella o él. Si algo es malo para ti, aléjalo. ¡Tienes el enorme poder de manejar tu espacio conscientemente! Y de hecho, ese es el objetivo de este artículo, que sepas del tema para que lo hagas consciente y así lo manejes con inteligencia. La mayoría de las personas manejan sus espacios, pero inconscientemente. ¿Ya te fijaste cómo suelen empezar a tomar alcohol o a fumar algunas personas? ¿Cómo empezó la tragedia desde su más prístino origen? Porque un “amigo” los invitó a probar. Sí, así me han reportado absolutamente todos mis pacientes en más de 25 años de dar consulta, todos mis pacientes adictos tienen un pasado con un origen proxémico a sus problemas. Otro ejemplo: –Doctor, mi marido es alcohólico y me pega. –¿Dónde conoció a su marido? ¿Cuándo fue la primerísima vez que supo de su existencia, dónde lo vio por primera vez en su vida? (Aquí analizo lo que he llamado “Señal de origen” y explico ampliamente en mi libro Señales de destino). –Uy, éramos muy jóvenes, en una fiesta, recuerdo perfecto el antro. A veces, la historia de una persona es una cartografía. Conoces a alguien, lo acercas a tu zona personal o íntima, lo mantienes ahí y como dice el subtítulo de mi libro: Desde un principio sabes dónde podrás terminar. Lo que vamos eligiendo acercar a nuestra vida parecen ser los puntos de un mapa para un destino que también elegimos, y para tu sorpresa, la mayor de las veces conscientemente, aunque no nos guste aceptarlo porque, precisamente no nos gusta el destino que se vislumbra, pero queríamos probar. El autocontrol y la disciplina Para sorpresa de más de alguno, el autocontrol y la disciplina tiene mucho más que ver con nuestro entorno que con nosotros mismos, y por lo mismo, aquí te tengo una buena noticia: el entorno podemos cambiarlo. Cuántas veces no has escuchado el consejo: “Échale ganas”, como si de ganas fuera el problema. No, luego de 25 años de dar consulta y casi 30 años de vivir analizando el comportamiento humano como fuente de mis conferencias, he de afirmar que mucho del desafío que enfrenta un ser humano que quiere cambiar no es su falta de ganas, es que su ambiente no se lo permite, un ambiente donde se metió y (cree que) le cuesta trabajo salir. Muchas veces para lograr cambiar, como por arte de magia, de la noche a la mañana, sólo hemos de dejar tajantemente determinado ambiente, a determinado grupo de amigos. ¡Y ahí ya empezó un cambio verdadero! Nadie necesita fuerza de voluntad para no comerse un chocolate… si no hay chocolates a la mano. Nadie necesita fuerza de voluntad para hacer algo que no se puede hacer; por lo menos que no se pueda hacer fácilmente por cercanía. Por seguir con el mero ejemplo, cuando la gente de hoy, muy obesa, adicta a los chocolates se pregunta porqué en esa era tan citada como solución para una mejor alimentación, la era paleolítica, la gente no comía chocolates así, pues la respuesta es sencilla: en esa época no habían conejitos de Turín ahí guardados en la alacena de la cueva, vamos, no existía alacena ni como concepto. La semana pasada atendí a un paciente con alcoholismo y me decía, como prácticamente todos mis pacientes con alcoholismo: –Lo que quiero doctor Ariza es que me ayude a dejarlo poco a poco, porque yo sé que, si quisiera, lo podría dejar en cuanto yo quisiera, pero de momento no quiero dejarlo del todo, pero sí quiero bajarle, sobre todo para no preocupar a mis papás y no meterme en algún problema, pero de verdad, sí quiero mejorar. –Entonces lo tendrás que dejar totalmente. Esto no es cuestión de poco a poco. Es de todo o nada. Es blanco o negro. Aquí no hay grises. Mi paciente se quedó en un shock momentáneo. Llegó a pensar que extrañaría a sus amigos, confundido, ya que lo que verdaderamente extrañaría sería al alcohol. Te hablaré de esto más adelante. Luego sí, parte de mi estrategia para que lo lograra fue recomendarle que dejara a todos sus “amigos”, debía salirse del medio en donde florece el vicio. Entender la dinámica es muy sencillo: si no sale del medio, si no deja esas “amistades”, no dejará el alcohol nunca. Las personas del medio presionan sin aparente presión para que la conducta en colectivo se mantenga. Como lo he dicho en mis conferencias, primero creas el hábito y luego el hábito te crea a ti. Curioso es observar que varios del grupo quizá quieran dejar el vicio también, pero llegan a creer que mientras no lo logran, los apacigua el error colectivo percibido así como normal, “mal de muchos, consuelo de tontos”. Y por otro lado, no se trata de despojarse de un gran valor, “la amistad”, cuando sugiero que deje totalmente a esos amigos, sino que le explico a mi paciente que su verdadero amigo, al que no quiere dejar, es al alcohol, y que usa a las personas para irlo a ver, las otras personas sólo son el pretexto para el encuentro, muletas, para ir a convivir con quien realmente quiere estar, el alcohol. Ahora recuerdo un anécdota de uno de mis conocidos, el cofundador de alguna empresa en donde di mis conferencias, cuando con frecuencia y “amistad” me hablaba y me decía: “Ya quiero ver a mi gran amigo Ariza”. Y cada vez que nos veíamos, él tomaba y tomaba. No tardé mucho en darme cuenta de quién era su verdadero gran amigo y a quien realmente ya quería ver. Yo no tomo así, y hoy ni tomo. Proxémicamente sucedido, ya no me habla desde hace años. Para todos nosotros el autocontrol y la autodisciplina es un reto, pero es inmensamente más fácil controlarnos y disciplinarnos si aplicamos proxémica para nuestro bien. Nos conviene sacar de nuestra zona íntima o personal, incluso de la social, todo aquello que vaya en detrimento nuestro. Eso favorecerá nuestro propio control y disciplina. ¡Acerca a ti lo que te conviene! Si has emprendido un régimen alimenticio más sano, lee todos los días al respecto, diario abre páginas web con información de ello, conversa con personas que tienen el mismo objetivo, escribe un diario con tus reflexiones del tema, ve documentales con historias afines a tu interés. ¡Verás cuán fácil se te hace el cambio! Pero si haces todo lo contrario, deseas bajar de peso y sigues hablando diario con tu amiga “la gordis”, la que siempre te invita un cafecito para platicar y lo que nunca pide es café, sino un postre líquido por la cantidad de azúcar que tiene más otro postre sólido que lo acompaña, y todo para escuchar que has decidido ponerte a dieta, créeme que te va a costar más trabajo tener autocontrol y autodisciplina. ¿Tienes problemas económicos? Acerca a ti la solución. Acércala mucho. Lee diario temas de finanzas personales, lee Inteligencia para el dinero, ve el webinar, entra a estudiar videos de YouTube que proporcionen educación financiera, velos diario, idealmente varias veces al día, busca un mentor experto en finanzas personales, acércate a él, conversa en persona con él o ella, lee blogs que te ayuden a comprender cómo se mueve el dinero, acércate a quien te enseñe a emprender un negocio y que veas con el rigor de la evidencia que tiene éxito en él y sólo escucha a esa persona, y al mismo tiempo aleja a quien no sabe y opina. ¡Aplica proxémica con inteligencia! ¿Quieres un cuerpo tonificado y bien esculpido? Necesitas acercar a tu zona intima y personal toda la información al respecto. ¿Qué suele estar “cerca” de ti? ¿Tu celular, tu buró, tu computadora, tu espejo, tu refrigerador? Pues en esos lugares debes de poner información, fotos, imágenes de cuerpos tonificados y bien esculpidos, artículos, blogs, libros por leer. Tienes que exponerte a esa información con extrema frecuencia, en forma deliberada, ¡Y así ya estarás transitando por los puntos de un mapa que te llevan a un mejor destino! La facilidad para caminar por ese mejor sendero la notarás a todas luces. Yo mismo noto cómo puedo sostenerme por más tiempo y con más fuerza en determinada disciplina (sin participación de mi fuerza de voluntad) en la que deseo mejorar cuando, deliberadamente, me atasco de información al respecto. El tema lo pongo en la pantalla de inicio de mi celular, en mi buró, en mi baño, en el espejo, escucho diario podcast’s al respecto mientras me baño, leo artículos del tema, leo blogs, veo documentales en Netflix que exhiben esa información, leo libros al respecto, y así, hasta me veo impelido a crear, escribo del tema, hablo del tema, busco gente afín para convivir y conversar del tema. El cambio casi es en automático y sin fricción. Lo contrario, también lo he vivido y también he notado el daño. En cuanto dejo de fijar mi atención, en cuanto cambio mi proxémica y alejo de mí lo que bien me hacia, tiendo a descuidarme. Se debilita ostensiblemente mi autocontrol y mi autodisciplina. Sé que vivimos desafiando la gravedad y ésta tira de mí si yo no hago algo todos los días para levantarme. Por lo que te he comentado hoy aquí, resulta en una bendición, una de las más grandes de la vida, que tu pareja tenga los mismos objetivos que tú, o por lo menos tu círculo interno. Es cuando se crece con la fuerza del amor. Tener a una pareja así, si es tu caso, valóralo como una de las bendiciones más grandes de la vida. Ambos ven hacia el mismo lado y así fortalecen su visión uno al otro. Si no tienes una pareja así, ya deberás imaginar mis comentarios. Dedúcelos. Con los amigos, igual, conviene la proxémica afín. Yo desde muy pequeño admiré (y hoy admito su enorme influencia en mi vida) a Carl Sagan. Mi primer acercamiento a este célebre personaje, gran divulgador de la Física, fue su afamada serie televisiva “Cosmos”. De niño me quedaba casi sin respirar frente al televisor, recuerdo el “canal 5”, cuando con la carismática voz del doblaje al español, me cautivaba cómo explicaba. Creo que ni parpadeaba cuando veía ese programa. Nadie en mi casa me acompañaba a verlo, se les hacía, sí interesante, pero luego de un rato, aburrido. Yo no podía dejar de verlo, y cuando terminaba quería seguir sabiendo más. Recuerdo que meses después vi un libro grande en las librerías, “Cosmos”, con lo más representativo y varias imágenes de la serie televisiva. ¡Recuerdo que corrí a pedírselo a mi papá con un gran sentido de urgencia! Ese mismo día fuimos por él (¡le agradezco tanto a mi papá quien siempre favoreció mis gustos así!). Leí todo en una semana. Y para un niño, era una gran proesa, era un libro enorme. Yo no podía dejar de leerlo y admirarme de todo lo que ahí se revelaba. Incluso al leerlo, escuchaba la voz del doblaje en español, una voz que siempre me cautivó. Me parece recordar que en algún momento cuando era niño, me dije: “Ojalá algún día yo pudiera explicar como él”. Y mira nada más lo que hice con mi vida. Proxémica. Hace unas cuantas semanas, comprendí mucho del talento de ese gran hombre, Carl Sagan, que admiré tantísimo desde niño y que sigo admirando, de hecho. Llegó a mí un video producido por un otro doctor en Física que empezó a estar de moda para quienes tenemos nuestro radar en los trabajadores del conocimiento, alguien que parece querer seguir los pasos de Sagan (aunque está lejísimos todavía a mi parecer) divulgando la Física en forma sencilla, Javier Santaolalla. Honor a quien honor merece y debo reconocer que Santaolalla es extraordinario para comunicar, tiene el don, tiene el talento, y lo usa para bien; misión bendecida y que cumple. Dentro del reto de subir y subir videos a YouTube, los “youtubers” tienen que producir y producir cuanta cosa se les ocurra para mantener e incrementar su audiencia; irónicamente, hasta donde sé, Santaolalla ya dejó YouTube desde el año pasado, pero produjo bastante por cinco años. En su momento, empezó a producir una serie de análisis de biografías de celebridades, vidas en extremo trepidantes, increíbles, apasionantes. Llegó el turno en que habla de Carl Sagan. Ahí, una vez más, me quedé cautivado de conocer así gran parte de la historia de su vida íntima (proxémica al fin), y comprendí mucho del talento que acumuló este hombre que tanto admiro. Por darte un dato: Sagan, deliberadamente, desde joven decidió tener y hacerse de amigos exclusivamente a puros premios Nobel. ¡¿Te imaginas el grado de influencia que tuvo así?! Desde niño tuvo pasión por la lectura, y empezó a leer con asiduidad historietas que hablaban de extraterrestres. Acercó a su zona íntima el tema y terminó hablando de adulto mucho acerca de ello. Proxémica. Sagan se enamoró de una chica de 19 años, tremendamente apasionada de la bioantropología. Yo me pregunto cuál fue el verdadero amor de Sagan, la chica o el tema. Proxémica. En mi curso de liderazgo y en mi libro Ser líder, explico una de las tantas características que tenemos los líderes, una muy interesante, reveladora y de gran responsabilidad: mimetismo. La gente cercana a nosotros, empieza a parecerse a nosotros, imitan nuestra forma de hablar, de vestir, hasta ciertos tics, gustos, costumbres y frases, incluso formas de comer. Ni qué decir de la forma de pensar. Entonces, cuando empiezas también a saber de proxémica, puedes aprovechar ambos fenómenos psicosociales, eligiendo bien al líder al que quieres parecerte. Elige bien a esa persona que terminará, siendo tu modelo, moldeándote. Elige con inteligencia. Ya te digo, estamos influenciados por nuestro entorno. Recuerdas cuando vas caminando por la calle hablando a determinado volumen de voz, y en cuanto entras a una iglesia… ¿Qué haces con el volumen de tu voz y con la frecuencia con la que hablas? En cuanto pasas el marco de la puerta de entrada, ¡cambias! Hablas mucho más quedo y menos frecuentemente. ¿Qué pasó? Cambiaste de entorno. Proxémica. Modificaste tu conducta. Y qué pasa cuando sales de la iglesia, ¡vuelves a cambiar de inmediato tu volumen de voz y frecuencia para hablar! ¡De inmediato! Así es de poderosa la influencia de nuestro entorno. Por eso… sabiendo lo que hoy hemos aprendido aquí, elige con inteligencia qué acercas a tu zona íntima o personal, porque terminará modificando tu conducta. Tienes ese súper poder. Yo festejo que me hayas acercado a ti al leerme aquí. Mi intención (y misión de vida) siempre es ayudarte a entender para que vivas mejor. ¡Emoción por existir! –Alejandro Ariza Z.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Dr. Alejandro Ariza Z.Conferenciante inspiracional, autor, médico y empresario. ¿Te interesa recibir todas las publicaciones de Alejandro Ariza?
Haz clic en el botón para suscribirte: Archivos
Octubre 2024
Categorías
Todo
|